miércoles, 12 de julio de 2017

La falta de sueño podría tener origen histórico - DiarioMedico.com

La falta de sueño podría tener origen histórico - DiarioMedico.com



SEGÚN INVESTIGADORES ESTADOUNIDENSES

La falta de sueño podría tener origen histórico

Investigadores de universidades americanas han determinado que los trastornos del sueño provendrían de las costumbres del ser humano en la época de cazadores-recolectores. Los habitantes de una región de Tanzania mantienen muchos de esos hábitos y han servido de muestra para el estudio.
Redacción. Madrid   |  12/07/2017 12:43
 
 

Un estudio desarrollado por investigadores de varias universidades estadounidenses ha reflejado que los trastornos del sueño en adultos podrían tener una procedencia histórica, relacionada con un mecanismo de supervivencia intrínseco en el ser humano desde su creación. Los habitantes de Hadza, región del norte de Tanzania, han sido tomados como objeto de estudio, ya que viven de la caza y la recolección de sus alimentos, siguiendo los ritmos de día y de noche que usaron seres humanos durante cientos de miles de años antes de que floreciera la agricultura y la ganadería.
El ensayo sobre los cazadores-recolectores modernos de Tanzania indica que, para las personas que viven en grupos, las diferencias en los patrones de sueño comúnmente asociados con la edad confirman que, al menos, una persona está despierta en todo momento.
La investigación sugiere que, los horarios de sueño no coincidentes y las interrupciones al dormir, pueden ser un remanente evolutivo de hace miles de años cuando, por ejemplo, un depredador al acecho en la noche podría atacar a una persona de madrugada. David Samson, investigador postdoctoral en la Universidad de Duke, ha señalado que "la idea de que hay un beneficio de vivir con los abuelos ha existido durante un tiempo, pero este estudio extiende esa idea a la vigilancia durante el sueño nocturno".
Los Hadza viven y duermen en grupos de entre 20 a 30 personas. Durante el día, hombres y mujeres van por caminos separados para buscar tubérculos, bayas, miel y carne en los bosques de la sabana. Después, al caer la noche, se reúnen en el mismo lugar, donde jóvenes y ancianos duermen fuera junto a su hogar o juntos en chozas de hierba y ramas tejidas. "Son tan modernos como tú y como yo, pero nos cuentan una parte importante de la historia evolutiva humana porque viven el estilo de vida más parecido a nuestro pasado de caza y recolección. Duermen en el suelo y no tienen electricidad o control de la climatización, rasgos que caracterizan el ambiente del sueño ancestral de los primeros seres humanos", ha declarado Alyssa Crittenden, coautora del estudio y profesora de Antropología en la Universidad de Nevada.

Los ancianos, los que menos duermen

En el estudio participaron 33 hombres y mujeres sanos de entre 20 y 60 años, que llevaron un pequeño dispositivo similar a un reloj durante 20 días, encargado de registrar sus movimientos nocturnos minuto a minuto. Los investigadores detectaron que los patrones de sueño de los Hadza rara vez estaban en sincronía.
Se comprobó que muchos de los parcipantes se despertaban durante la noche, dando vueltas y girándose, levantándose para fumar u ocuparse de un bebé llorando. Como resultado, los momentos en los que todos estaban durmiendo al mismo tiempo eran raros. De las más de 220 horas totales de observación, los investigadores se sorprendieron al encontrar sólo 18 minutosen los que todos los adultos dormían al mismo tiempo. En promedio, más de un tercio del grupo estaba despierto, o dormía muy ligeramente, en un momento dado. Sin embargo, los participantes no se quejaron de problemas de sueño, ha añadido Samson. El trabajo se publica en Proceedings of the Royal Society B.
Por otro lado, los participantes se acostaban poco después de las diez de la noche y se despertaban alrededor de las siete de la mañana, pero algunos tendían a retirarse tan pronto como a las ocho de la noche y despertarse a las seis de la mañana (los más mayores), mientras que otros se quedaban despiertos hasta las 11 de la noche y se despertaban después de las ocho de la mañana (los más jóvenes). Estos resultados generaron la hipótesis del abuelo mal dormido, cuya idea básica es que, durante gran parte de la historia de la humanidad, vivir y dormir en grupos de edad mixta de personas con hábitos de sueño diferentes ayudó a nuestros antepasados a mantenerse en alerta por la noche.
Los investigadores esperan que los resultados cambien nuestra comprensión de los trastornos del sueño relacionados con la edad. "Muchas personas mayores van a los médicos quejándose de que se despiertan temprano y no pueden volver a dormirse. Tal vez algunos de los problemas médicos podrían explicarse no como trastornos, sino como una reliquia de un pasado evolutivo en el que fueron beneficiosos", ha comentado Charlie Nunn, profesor de Antropología Evolutiva en Duke y coautor del estudio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario