jueves, 20 de julio de 2017

Reducir la dosis de opiáceos podría mejorar el dolor y la calidad de vida: MedlinePlus Health News

Reducir la dosis de opiáceos podría mejorar el dolor y la calidad de vida: MedlinePlus Health News

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Reducir la dosis de opiáceos podría mejorar el dolor y la calidad de vida

Reducir lentamente la cantidad del medicamento también ayuda a las personas a dejar el fármaco, señala el autor de un estudio
Traducido del inglés: miércoles, 19 de julio, 2017
Imagen de noticias HealthDay
MARTES, 18 de julio de 2017 (HealthDay News) -- A veces, menos de verdad es más. Una nueva investigación sugiere que cuando se trata del uso a largo plazo de analgésicos opiáceos, reducir la dosis de los fármacos podría mejorar el dolor y la función, además de mejorar la calidad de vida.
"Hasta 10 millones de estadounidenses usan medicamentos opiáceos a largo plazo para gestionar el dolor", dijo el Dr. Joseph Frank, autor líder del nuevo estudio y médico de atención primaria en el Centro Médico de Asuntos de Veteranos de Denver.
Los medicamentos opiáceos incluyen a la oxicodona (Oxycontin, Percocet) y a la hidrocodona (Vicoprofen), indicó Frank. Esos medicamentos se pueden recetar para el tratamiento a largo plazo de distintas afecciones de dolor crónico, como la artritis o el dolor lumbar.
"Los esfuerzos nacionales por reducir las recetas de opiáceos tendrán un gran impacto en estas personas, pero se sabe poco sobre los beneficios y los riesgos de reducir la terapia a largo plazo con opiáceos. Cuando se toman a largo plazo, muchas personas experimentan desagradables síntomas de abstinencia si los abandonan de repente", advirtió Frank.
Tamara Haegerich, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., añadió que las personas que se han vuelto físicamente dependientes a los opiáceos pueden presentar síntomas de abstinencia si toman menos o dejan de tomarlos de forma demasiado abrupta. Esos síntomas pueden incluir ansias por los fármacos, ansiedad, insomnio, dolor abdominal y temblores.
"Quizá se necesiten planes de descontinuación gradual que se individualicen según las metas y los problemas del paciente", planteó.
La revisión de la investigación realizada por Frank y sus colaboradores incluyó 67 estudios sobre la reducción o la interrupción de la terapia con opiáceos recetada para el dolor crónico.
Cuarenta de esos estudios observaron específicamente lo que sucedía con las personas cuando se reducía la dosis de su medicamento. Los investigadores encontraron una mejora en la gravedad del dolor, la función y la calidad de vida.
Sin embargo, los investigadores dijeron que la calidad de las evidencias en los estudios era muy baja.
Pero reducir es muy importante.
"Los medicamentos opiáceos conllevan varios riesgos importantes, como la sobredosis y la adicción", dijo Frank. "Los mayores riesgos con los medicamentos opiáceos ocurren cuando se toman en dosis altas".
Reducir las dosis o dejarlos del todo podría reducir esos riesgos, anotó Frank. Pero esas acciones también podrían conducir a otros problemas, como el uso de sustancias ilegales o el suicidio.
Los resultados del estudio sugieren que la reducción de los opiáceos debe ser gradual, y estar respaldada por otro tipo de atención que no implique a los opiáceos.
"En la mayoría de los estudios en esta revisión, la reducción gradual de los opiáceos conllevó bajar lentamente la dosis de los medicamentos a lo largo del tiempo, mientras se trabajaba de cerca con un equipo de expertos en el dolor y se usaban múltiples tratamientos no opiáceos para el dolor", explicó Frank.
El tratamiento no opiáceo puede incluir meditación de mindfulness y terapia cognitiva conductual, un tipo de psicoterapia.
El Dr. Harshal Kirane, director de servicios de la adicción del Hospital de la Universidad de Staten Island, en la ciudad de Nueva York, comentó que "identificar los métodos no opiáceos para la gestión del dolor tiene una importancia profunda".
Kirane no participó en la nueva investigación, pero anotó que las terapias asistidas con medicamentos que implican a agentes como la metadona y la buprenorfina también pueden ayudar a la reducción gradual de los opiáceos.
La reducción gradual se puede llevar a cabo de varias formas, según Kirane. "En su forma más básica, un calendario de reducción gradual reduce el régimen diario de un paciente en un 10 por ciento cada 5 a 7 días, hasta que el paciente haya abandonado el régimen del todo o restablezca un régimen básico más bajo", explicó.
Las personas no deben abandonar los opiáceos de forma abrupta. "Lo más frecuente es que abandonarlos de forma abrupta culmine en unos difíciles síndromes de abstinencia y una mayor vulnerabilidad a una recaída en el uso de los opiáceos", advirtió Kirane.
Más allá de la sobredosis y la adicción, el uso crónico de opiáceos puede conducir a una variedad de problemas de salud, incluyendo un riesgo más alto de fracturas, ataque cardiaco y problemas sexuales. Los opiáceos también pueden afectar al sueño y al estado de ánimo de forma negativa, dijo Frank.
"En las dos últimas décadas, las recetas de opiáceos se han emitido comúnmente sin una evaluación adecuada del riesgo, unos principios de emisión segura de recetas, educación sobre la prevención de sobredosis, directrices sobre la duración y la dosificación del tratamiento, y sin orientación para reducir los opiáceos de forma gradual", dijo Kirane.
"Al ayudar a los individuos a desarrollar unas habilidades sanas para afrontar el dolor, la esperanza es que también aliviemos las presiones que fomentan la epidemia de opiáceos", añadió.
El nuevo informe, además de un editorial del que Haegerich, de los CDC, fue coautora, aparece en la edición en línea del 17 de julio de la revista Annals of Internal Medicine.
En Estados Unidos, más de dos millones de personas son adictas a los analgésicos recetados, y casi 600,000 están enganchadas a la heroína, un opiáceo ilícito, según unos estimados federales recientes.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Joseph W. Frank, M.D., primary care physician, Veterans Affairs Medical Center, Denver, and assistant professor of medicine, University of Colorado; Harshal Kirane, M.D., director, addiction services, Staten Island University Hospital, New York City; Tamara Haegerich, Ph.D., associate director for science, U.S. Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta; July 17, 2017, Annals of Internal Medicine, online
HealthDay
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