lunes, 14 de mayo de 2018

“Habría que tratar a 4.500 presos para acabar con la hepatitis C en las cárceles” - DiarioMedico.com

“Habría que tratar a 4.500 presos para acabar con la hepatitis C en las cárceles” - DiarioMedico.com



XII CONGRESO DE SANIDAD PENITENCIARIA

“Habría que tratar a 4.500 presos para acabar con la hepatitis C en las cárceles”

Un estudio cifra en 690 euros por año de vida ajustado a calidad el coste incremental de tratar a los presos y advierte de que sólo se ha tratado al 40 por ciento de los F2-F4.
L. G. Ibañes   |  13/05/2018 00:00
 
 
Datos sobre la evolución de la hepatitis C
Datos sobre la evolución de la hepatitis C. (Evolución de la hepatitis C)
"Es enormemente rentable tratar a los pacientes presos con los nuevos fármacos para la hepatitis C" y, sin embargo, se estima que de momento se habría tratado sólo al 40 por ciento de los reclusos infectados. Con estas palabras explica Andrés Marco, responsable de enfermedades infecciosas del Programa de Salud Penitenciaria del Instituto Catalán de la Salud, la principal conclusión que se extrae del estudio que ha presentado este fin de semana en el XII Congreso de Sanidad Penitenciaria, que se ha celebrado en Cartagena.
Marco, que detalla que el estudio ha estimado en primer lugar "cuántos presos necesitaríamos tratar para eliminar la hepatitis C en España dentro de las prisiones y, sobre todo, eliminar el virus desde el punto de vista de salud pública. Esto es un punto importante, es decir, no sería tanto que no habrá hepatitis C en los presos si no que, de haberla, será en un número tan pequeño que no tendría importancia epidémica. Por lo tanto, este estudio lo primero que ha hecho es estimar qué cantidad de población deberíamos tratar. Esa estimación nos dice que aproximadamente debería tratar a 4.400-4.500 presos de hepatitis C en las prisiones españolas".
Con esa cifra sobre la mesa, la investigación "ha comparado qué ocurre si tratamos a esos presos en un plazo de 2 años frente a la opción de no tratar, es decir, comparar dos escenarios para ver qué repercusión tiene eso desde el punto de vista de la salud, desde el punto de vista de la morbimortalidad, que tiene que ver esto con los problemas que tendrán los reclusos si no los tratamos; y en segundo lugar qué repercusión tiene eso económicamente, es decir, igual usted no tendrá problemas sanitarios pero eso le supone un coste económico muy elevado. Eso es lo que hemos comparado, qué supone desde el punto de vista de la salud y qué nos supone desde el punto de vista económico".

Coste-efectividad de los tratamientos

Y la conclusión ha sido que "la diferencia de análisis coste-efectividad es mínima entre presos y no presos, es decir, tratar a recluso y tratar a los no presos produce, prácticamente, iguales beneficios desde el punto de vista individual. Pero si hablamos desde el punto de vista epidemiológico, habría más dudas, puesto que los presos son una fuente de infección enormemente importante, ya que tres cuartas partes de ellos son consumidores de drogas y, por lo tanto, transmiten la infección mucho más que otras personas que se han infectado por otras vías de contagios y que no tienen prácticas en las que se pueda trasmitir la infección".
Así, continúa Marco, "desde el punto de vista del coste-efectividad, estricto, no hay diferencia. Donde se produce la gran diferencia y, que es importante resaltar, es el punto de vista epidemiológico, de la salud pública, de la trasmisión de la infección. No es lo mismo tratar a un no preso que a un preso, ya que es mucho más importante tratar a un preso porque éste es una fuente de infección clave".
El estudio presentado por Marco concluye concretamente que "si tratásemos a los presos con hepatitis C nos costaría 690 euros de coste incremental conseguir un año de vida ajustado por calidad. Es decir estamos hablando un tratamiento que es enormemente coste-efectivo y enormemente rentable en términos de salud, ya que es algo muy inferior a los umbrales de eficiencia empleados en España (21.000-30.000 euros por año de vida ajustado a calidad).

Ritmo desigual en los tratamientos según la cárcel

Pese a ello, en su opinión "lamentablemente la situación de la hepatitis C en las cárceles es enormemente heterogénea entre autonomías. Hay comunidades autónomas que están tratando a un ritmo similar al que se trata extra penitenciariamente y hay algunas comunidades autónomas en el que el tratamiento está muy alejado de lo que está ocurriendo fuera de las instituciones penitenciarias. Hablamos en todo momento, de las prisiones dependientes del Ministerio del Interior. Las prisiones dependientes de Cataluña sí que son homogéneas y están tratando a un ritmo que se podría considerar realmente aceptable y que podría eliminar la hepatitis C en un plazo no muy prolongado en el tiempo".
Y es que, según Marco, "en España, hasta julio de 2017, podríamos tratar a aquellos pacientes que tenían un grado de fibrosis que iba de F2 a F4, tanto dentro como fuera de los centros penitenciarios. A partir de julio de 2017, podemos tratar cualquier tipo de paciente infectado por el virus de la hepatitis C con independencia del grado, ya que el objetivo es eliminar el virus. Lo que ha ocurrido hasta ahora es que, fuera de las prisiones los tratamientos se han extendido enormemente pero dentro de las prisiones dependientes del Ministerio del Interior una respuesta al Senado aseguraba que había tratado al 40 por ciento de los casos que están entre F2 y F4. Si esto es así, este porcentaje es bajo, ya que debería haberse tratado a muchos más pacientes y debería haberse tratado porque, primero, tenemos capacidad para hacerlo y, segundo, porque económicamente es rentable, que es lo que dice este estudio, es decir, es enormemente rentable tratar a los pacientes presos; y, tercero, porque estamos evitando muchísima morbimortalidad en un colectivo que, de no ser tratado, evidentemente enfermará y parte de ellos, morirá".

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