miércoles, 2 de mayo de 2018

La terapia psicológica para la sensibilización central busca reducir la intensidad del dolor - El médico interactivo : El médico interactivo

La terapia psicológica para la sensibilización central busca reducir la intensidad del dolor - El médico interactivo : El médico interactivo

El Médico Interactivo

La terapia psicológica para la sensibilización central busca reducir la intensidad del dolor

“Intentamos reducir la intensidad del dolor y la interferencia en las actividades de la vida cotidiana: trabajo, relaciones sexuales, autoestima, actividad física, etc.”, explica la psicóloga Milena Gobbo
psicóloga





Milena Gobbo, presidenta de OpenReuma (Asociación de Otros Profesionales en Reumatología) y coordinadora del grupo de trabajo ‘Psicología y Dolor’ del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, explica que el primer mensaje que se da a los pacientes es que la terapia psicológica para pacientes con sensibilización central “no quita el dolor”. “Yo no hago esas promesas, pero sí podemos ayudar a algunos pacientes a olvidarse del dolor. Otros pacientes tienen dolores que permanecen en el tiempo. Trabajamos con dos objetivos: intentar reducir la intensidad del dolor y evitar la interferencia del mismo en las actividades de la vida cotidiana. Se producen muchos círculos viciosos alrededor del dolor crónico, así que también tenemos que explorar todas las áreas que se ven afectadas por su culpa: actividad laboral, relaciones sexuales, autoestima, actividad física, etc. Se trata de una terapia multisistémica, hay que abordar todos estos aspectos.
Una de las características de estos pacientes puede ser el catastrofismo, un pensamiento por el cual el paciente piensa que su situación solo puede empeorar y se encuentra indefenso. “En estos casos, tenemos que cambiar las expectativas, la forma en que se piensa en el futuro, y esto es un trabajo psicológico. La mayoría de los pacientes, incluso en los que permanece un remanente de dolor, aprenden a vivir con él de manera que no les estorbe. Todos tenemos dolores, pero debemos evitar que nos invadan. El objetivo terapéutico es colocar el dolor que tiene el paciente en el punto que no le invade”, explica Milena Gobbo.
Apoyo psicológico a familiares y cuidadores
En algunas ocasiones, los familiares y cuidadores también necesitan apoyo psicológico, aunque no siempre. Debe ser estudiado cada caso en particular. “Algunos padres o parejas no tienen estrategias para manejar la situación y les puede ayudar. Los psicólogos también hablamos de la ganancia secundaria, y es que el dolor a veces está cumpliendo una función que va más allá del dolor en sí mismo. A través del dolor, el paciente percibe una atención o se libera de cosas que no quiere hacer; es decir, se convierte en un instrumento, con lo cual, se perpetua en el tiempo. El dolor es muy desagradable, pero le resulta útil. Es algo que vemos de forma frecuente en las unidades familiares, y en ocasiones requiere intervención en el entorno familiar. También, hay que tener presente que muchas veces el dolor se asocia con depresión, y convivir con una persona deprimida no es nada fácil. En el manejo de esta situación igualmente puede ser útil una intervención familiar, aunque cada caso es diferente.

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