viernes, 9 de marzo de 2018

La elastografía permite detectar una enfermedad hepática crónica de forma precoz

La elastografía permite detectar una enfermedad hepática crónica de forma precoz

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La elastografía permite detectar una enfermedad hepática crónica de forma precoz

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Según un estudio, en el que se ha usado este método no invasivo, el 3,6% de los participantes tenían enfermedad hepática crónica silente no diagnosticada, con fibrosis avanzada y con el riesgo de progresar a cirrosis o cáncer de hígado.
Investigadores del Clínic-IDIBAPS en colaboración con la USR Metropolitana Nord-IDIAP Jordi Gol del Institut Català de la Salut han realizado un estudio para determinar si era posible diagnosticar enfermedad hepática crónica de forma precoz en la población general y conocer su frecuencia. Han evaluado a más de 3.000 personas de las que cerca de un 4% tenían una enfermedad hepática avanzada sin diagnosticar con riesgo de convertirse en cirrosis o cáncer de hígado. Se ha hecho mediante el uso de la elastografía, una técnica no invasiva para medir la fibrosis del hígado.
El estudio lo han coordinado el Dr. Pere Ginés, Jefe del Servicio de Hepatología del Clínic y del equipo IDIBAPS Mecanismos de enfermedades hepáticas y complicaciones de la cirrosis, y el Dr. Llorenç Caballeria, médico de atención primaria de la USR Metropolitana Nord-IDIAP Jordi Gol.
Las enfermedades hepáticas crónicas, en especial la cirrosis y el cáncer de hígado, constituyen una causa frecuente de muerte en el mundo. Estas enfermedades evolucionan de forma lenta y silenciosa durante muchos años sin que sean diagnosticadas ya que no producen síntomas hasta que están en fases muy avanzadas. Llegado este punto, el único tratamiento curativo es el trasplante de hígado. Aunque la cirrosis por causa de la hepatitis C está disminuyendo en todo el mundo por la utilización de los nuevos fármacos antivirales, la prevalencia de la cirrosis debida al consumo de alcohol y, sobre todo, al hígado graso no alcohólico, está aumentando en toda Europa y en el mundo.
El hígado graso no alcohólico es una enfermedad asociada a trastornos metabólicos, como la obesidad o la diabetes de tipo 2, y afecta, aproximadamente, a un 25% de la población mundial. Sin embargo, sólo una pequeña parte de los pacientes con hígado graso no alcohólico desarrollan cirrosis y el principal factor predictivo es la fibrosis hepática. "Conocer el grado de fibrosis en el hígado en la población general será útil para diseñar estrategias de cribado que nos permitan diagnosticar de forma precoz la enfermedad hepática con riesgo de progresión. De esta manera se podrían aplicar intervenciones terapéuticas antes de la aparición de la cirrosis", explica Pere Ginés, que también es catedrático de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona.
En el estudio, publicado en la revista Clinical Gastroenterology and Hepatology, participaron 3.076 personas de entre 18 y 75 años del área metropolitana de Barcelona, ??a los que se les realizó una elastografía hepática, un método no invasivo que permite determinar la rigidez del hígado. Gracias a la prueba se detectó que un 3,6% tenía una enfermedad hepática crónica con fibrosis avanzada, desconocida hasta ese momento, con riesgo elevado de progresar a cirrosis o cáncer. Un 58% tenía factores de riesgo de enfermedad hepática crónica, la mayoría metabólicos, tales como obesidad  o diabetes, y en menor proporción, el consumo excesivo de alcohol.
Los investigadores remarcan que si esta proporción se extrapola a toda la población catalana, unas 150.000 personas en Cataluña, de entre 18 y 75 años, podrían tener una enfermedad hepática crónica avanzada sin diagnosticar.
"El uso del elastografía nos permite distinguir cuáles de los pacientes con factores de riesgo tienen fibrosis hepática avanzada", explica Llorenç Caballeria. "Esta detección precoz nos permite derivar los pacientes a los hospitales de referencia para saber de qué enfermedad se trata, cuál es su origen y hacer el estadiaje", añade."El cribado de enfermedades hepáticas ya en la atención primaria facilitaría la aplicación de medidas para prevenir la progresión de la enfermedad hepática crónica y, por tanto, podría contribuir a la reducción de la mortalidad por esta causa", concluye Pere Ginés.

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