El avance tecnológico mejora la viabilidad de los hígados grasos

La perfusión normotérmica permite extraer e implantar en condiciones más óptimas hígados afectados de esteatosis, hecho que amplía las posibilidades de los trasplantes hepáticos.

Enrique Mezquita. Valencia | 07/05/2018 00:00

Rafael López-Andújar (cuarto por la derecha) y el resto del equipo de Trasplante Hepático del Hospital Universitario y Politécnico La Fe, de Valencia. (Enrique Mezquita)

Un equipo del Hospital Universitario y Politécnico La Fe, de Valencia, iniciará este año el primer ensayo clínico con una nueva tecnología: la máquina de perfusión normotérmica (MPN) que permite evaluar la función de un hígado afectado por esteatosis después de su extracción e incluso mejorarlo para implantarlo en condiciones más óptimas en el receptor. Este avance podría incrementar hasta un 30 por ciento el número de trasplantes de hígado, ya que un tercio de los órganos potencialmente aprovechables se desechan por esa causa, según las últimas investigaciones.

Rafael López-Andújar, jefe de la Unidad de Cirugía Hepatobiliopancreática y Trasplante de La Fe, explica a DM que "este dispositivo cuenta con un circuito que incorpora una bomba centrífuga, un oxigenador de membrana y un intercambiador de temperatura, ".

Los estudios concretarán la utilización clínica segura de órganos que actualmente se están rechazando, lo que ampliará los injertos

Una vez conectado el órgano, la MPN permite monitorizarlo en tiempo real y estudiar los parámetros analíticos (transaminasas, LDH, PH, entre otros), además de contabilizar la producción de bilis, "para de esta forma decidir su implantación o no en el paciente". Ello es posible porque el dispositivo está conectado a un suministro de sangre y nutrientes que se mantiene en todo momento controlado y a una temperatura establecida. El tiempo aproximado de conexión debe ser superior a tres horas, no teniendo aún un techo máximo de seguridad, "y que se irá estableciendo a medida que se obtengan más datos de su uso".

Para probar su validez y seguridad, este ensayo clínico multicéntrico, prospectivo y randomizado compara el almacenamiento estático en frío frente a la perfusión normotérmica de la máquina ex-situ para la preservación del órgano antes del trasplante hepático con hígados esteatósicos. La previsión es que se realice durante dos o tres años y que incluya a 25 órganos en cada brazo.

"La asignación de un brazo u otro se realizará durante el tiempo de la extracción hepática en el donante, una vez se haya confirmado por biopsia una esteatosis macrovesicular superior al 30 por ciento", expone López-Andújar. A corto y medio plazo, se espera obtener resultados que "respalden la utilización clínica con seguridad de órganos que se están rechazando en la actualidad, lo que supondrá un punto más de expansión del pool de donantes y la ampliación del número de trasplantes hepáticos en pacientes que lo necesiten", concluye.

Según los especialistas, los principales retos en el campo del trasplante hepático son aumentar el número de órganos a través de las donaciones y la efectividad de los donantes. Para ello se precisa impulsar técnicas de preservación de los órganos, tanto dentro como fuera del cuerpo, así como potenciar, a corto plazo, la donación en asistolia. Con ese objetivo, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) está desarrollando un Plan Estratégico para los próximos cinco años (Plan 50x22), que busca alcanzar los 50 donantes por millón de habitantes y superar los 5.500 injertos de órganos en 2022. Entre las medidas, destacan intensificar la captación de donantes fuera de las UCI, implicar a las UCI de hospitales privados en su detección sistemática y, a nivel pediátrico, aumentar la formación de pediatras y neonatólogos para fomentar la donación pediátrica en asistolia, entre otras.