martes, 29 de agosto de 2017

La infección por moluscos, más prevalente en niños - DiarioMedico.com

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INFECCIÓN VÍRICA

La infección por moluscos, más prevalente en niños

La infección por el virus del molusco puede prolongarse durante años, pero si se eliminan las primeras lesiones el tiempo se reduce.
Adrián Codellat   |  25/08/2017 00:00
 
 

Virus del molusco
El virus 'moluscum contagiosum' produce erupciones en forma de múltiples pápulas umbilicadas similares a una verruga. (DM)
Los moluscos son un tipo de infección de la piel, vírica y autoinoculable, producida por el virus moluscum contagiosum, que produce erupciones en forma de múltiples pápulas umbilicadas similares a una verruga. Según Gloria Colli, pediatra de Hospiten Estepona, en Málaga, es "muy frecuente en niños". En ese sentido, según Colli, se estima que "entre un 5 y un 10 por ciento de los menores entre 2 y 5 años puede tener algún molusco".
Para Isabel Martínez de Pablo, especialista del servicio de Dermatología de la Fundación Hospital de Nens de Barcelona, que la prevalencia sea mayor en edad pediátrica se explica por varios motivos: "La atopia, una patología cutánea que se caracteriza por la sequedad extrema de la piel y el desarrollo de eczemas, que es más frecuente en esa etapa de la vida y favorece la infección por el virus del molusco; las actividades acuáticas, que son ampliamente practicadas en edad escolar; y la inmadurez inmunológica del niño, que retrasa la eliminación del virus de la piel y favorece su diseminación cutánea".
Sin tratamiento, según Martínez de Pablo, la infección por el virus del molusco "puede prolongarse durante años, siendo el tiempo medio de unos 18 meses aproximadamente". En cambio, si las primeras lesiones del molusco son eliminadas de forma precoz, la duración del proceso "se reduce enormemente". La pediatra recuerda que "por regla general las erupciones provocadas por el virus, que pueden presentarse de manera aislada o en forma de pequeñas epidemias, no molestan, pero a veces pican, se inflaman o sangran por algún traumatismo o por rascado", siendo relativamente "fácil que el propio niño haga que se extienda la infección a otras zonas del cuerpo por rascarse o por el propio roce de la piel".

Aún sin tratamiento

Según afirma Paola González, coordinadora del Grupo de Dermatología de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac), a día de hoy todavía "no se ha alcanzado un consenso universal para el tratamiento" de los moluscos, de forma que la elección de la terapia "depende de la experiencia y de las aptitudes del médico", al no existir ningún producto específico que acabe con el virus. En algunos casos, tal y como apunta González, los médicos "prefieren prescindir de ellos dado que este problema de salud remite, por regla general, de forma espontánea" y, pese a que son eficaces, estos tratamientos "pueden resultar engorrosos, dolorosos y requerir de varias sesiones hasta lograr una curación completa".
Explica Martínez de Pablo que en la actualidad y en su gran mayoría, los profesionales aconsejan el curetaje, es decir, "la eliminación del molusco mediante cureta, previa administración de anestesia tópica si es preciso; o, en su defecto, el uso domiciliario de hidróxido de potasio a concentraciones entre 5 y 10 por ciento". Esta última técnica, según la dermatóloga, "consigue, tras su aplicación repetida, la desecación de la lesión mediante un proceso de irritación, con formación de costra". Otras técnicas utilizadas para eliminar los moluscos como la del nitrógeno líquido, en cambio, "habrían caído en desuso en los últimos años por su mala tolerancia y el riesgo de secuelas".
En caso de que un niño se haya infectado por el virus, la especialista del Hospital de Nens aconseja a los padres que comprendan que es "un proceso muy habitual y que no reviste gravedad", pero pese a su benignidad les aconseja que "no retrasen el tratamiento, pues es mucho menos traumático para el niño tratar unas pocas lesiones que eliminarlas cuando son muy numerosas".
  • Hidratar muy bien la piel puede reducir el riesgo de diseminación. Evitar las piscinas hasta que se resuelva el problema es otra medida.
Martínez de Pablo también recomienda no usar "nunca" cremas o geles que no hayan sido recomendados por un médico, ya que "pueden irritar la piel del niño o prolongar la infección". Por último, y en el caso de optar por la resolución espontánea, aconseja "hidratar muy bien la piel para reducir el riesgo de diseminación, y evitar la piscina hasta que el problema esté del todo resuelto".
La transmisión del virus entre pacientes pediátricos suele producirse según la vocal de Dermofarmacia del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Rosalía Gozalo, "por contacto directo piel sobre piel o a través de objetos contaminados como toallas y juguetes" , así como por la asistencia a piscinas donde el virus "es resistente" a los desinfectantes utilizados habitualmente. En el caso de los adultos, por su parte, Martínez de Pablo explica que la transmisión sexual "es la vía más frecuente de contagio".
Los expertos consultados coinciden en afirmar que no se conoce ninguna forma efectiva de prevenir la infección por el virus del molusco. Principalmente, como argumenta González, "porque al tratarse en su mayoría de pacientes pediátricos de entre 2 y 3 años de edad es muy complicado hacerles entender que pueden contagiar a otros compañeros o castigarles sin ir a la piscina porque estén enfermos". En el caso de niños de mayor edad, "hacer calar el mensaje es más sencillo", pero la portavoz de Sefac reconoce que "al seguir tratándose de población infantil, "es un tema complicado".
González, como recomendación para prevenir la infección en el caso de pacientes atópicos, aconseja, por último, "una buena emoliencia de la piel y la utilización de cremas con efecto barrera específicas para el baño".
En todo caso, los expertos recuerdan que en el caso de contagio no es preciso aislar a los niños en el colegio, ya que con las actividades habituales no acuáticas que se llevan a cabo en un centro escolar "el riesgo de contagio es mínimo". Y si pese a la infección se decide continuar llevando al niño a la piscina, la pediatra Colli aconseja tener la precaución de mantener las lesiones "cubiertas por la ropa o con un vendaje adecuado para el baño".




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