viernes, 24 de marzo de 2017

Mejorando el pronóstico vital en onco-hematología

Mejorando el pronóstico vital en onco-hematología

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Mejorando el pronóstico vital en onco-hematología

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El tratamiento del cáncer hematológico tiene todavía muchos retos pendientes, como es el caso de la prevención; pero se han producido avances importantes, especialmente en las áreas de terapia de precisión dirigida a dianas moleculares e inmunoterapia.
En las últimas décadas la onco-hematología ha avanzado de forma espectacular obteniendo porcentajes de curación desconocidos para otros tipos de tumores. La enfermedad de Hodgkin o linfoma de Hodgkin supone el 1% de todos los cánceres aproximadamente y el 10 % de todos los linfomas. En Europa tiene una incidencia de 3 casos nuevos al año por 100.000 habitantes. Suele afectar a personas jóvenes, de entre 15 y 35 años o a mayores de 55 años.
Aunque en general tiene buen pronóstico, una pequeña parte de los pacientes no se curan con los tratamientos habituales, y las opciones terapéuticas para estos pacientes que recaen son más limitadas. Avanzar en el conocimiento de esta enfermedad y en opciones de mejorar el pronostico vital de estos pacientes es un reto para la comunidad medica y científica.
La prevención todavía es un reto pendiente, ya que la mayor parte de las hemopatías malignas son, en general, consecuencia de mutaciones o reordenamientos adquiridos en los procesos de replicación celular. Con todo, se han descubierto características en células germinales que predisponen al desarrollo de leucemias, particularmente de leucemia mieloide aguda.
Respecto al conocimiento de los mecanismos implicados en el desarrollo de muchas neoplasias hematológicas y en su evolución, se han descubierto nuevas mutaciones que determinan la adquisición de la enfermedad, por sí solas o mediante cooperación con eventos moleculares. Estos aspectos, junto con las alteraciones que determinan la resistencia del proceso neoplásico al tratamiento con emergencia de clones tumorales inicialmente minoritarios, se han puesto de manifiesto al aplicar técnicas innovadoras, como la secuenciación masiva de nueva generación (Next Generation Sequencing–NGS–).
En el diagnóstico, es de destacar la aparición de la clasificación actualizada de las neoplasias mieloides y linfoides según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta clasificación reconoce entidades nuevas con características genéticas específicas y da luz en las áreas frontera entre patologías, como es el caso de las neoplasias mieloproliferativas crónicas.
En el ámbito del pronóstico, varios marcadores moleculares descubiertos recientemente predicen la respuesta al tratamiento y la supervivencia. Otro aspecto con gran impacto es la persistencia de enfermedad residual después del tratamiento inicial, ya sea en cantidad mínima en pacientes en remisión morfológica de una leucemia aguda, como en mayor volumen y detectada por PET-TC en los linfomas. La evaluación de esta enfermedad residual es útil para la toma de decisiones de intensificación terapéutica. (…)
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