sábado, 16 de diciembre de 2017

Un estudio muestra que aún hay vínculos entre cáncer de mama y algunos anticonceptivos - INVDES

Un estudio muestra que aún hay vínculos entre cáncer de mama y algunos anticonceptivos - INVDES

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Un estudio muestra que aún hay vínculos entre cáncer de mama y algunos anticonceptivos

De acuerdo con un extenso estudio publicado recientemente, las mujeres que dependen de las píldoras anticonceptivas o dispositivos intrauterinos (DIU) que liberan hormonas presentan un ligero aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
El estudio, que monitoreó a 1,8 millones de mujeres danesas durante más de una década, cambia por completo las suposiciones más comunes respecto de los anticonceptivos modernos para las generaciones más jóvenes de mujeres. Muchas de ellas han creído que los anticonceptivos hormonales actuales son mucho más seguros que aquellos que utilizaban sus madres o abuelas, los cuales tenían mayores dosis de estrógeno.
Pero el análisis estimó que, por cada 100.000 mujeres, el uso de anticonceptivos hormonales es causante de 13 casos más de cáncer de mama anualmente. Es decir que, por cada 100.000 mujeres que utilizan anticonceptivos hormonales, se presentan 68 casos de cáncer de mama al año, en comparación con los 55 casos anuales que se presentan entre quienes no los usan.
Aunque hace años se estableció un vínculo entre la píldora anticonceptiva y el cáncer de mama, este estudio es el primero en analizar los riesgos asociados a las fórmulas actuales de las píldoras y de los dispositivos en una población grande.
En cuanto al riesgo, el estudio descubrió pocas diferencias entre las fórmulas; las mujeres no pueden protegerse mediante el uso de implantes o dispositivos intrauterinos que liberan una hormona directamente en el útero.
La investigación también indica que la hormona progestina ⎯cuyo uso en métodos anticonceptivos actuales es generalizado⎯ podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
“Se trata de un estudio importante pues no teníamos idea cuál era la diferencia entre las píldoras de ahora y las píldoras que se usaban antiguamente en términos del riesgo de desarrollo de cáncer de mama; además de que no sabíamos nada acerca del DIU”, comentó Marissa Weiss, oncóloga que fundó el sitio de internet breastcancer.org y que no participó en el estudio. “Los ginecólogos simplemente dieron por sentado que una menor dosis de hormonas significaba un menor riesgo de desarrollar cáncer. Pero el riesgo es igual de elevado”.
“Es pequeño pero mensurable, y si agregas a los millones de mujeres que toman la píldora, se trata de un problema relevante de salud pública”, agregó Weiss.
De acuerdo con sus autores, el estudio fue limitado porque no pudieron tener en cuenta factores como la actividad física, la lactancia materna y el consumo de alcohol, que son elementos que también influyen en el riesgo de padecer cáncer de mama.
Funcionarios del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos señalaron que ellos evaluarían los descubrimientos con sumo cuidado, pero hicieron énfasis en que los anticonceptivos hormonales están “entre las opciones más seguras, efectivas y accesibles” para muchas mujeres.
Los expertos destacaron que los anticonceptivos orales también tienen algunos beneficios y que se asocian con una reducción en la presencia de cáncer de ovario, de endometrio y posiblemente colorrectal en la madurez.
Chris Zahn, vicepresidente del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por su sigla en inglés) para actividades de práctica, reconoció la existencia de una relación entre el riesgo de cáncer de mama y el uso de hormonas, pero hizo un llamado a las mujeres que tuvieran dudas para que consultaran a su médico antes de hacer un cambio. “Es importante que se sientan confiadas y cómodas con el anticonceptivo de su elección”, dijo.
Puesto que los riesgos de desarrollar cáncer aumentan con la edad, Weiss sugirió que las mujeres mayores consideraran cambiar a un método anticonceptivo sin hormonas, como el diafragma, un DIU que no libere hormonas o al condón. “Hay otras opciones”, dijo. “¿Por qué no buscar otra manera?”.
En un comentario que acompaña el nuevo estudio, que se publicó en New England Journal of Medicine, David J. Hunter, profesor de Epidemiología y Medicina en la Universidad de Oxford, afirmó que el estudio no ha comprobado que ningún anticonceptivo moderno fuera completamente seguro.
“Se tenía la esperanza de que las fórmulas contemporáneas se asociaran con un riesgo menor”, dijo en entrevista. “Este es el primer estudio con información sustancial que demuestra que no es el caso”.
Casi diez millones de mujeres estadounidenses utilizan anticonceptivos orales, incluyendo 1,5 millones que recurren a ellos por motivos ajenos a la concepción. La cantidad de mujeres en Estados Unidos que tienen dispositivos intrauterinos, muchos de los cuales liberan hormonas, ha aumentado en años recientes, así como la cantidad de mujeres que recurren a otros tipos de implantes anticonceptivos hormonales.
Aunque se sabía que los anticonceptivos orales de hace unos años aumentaban el riesgo de desarrollar cáncer de mama, muchos médicos y pacientes dieron por sentado que la más reciente generación de píldoras en el mercado era más segura. Sin embargo, el nuevo estudio descubrió un aumento en el riesgo de magnitud similar a los grandes riesgos que se reportaron en estudios previos, con base en las píldoras anticonceptivas utilizadas durante la década de los ochenta y en fechas anteriores, apuntó Hunter.
“De hecho, esperábamos encontrar un incremento menor en los riesgos puesto que hoy en día los anticonceptivos tienen dosis reducidas de estrógenos, así que fue sorprendente que descubriéramos esta relación”, comentó Lina S. Mørch, investigadora sénior de la Universidad de Copenhague y directora del estudio.
El estudio también demostró que el riesgo aumentaba en proporción con el tiempo que las mujeres utilizaban el anticonceptivo con hormonas, lo que indica que la relación es causal, agregó Mørch. “Para nosotros está bastante claro, es muy convincente”.
En el estudio que utilizó a toda Dinamarca como muestra, se monitoreó a casi 1,8 millones de mujeres en edad reproductiva durante una década en promedio, y se obtuvo información de recetas y registros oncológicos nacionales. Durante ese periodo se identificaron 11.517 casos de cáncer de mama.
Los investigadores concluyeron que quienes usaban hormonas en general presentaban un incremento del 20 por ciento en el riesgo relativo de desarrollar cáncer de mama, en comparación con quienes no recurrían a hormonas, aunque el riesgo aumentaba con la edad y variaba dependiendo de la fórmula. Aun así, el aumento en el riesgo se traduciría en unos cuantos casos de cáncer de mama, según los investigadores.
De acuerdo con el estudio, las probabilidades aumentaban entre las mujeres que utilizaban anticonceptivos durante más de diez años. Y entre aquellas que utilizaban hormonas durante cinco años seguía habiendo un alto riesgo de desarrollar cáncer de mama incluso después de suspender su uso, comentó Mørch.
Lo que realmente sorprendió a los investigadores fue que el aumento en el riesgo no se limitaba a las mujeres que tomaban píldoras anticonceptivas, sino que también afectaba a las que tenían dispositivos intrauterinos, o DIU, que contienen la hormona progestina. (No todos los DIU liberan hormonas).
Según el estudio, las mujeres que utilizaban el dispositivo intrauterino que libera progestina también presentaron un riesgo 21 por ciento mayor, en comparación con quienes no lo utilizaban. Los descubrimientos indican que la hormona progestina es un factor relevante en el riesgo de cáncer; algunas píldoras anticonceptivas y muchos dispositivos intrauterinos solo incluían progestina, afirmó Mørch.
En términos absolutos, el 20 por ciento de aumento en el riesgo podría parecer menor, pero los cálculos cambian con la edad. Por ejemplo, para una mujer de 20 años, la probabilidad de desarrollar cáncer de mama durante los siguientes diez años es de 0,06 por ciento, o de una en 1732, de acuerdo con el sitio breastcancer.org.
Incluso si el riesgo relativo aumenta 20 por ciento, sigue siendo menor a una décima de uno por ciento. Pero para cuando la mujer cumple 40 años, su probabilidad de desarrollar cáncer de mama en los siguientes diez años es de 1,45 por ciento, o de una en 69. Un incremento del 20 por ciento aumenta su riesgo un 1,74 por ciento, es decir, una en 57.
Las mujeres que siguieron utilizando hormonas durante diez años o más mostraron un aumento del 38 por ciento en el riesgo relativo de desarrollar cáncer de mama en comparación con las que no las utilizaban. En contraste, las que utilizaron hormonas durante menos de un año no mostraron un aumento en el riesgo de padecerlo.
En Dinamarca, las mujeres de mayor edad que decidieron ya no tener más hijos son más proclives a utilizar el dispositivo intrauterino, incluyendo los que contienen hormonas, y ellas ya son más propensas a desarrollar cáncer de mama debido a su edad, añadió Mørch.
“No existe ningún método sin riesgos y los anticonceptivos orales no son la excepción a la regla”, dijo Øjvind Lidegaard, el autor sénior del estudio. Pero sugirió que los médicos deben tomarse el tiempo para hablar con sus pacientes de las ventajas y desventajas de los distintos métodos anticonceptivos, además de que deben ser honestos acerca de los riesgos potenciales y sugerirles que reconsideren el uso de hormonas a medida que envejecen.
El estudio recibió el apoyo de la Fundación Novo Nordisk, que se describe como una “fundación danesa independiente con intereses corporativos” que apoya la investigación médica en instituciones públicas y por compañías dentro del grupo Novo. (Novo Nordisk es una compañía de asistencia médica que se enfoca en el tratamiento de la diabetes y que también fabrica Vagifem, estrógenos de aplicación tópica diseñados para mujeres menopaúsicas).
En una posdata del artículo se señala que dos de los autores del estudio, incluyendo a Mørch, han comenzado a colaborar con Novo Nordisk desde que se aprobó la publicación del manuscrito.
Fuente: The New York Times

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