viernes, 28 de julio de 2017

OMS | Hepatitis D

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Hepatitis D

Nota descriptiva
Julio de 2017

Datos y cifras

  • El virus de la hepatitis D (VHD) es un virus RNA cuya replicación requiere la presencia del virus de la hepatitis B (VHB). La infección por el VHD ocurre simultáneamente con la infección por el VHB o como sobreinfección.
  • El virus se transmite por contacto con la sangre u otros líquidos corporales de las personas infectadas.
  • La transmisión vertical (de la madre al hijo) es rara.
  • En el mundo hay aproximadamente 15 millones de personas con coinfección crónica por el VHD y el VHB.1
  • Por el momento no hay tratamiento antivírico eficaz contra la hepatitis D.
  • La infección por el VHD puede prevenirse mediante la vacunación contra la hepatitis B.

La hepatitis D es una enfermedad hepática que puede adoptar formas agudas o crónicas, y su agente etiológico, el VHD, requiere la presencia del VHB para replicarse. La infección por el VHD no es posible en ausencia del VHB. La coinfección o sobreinfección por ambos virus causa una enfermedad más grave que la infección únicamente por el VHB.
La única forma de prevenir la infección por el VHD es la vacunación contra la hepatitis B.

Distribución geográfica

Se calcula que un 5% de las personas HBsAg-positivas están coinfectadas por el VHD, cuya distribución es mundial. Las zonas con gran prevalencia son el Mediterráneo, Oriente Medio, Pakistán, Asia Central y Septentrional, Japón, Taiwán, Groenlandia, partes de África (sobre todo el Cuerno de África y África Occidental), la Cuenca Amazónica y algunas zonas del Pacífico. La prevalencia es baja en Norteamérica, Europa Septentrional, Sudáfrica y Asia Oriental.

Transmisión

Las vías de transmisión del VHD son las mismas que las del VHB: por contacto percutáneo o sexual con sangre o productos sanguíneos infectados. La transmisión vertical es posible, pero rara. La vacunación contra el VHB previene la coinfección por el VHD, por lo que la expansión de los programas de vacunación de los niños contra el VHB ha dado lugar a una reducción de la incidencia de la hepatitis D en todo el mundo. No obstante, en algunos entornos se ha observado un aumento de la prevalencia de la hepatitis D en consumidores de drogas inyectables o a consecuencia de migraciones con origen en zonas donde el VHD es endémico.

Síntomas

Hepatitis aguda: la infección simultánea por el VHB y el VHD puede producir hepatitis de leve a grave, incluso fulminante, pero la recuperación suele ser total y la hepatitis D crónica es rara (menos del 5% de los casos de hepatitis aguda).
Sobreinfección: el VHD puede infectar a personas que ya padecen infección crónica por el VHB. Esta sobreinfección por el VHD en casos de hepatitis B crónica acelera la progresión hacia formas más graves de la enfermedad en el 70-90% de los casos y en pacientes de todas las edades. La sobreinfección por el VHD acelera la progresión hacia la cirrosis, que aparece casi 10 años antes que en los casos de infección únicamente por el VHB, y ello a pesar de que el VHD suprime la replicación del VHB. Está por esclarecer el mecanismo a través del cual el VHD agrava la hepatitis y acelera la progresión de la fibrosis en comparación con la infección únicamente por el VHB.

¿Quiénes están en riesgo?

Los portadores crónicos del VHB están en riesgo de sufrir infección por el VHD.
Quienes no son inmunes al VHB (sea por enfermedad natural o por vacunación) corren el riesgo de infectarse con este virus, con el consiguiente riesgo de infección por el VHD.

Detección y diagnóstico

La infección por el VHD se diagnostica por la presencia de títulos elevados de inmunoglobulinas G y M anti-VHD, y se confirma por la detección de RNA del virus en el suero.
Sin embargo, la disponibilidad de las pruebas de diagnóstico del VHD es reducida, y las pruebas de detección del RNA del VHD, que también se utilizan para evaluar la respuesta al tratamiento antivírico, no están normalizadas.

Tratamiento

No hay tratamiento específico para la infección aguda ni crónica por el VHD. La replicación persistente del virus es el factor más importante para predecir la mortalidad y la necesidad de tratamiento antivírico. El interferón alfa pegilado es el único fármaco eficaz contra el VHD; los antivíricos análogos de los nucleótidos tienen escaso o nulo efecto en la replicación del VHD. La duración óptima del tratamiento no está bien definida, ni tampoco se sabe bien cuánto tiempo tienen que ser los pacientes negativos para el RNA del VHD al final de tratamiento para que logren una respuesta virológica sostenida. Puede ser necesario más de 1 año de tratamiento.
La tasa global de respuesta virológica sostenida sigue siendo baja, incluso en los niños, y la mayoría de los pacientes recidivan tras la interrupción del tratamiento. En casos de hepatitis fulminante y hepatopatía terminal puede ser necesario el trasplante de hígado. Son necesarios nuevos tratamientos y nuevas estrategias terapéuticas; se han obtenido resultados preliminares prometedores con fármacos novedosos, como los inhibidores de la prenilación o los inhibidores de la entrada del VHB.

Prevención

La prevención y el control de la infección por el VHD se basan en la prevención de la transmisión del VHB mediante la vacunación contra este virus, la seguridad de la sangre y de las inyecciones, y los servicios de reducción de daños. La vacunación contra la hepatitis B no protege contra el VHD a quienes ya están infectados por el VHB.

Respuesta de la OMS

La OMS no tiene recomendaciones específicas con respecto a la hepatitis D, pero la prevención de la transmisión del VHB mediante la vacunación contra la hepatitis B, las prácticas de inyección seguras y los servicios de reducción de daños mediante el suministro de jeringuillas y agujas estériles son eficaces para prevenir la transmisión del VHD.
En mayo de 2016, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó la primera “Estrategia mundial del sector de la salud contra la hepatitis vírica, 2016-2021”, que destaca la función crucial de la cobertura sanitaria universal y cuyas metas están en línea con las de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El objetivo final es eliminar las hepatitis víricas como problema de salud pública, y las metas consisten en reducir los casos incidentes en un 90% y la mortalidad en un 65% de aquí a 2030. La estrategia también define las medidas que han de adoptar los países y la Secretaría de la OMS para alcanzar dichas metas.
Con el fin de ayudar a los países a lograr los objetivos mundiales relativos a las hepatitis víricas en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la OMS está trabajando en las siguientes esferas:
  • concienciación, promoción de alianzas y movilización de recursos;
  • formulación de políticas basadas en pruebas científicas y datos para la acción;
  • prevención de la transmisión, y
  • ampliación de los servicios de detección, atención y tratamiento.
Además, el 28 de julio de cada año, la OMS conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis, con el fin de acrecentar la sensibilización y el conocimiento sobre las hepatitis víricas.

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