miércoles, 18 de abril de 2018

La perfusión normotérmica reduce daños en el hígado durante el trasplante - DiarioMedico.com

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FRENTE A LA PRESERVACIÓN EN FRÍO

La perfusión normotérmica reduce daños en el hígado durante el trasplante

La perfusión normotérmica 'ex vivo' puede mejorar el proceso del trasplante, aportando más tiempo de preservación a los órganos, como sugiere un estudio en hígados.
18/04/2018 19:00
 
 

23:45. Salida hacia el hospital del donante
La ONT ha contactado con la coordinadora de trasplantes del Hospital Puerta de Hierro, de Madrid. Oferta un corazón y dos pulmones. La coordinadora inicia la ronda de llamadas y en una hora está listo el equipo: tres cirujanos torácicos, una cardiovascular y una enfermera. (José Luis Pindado)
Preservar los hígados a la temperatura corporal puede mejorar los resultados del trasplante y aumentar el número de donantes viables de hígado, reduciendo por tanto las tasas de mortalidad en la lista de espera, según desvela un estudio que se publica en Nature.
Los hígados pueden dañarse durante la refrigeración utilizada para preservar los órganos de camino al trasplante. La viabilidad hepática no se puede medir durante el almacenamiento en frío, pues se suprime la actividad celular normal. Una alternativa prometedora consiste en mantener los hígados de los donantes a la temperatura corporal, suministrando sangre oxigenada, medicamentos y nutrientes, al igual que se haría en un paciente con soporte vital, a través de un proceso llamado perfusión normotérmica. Con la máquina de perfusión normotérmica, los hígados pueden preservarse durante 24 horas; algún día, este podría permitir un control de la viabilidad con tratamiento y reparación según sea necesario.
David Nasralla, de la Universidad de Oxford, encabeza este primer ensayo aleatorizado que compara el almacenamiento en frío convencional con la perfusión normotérmica ex vivo en 220 trasplantados hepáticos. Al medir los biomarcadores de daño hepático, encontraron que la preservación normotérmica reducía en un 50 por ciento la lesión del injerto en comparación con el almacenamiento en frío, a pesar de que aumentaba el tiempo de duración de la preservación en un 54 por ciento y de que se descartaba un 50 por ciento menos de los injertos.
En el año posterior al trasplante, los autores no encontraron diferencias significativas en las tasas de complicación del conducto biliar o en la supervivencia del injerto y la del paciente entre los enfoques de preservación.
"La capacidad de preservar un órgano en condiciones cercanas a las normales podría ser fundamental para avanzar no solo en el trasplante de hígado, sino también en la cirugía hepática y el cuidado de órganos", escribe Stefan Schneeberger en un artículo que acompaña a este estudio en la revista.

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