lunes, 7 de noviembre de 2016

Futuro de la esquizofrenia: del control de síntomas a alterar el curso del trastorno - DiarioMedico.com

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INNOVACIÓN EN EL TRATAMIENTO

Futuro de la esquizofrenia: del control de síntomas a alterar el curso del trastorno

La esquizofrenia se enfrenta a un cambio de paradigma que tiene como elementos centrales acotar más el diagnóstico, iniciar el tratamiento en fases prodrómicas y llevarlo más allá de los antipsicóticos.
María Sánchez-Monge. Palma de Mallorca | Maria.Sanchez@diariomedico.com   |  07/11/2016 00:00
 
 

Fernando Cañas,  Ana Cabrera, Sophia Vinogardov,  y Celso Arango
Fernando Cañas, del Hospital Dr. Rodríguez Lafora (Madrid); Ana Cabrera, directora de la Asociación Madrileña de Personas con Esquizofrenia; Sophia Vinogardov, de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), y Celso Arango, del Hospital Universitario Gragorio Marañon (Madrid). (DM)
Los recursos terapéuticos actuales consiguen resultados más que aceptables en buena parte de los pacientes con esquizofrenia. Fernando Cañas, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Doctor Rodríguez Lafora, de Madrid, se ha mostrado optimista: "Hoy en día podemos lograr un cambio espectacular en el resultado de en torno a dos tercios de los pacientes que tienen esquizofrenia". No obstante, ha recalcado que "sigue habiendo muchos casos en los que el trastorno se cronifica y genera déficits". Celso Arango, jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital Gregorio Marañón (Madrid), ha coincidido en que el margen de mejora es amplio y ha expuesto que el buen manejo del trastorno comienza por un correcto diagnóstico, en el que "eso que llamamos síndrome de la esquizofrenia va a ir disminuyendo en su grosor". Los dos psiquiatras han participado en el simposio Innovación en el tratamiento de la esquizofrenia, organizado por la Alianza Otsuka-Lundbeck dentro del XIX Congreso Nacional de Psiquiatría, celebrado en Palma de Mallorca.
  • El primer episodio de psicosis es un momento clave, pero se puede ir más allá en el tratamiento temprano y plantear, incluso, su inicio durante la etapa intrauterina
Arango ha aventurado en su ponencia cómo será el tratamiento de la patología dentro de 20 años. Junto a la revolución genética que ya está ayudando a discernir diferentes etiologías, ha vaticinado el avance de las terapias farmacológicas que vayan más allá del paradigma de bloqueo de receptor dopaminérgico D2 para el tratamiento de los síntomas psicóticos. "Estamos demasiado centrados en la psicosis", ha asegurado, añadiendo otro aspecto clave: "No hay una conciencia suficiente de algo que es fundamental, que es que la mayor parte de personas con esquizofrenia, o una proporción importante, tienen un trastorno del neurodesarrollo y eso significa que estamos actuando tarde, cuando ya parte del daño está hecho y la plasticidad cerebral es mucho menor, y que no hay un fármaco ni un tratamiento que sea eficaz y que sirva para todas las personas que cumplen los criterios diagnósticos de esquizofrenia".
Intervención precoz
Por lo tanto, hay dos direcciones hacia las que mirar: por un lado, diversificar los mecanismos de acción de los fármacos más allá del control de la psicosis -abarcando los síntomas negativos y los cognitivos- y, por otro, iniciar el tratamiento en el momento adecuado, de modo que, cuanto antes se actúe, mayor será la probabilidad de alterar el curso de la enfermedad y aspirar a la recuperación completa. El primer episodio de psicosis es un momento clave, pero se puede ir más allá y plantear, incluso, el tratamiento intraútero.
  • Se han probado medicamentos dirigidos al sistema glutamatérgico, la inflamación, el estrés oxidativo... De momento, ninguno ha superado la fase III
Las pistas para el desarrollo de nuevos fármacos pueden llegar de la mano de las alteraciones en el neurodesarrollo en distintos neurotransmisores."Hay bastantes estudios recientes de fármacos dirigidos al sistema glutamatérgico y todos tienen algo en común: que en fase I, II o III se han caído y no han demostrado eficacia", ha apuntado Arango. "Pero yo creo que la forma de hacer los estudios es equivocada. Parten del diagnóstico DSM IV de esquizofrenia, que desde el punto de vista comercial es mejor, porque es más amplio. Pero, ¿qué pasa si hay personas con esquizofrenia que realmente tienen una interacción del sistema glutamatérgico y otras no? Como las tratamos a todas juntas, nos puede salir que no es eficaz".
Otros ensayos se han centrado en el estrés oxidativo y la inflamación, y se ha probado el ácido eicosapentaenoico y la acetilcisteína, entre otros. "Todos ellos, por lo menos, tienen señales esperanzadoras". También se investigan los estrógenos, la oxitocina, el canabidiol...
Arango cree que el futuro está en la prevención, tanto primaria como secundaria, aunque no sólo. "Seguiremos tratando la patología de forma sintomática, sin duda alguna, pero lo haremos más allá de la dopamina y de lo psicótico. Y el uso de nuevas tecnologías va a ser una constante dentro de 20 años en el tratamiento de la esquizofrenia".
La encargada de exponer la utilidad de las tecnologías de la información y la comunicación, especialmente en el tratamiento de los déficits cognitivos, ha sido Sophia Vinogradov, de la Universidad de Minnesota. "La terapia farmacológica debe combinarse con entrenamiento cognitivo, con el fin de paliar el deterioro en los mecanismos de plasticidad cerebral que tan importantes son para una respuesta positiva".

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