Los médicos aprenden cómo se siente un paciente en paliativos

Poner al profesional en la piel del paciente en cuidados paliativos y acercarle a sus sensaciones físicas y emocionales para humanizar la medicina y poder realizar un abordaje del sufrimiento más allá del dolor, ha sido el objetivo de un taller experiencial realizado en Asturias.

Covadonga Díaz. Oviedo | dmredaccion@diariomedico.com | 10/05/2018 16:15

Taller experiencia en cuidados paliativos

Los profesionales sanitarios de Asturias han atendido a un taller experiencial para acercarles las sensaciones físicas y emocionales que experimenta un paciente en cuidados paliativos. (Covadonga Díaz)

Decenas de profesionales sanitarios han participado en Oviedo en un novedoso taller experiencial organizado con el objetivo de tratar de acercar a profesionales como médicos y personal de enfermería, así como a cuidadores, las sensaciones físicas y emocionales que experimenta un paciente que ha entrado en cuidados paliativos, una experiencia que, según los organizadores, les ha cambiado la perspectiva sobre el abordaje de este tipo de situaciones.

El taller se llevó a cabo en el marco de la I Jornada de Cuidados Paliativos en Asturias, organizada por la Sociedad Asturiana de Geriatría y la Sociedad asturiana de Cuidados Paliativos, en colaboración con la Obra Social La Caixa y la Asociación de Cuidados Paliativos Begoña Martínez Argüelles.

El taller busca poner al profesional en la piel del paciente y experimente las sensaciones físicas y emocionales

"El taller está concebido como un viaje en el que lo primero que les pedimos a quienes en él participan es que traten de dejar fuera por unos momentos al profesional sanitario que llevan dentro para tratar de ponerse en la piel del enfermo", señala Begoña Martínez, médico y organizadora de la iniciativa.

El taller estaba diseñado para que quienes participaran en el mismo pudieran sentir por unos minutos las sensaciones físicas que experimenta un paciente en cuidados paliativos, como la sensación de opresión en el pecho y la dificultad para respirar, así como la complejidad de llevar a cabo cualquier tarea cotidiana, como levantarse de un sillón o subir una persiana, en estas circustancias".

Además a los participantes se les colocó un simulador de restricción del movimiento, así como otro de dolor de espalda también para que "los sanitarios podamos ponernos en la piel de aquellos a quienes pedimos que hagan determinadas cosas y que realmente les cuesta muchísimo llevar a cabo".

El viaje que supone este taller y que se desarrolla en diversas etapas continúa a partir de aquí con el abordaje de la vertiente emocional, de modo que a los participantes se les fueron proyectando diversas imágenes que les iban provocando sensación de ira, desesperación, pérdida o angustia. Para registrar la actividad y analizar las sensaciones experimentadas se les colocó una diadema de electroencefalografía.

Martínez: "En cuidados paliativos son muchas las cosas que debemos y podemos hacer"

En la última etapa de este viaje se propicia una reflexión sobre lo experimentado en el taller para que los profesionales puedan pensar sobre lo que han sentido. "Lo que nos trasladan mayoritariamente cuando llegan al final del taller es que realmente cambia su percepción a raíz de lo vivido y que repercutirá en su forma de relacionarse con los pacientes en cuidados paliativos", ha indicado Begoña Martínez.

El taller ha sido diseñado por un equipo multidisciplinar, integrado por ingenieros, médicos, enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales, escenógrafos y especialistas en ergonomía.

Humanizar la asistencia

"Estamos convencidos de que es necesario humanizar la medicina y a ello ayuda saber lo que el paciente está sintiendo. Pero a los sanitarios no nos enseñan a emocionarnos, es más, se dice que si nos emocionamos mucho puede ser contraproducente. Nos sentimos más cómodos recetando un analgésico o un antiemético que sintiendo una emoción que nos acerca al problema real del paciente".

Con respecto a los resultados del taller "vemos que los profesionales se sorprenden más con las sensaciones físicas, quizá porque son las que se experimentan más directa y rápidamente; las emociones tardan más en asimilarlas. Y tenemos la experiencia incluso de que van sintiendo con posterioridad, no el mismo día que se celebra el taller, porque nos escriben después y así nos lo dicen".

Martínez ha destacado la importancia de acercar el conocimiento sobre los cuidados paliativos y la enfermedad terminal a toda la sociedad. "La muerte se sigue viendo como un fracaso, cuando en realidad es parte de la vida. Incluso nos encontramos con que en ocasiones el paciente y su familia no aceptan bien su derivación a cuidados paliativos porque entienden que ya no hay nada que hacer y ya no se va hacer nada por ellos. Y esto no es así. Son muchas las cosas que debemos y podemos hacer. La atención paliativa es el cuidado cuando no hay tratamiento curativo y puede prolongarse dos meses, dos años o cinco años". Y el objetivo es tratar de propiciar un abordaje del sufrimiento en su conjunto, no solo del dolor.