jueves, 14 de diciembre de 2017

Ureteroscopia con fotovaporización logra un abordaje conservador en el 75% de cáncer de uréter y pelvis renal - DiarioMedico.com

Ureteroscopia con fotovaporización logra un abordaje conservador en el 75% de cáncer de uréter y pelvis renal - DiarioMedico.com







TÉCNICA ENDOUROLÓGICA

Ureteroscopia con fotovaporización logra un abordaje conservador en el 75% de cáncer de uréter y pelvis renal

Un 10 por ciento de los tumores vesicales acaba progresando a tumores de uréter y pelvis renal; la técnica de la fotovaporización láser hace posible que una aproximación endourológica elimine la mayoría de los tumores de tracto urinario superior.
Redacción   |  14/12/2017 10:56
 
 

Riñones
Autor: DM
Un 10 por ciento de los pacientes con cáncer de vejiga desarrollan con el tiempo cáncer de uréter y pelvis renal. Carlos Núñez, jefe del Servicio de Urología de MD Anderson Cancer Center Madrid, explica que "entre un 75 y un 80 por ciento de los pacientes con un tumor de uréter infiltrante o de alto grado van a desarrollar nuevos tumores en ese mismo uréter o en el uréter contralateral. La técnica quirúrgica habitual en ese tipo de paciente es la nefroureteroctomía, con el problema que conlleva la extirpación del riñón en un paciente debido a las complicaciones posteriores: diálisis o trasplante. "Para vivir, una persona tiene que tener al menos el 60 por ciento de un riñón", enfatiza Núñez. Por eso, la cirugía conservadora aparece como una opción con muchas ventajas para los pacientes con tumores no infiltrantes o de bajo grado, es decir, aquellos con tumores más superficiales que no afectan a la pared del uréter o de la pelvis renal.
En esos casos, es posible realizar una ureteroscopia. Una vez localizado el tumor, se utiliza el láser de Holmio para proceder a la fotovaporización, con la que se "vaporiza el tejido y así lo hace desaparecer".
De hecho, debido a esta característica de fotovaporización, en muchas ocasiones el diagnóstico y el tratamiento quirúrgico del tumor se hacen en una misma sesión. "Ante la sospecha de un cáncer de uréter o pelvis renal, hacemos una primera ureteroscopia para tomar una muestra del tumor, realizar una biopsia y valorar el tipo de tumor. En caso de que el paciente sea candidato, es decir, que tenga un tumor no infiltrante o de bajo grado, intentamos no extirpar el riñón y el uréter y tratamos el tumor con el láser de fotovaporización". En cuanto a los resultados de control tumoral, Núñez explica que son similares a los obtenidos con la nefroureteroctomía, si se selecciona bien a los pacientes candidatos.
Este especialista subraya que "la fotovaporización láser es eficaz en el 75 por ciento de los casos, es decir, es posible eliminar mediante abordaje endourológico el 75 por ciento de estos tumores de tracto urinario superior, alguno de ellos de gran tamaño". En el 25 por ciento restante, se recurre a una segunda ureteroscopia o, en algunos casos, a cirugía laparoscópica.
Otra de las ventajas de esta técnica es el tiempo. Mientras que un paciente sometido a una extirpación del riñón se somete a una intervención que puede durar unas dos horas y que requiere una hospitalización posterior de varios días, un paciente al que se le realiza una ureteroscopia tarda entre treinta minutos y una hora en ser diagnosticado y tratado y puede irse a casa en las siguientes 24 horas.

Fexible frente a rígido

La ureteroscopia se realizaba con un ureteroscopio rígido, con las limitaciones de acceso que eso conllevaba. El uso actual de los ureteroscopios flexibles, que además son algo más finos, ha permitido llegar a zonas mucho más altas y más complicadas del riñón, lo que ha ampliado el porcentaje de pacientes que se pueden beneficiar de esta opción.
Además, el ureteroscopio flexible tiene el extremo móvil, lo que facilita todavía más la intervención. El uréter y la pelvis, a la altura del riñón, se abren en diferentes cálices, llamados grupo caliceo superior, medio e inferior, y es en el tratamiento de los tumores que se encuentran justo aquí donde más posibilidades se han abierto con la llegada del ureteroscopio flexible. Como señala Núñez, "con el ureteroscopio rígido, solo podíamos acceder a lo que teníamos en línea recta, por lo que era casi imposible acceder a un cáliz inferior o medio si las circunstancias no eran muy favorables; en cambio, con un ureteroscopio flexible, podemos entrar en cada uno de los cálices e incluso angular el ureteroscopio para poder acceder mejor a estos tumores".
En los últimos dos años, más de 20 pacientes con sospecha de tumor de uréter y/o pelvis renal han sido tratados en MD Anderson Madrid por el equipo de Núñez, quien destaca también la colaboración del Servicio de Radiología en la intervención. Esta técnica, que se utiliza de forma muy frecuente para el tratamiento de los cálculos renales, requiere la participación de personal experto y con mucha experiencia en el tratamiento de tumores de uréter y/o pelvis renal.

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