jueves, 24 de agosto de 2017

El control intensivo de la PA mejoraría la salud y la calidad de vida a largo plazo - DiarioMedico.com

El control intensivo de la PA mejoraría la salud y la calidad de vida a largo plazo - DiarioMedico.com



EN PACIENTES DE ALTO RIESGO CON HTA

El control intensivo de la PA mejoraría la salud y la calidad de vida a largo plazo

Dos estudios indican que reducir la presión arterial a 120 mmHg disminuye el riesgo de enfermedad cardiaca en pacientes de alto riesgo con hipertensión.

Redacción. Madrid | dmredaccion@diariomedico.com   |  24/08/2017 17:00
 
 

Niveles de presión arterial
Información sobre los niveles de presión arterial para lograr el control de los pacientes. (Sociedad Española de Enfermería)
Dos estudios afirman el apoyo adicional para reducir la presión arterial sistólica a un objetivo intensivo de 120 mmHg -muy por debajo de las directrices estándar de 140 mmHg- para reducir el riesgo de enfermedad cardiaca en pacientes de alto riesgo con hipertensión. Los resultados muestran que el control intensivo de la presión arterial es bien tolerado por los pacientes y es rentable en términos de calidad de vida relacionada con la salud y los costes financieros para el sistema de salud.
Los trabajos se publican en la edición digital de New England Journal of Medicine y los hallazgos abordan los debates en curso que han estado presentes desde que se informó por primera vez hace casi dos años de los resultados del Ensayo de Intervención en la Presión Arterial Sistólica (Sprint, por sus siglas en inglés).
"El control intensivo de la presión arterial mejora los resultados de salud en los pacientes de alto riesgo, pero no está claro si el enfoque es rentable o si es bien tolerado por los pacientes en comparación con el control estándar", ha señalado el codirector del primer estudio sobre costeeficacia, Adam Bress Pharm, profesor asistente de Ciencias de la Salud de la Población de la Universidad de Utah (Estados Unidos). "En conjunto, estos resultados proporcionan una fuerte evidencia de que vale la pena considerar el control intensivo en pacientes de alto riesgo", ha resumido Bress.
En promedio, los pacientes que recibían terapia intensiva frecuentemente tomaban de tres a cuatro medicamentos antihipertensivos para alcanzar la meta de presión arterial baja, lo que eleva la preocupación de que los efectos secundarios como mareos o fatiga pudieran dificultar el tratamiento. "En el abordaje de una enfermedad crónica como la hipertensión, es importante no sólo prevenir la morbilidad y la mortalidad cardiovascular, sino también garantizar que las personas en tratamiento continuen sintiéndose bien", ha dicho el autor principal del segundo estudio, Dan Berlowitz, jefe de Personal del Edith Nourse Rogers Memorial Veterans Hospital, en Bedford, Massachussets (Estados Unidos) y profesor de la Universidad de Boston.
El segundo estudio examinó la calidad de vida relacionada con la salud, gracias a la participación de 9.631 pacientes de Sprint, aproximadamente la mitad de los cuales estaban en tratamiento intensivo. Los participantes respondieron a cuestionarios estándares evaluando su calidad de vida, salud física y mental y satisfacción con su cuidado durante el ensayo clínico.

Adherencia a la medicación

Los participantes en terapia intensiva afirmaron sentirse igual que los que se sometieron a control estándar de la presión arterial y estaban igualmente satisfechos con su cuidado. Además, tenían la misma probabilidad de mantener su régimen de medicación, otra indicación de que el tratamiento fue bien tolerado. Una subpoblación considerada particularmente vulnerable a los efectos secundarios de la terapia intensiva, los participantes de 75 años de edad y mayores, también mostró beneficios en el enfoque intensivo.
Berlowitz señala que los resultados no significan necesariamente que haya que dirigir a todos los pacientes con presión arterial alta hacia una meta de menos de 120 mmHg. "Para que los pacientes obtengan los futuros beneficios para la salud de un control intensivo de la presión arterial mientras mantienen su calidad de vida relacionada con la salud, los clínicos y los pacientes deben trabajar juntos para ajustar los medicamentos según sea necesario mientras vigilan los síntomas", ha dicho Mark Supiano, coautor de ambos estudios en la Universidad de Utah.
Otra preocupación que afecta a la terapia intensiva ha sido que los costes del tratamiento intensivo podrían abrumar a un sistema de salud ya tenso. Llegar a la meta de una presión arterial más baja requiere más visitas a los proveedores de atención médica y medicamentos adicionales y pruebas de laboratorio, que elevan el gasto en el tiempo. Y si los efectos secundarios de la medicación llevan a un paciente al hospital, el coste podría ser incluso más alto y empeorar la calidad de vida.
El estudio de costeeficacia revela que los costes de salud asociados con el control intensivo de la presión arterial se equilibran con las ganancias en salud, haciéndolo rentable a lo largo de toda la vida. Según los resultados, el control intensivo de la presión arterial cuesta menos de 50.000 dólares por cada año de vida ajustado por calidad, una medida de mejoras en la duración y calidad de vida.

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