lunes, 7 de noviembre de 2016

Fármacos coagonistas invitan al optimismo para tratar la obesidad - DiarioMedico.com

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LUCHA CONTRA LA OBESIDAD

Fármacos coagonistas invitan al optimismo para tratar la obesidad

La Sociedad Española de Nutrición (SEN) ha presentado en su reunión nacional los últimos estudios sobre una familia farmacológica que despejaría el horizonte terapéutica de la lucha contra la obesidad.
Maria R. Lagoa Santiago de Compostela | dmredaccion@diariomedico.com   |  07/11/2016 00:00
 
 

Felipe Casanueva
Felipe Casanueva, Marcela González-Gross, Carlos Diéguez y Rubén Nogueiras, en la reunión de la SEN. (Andrés Panaro)
Es una realidad que los especialistas no disponen de una buena solución farmacológica para combatir la obesidad. "La situación actual es un fracaso", reconoce Carlos Diéguez, director científico del Ciber de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberOBN); el agonista de GLP-1 es hoy el tratamiento farmacológico más eficaz. Sin embargo, el panorama puede cambiar en un futuro cercano, según Diéguez, con los nuevos fármacos coagonistas, que pueden convertirse en aliados muy útiles. Se trata de agonistas de receptores distintos que, al activarlos de forma simultánea, facilitan efectos sinérgicos y permiten el uso de dosis bajas de activación de cada uno de ellos.
Carlos Diéguez ha participado en una mesa redonda sobre nuevos enfoques de la patología metabólica durante el congreso que ha celebrado en Santiago la Sociedad Española de Nutrición. Ha explicado que son moléculas quiméricas diseñadas en el laboratorio con propiedades únicas, como la capacidad de unirse con alta afinidad a dos o más receptores diferentes, y ha asegurado que en los ensayos clínicos que se están llevando a cabo están demostrando mayor eficacia que los fármacos utilizados ahora.
Modelo experimental
El primero de estos coagonistas, en fase de ensayo clínico, es una molécula que se une al receptor GLP-1 y al receptor de glucagón. "Dado que activan vías diferentes, con dosis relativamente bajas se obtuvo, en modelos de roedores y primates, un efecto muy marcado de disminución del peso corporal, mejora del perfil lipídico y del colesterol, mejora del hígado graso, etc.", precisa el experto.
Después se generó un triagonista, una molécula capaz de unirse a GLP-1, glucagón y GIP: "Su caracterización a niveles de modelos preclínicos exhibe resultados incluso mejores que el anterior".
  • La cirugía metabólica reduce la diabetes tipo 2 incluso antes de que se produzca la pérdida de peso, pero ha de restringirse a los casos de riesgo alto, igual que la cirugía bariátrica
Los efectos secundarios son escasos porque su diseño casi a la carta les confiere un alto efecto biológico en dosis relativamente bajas; en algunos casos, un receptor puede compensar el efecto de otro: "Por ejemplo, a nivel de glucemia, en la combinación de GLP-1 y glucagón el efecto hipoglucemiante de uno de ellos es compensado por el hiperglucemiante del otro".
El agonista de GLP-1 provoca problemas gastrointestinales en casi el 50 por ciento de los pacientes. En cuanto a su eficacia, un año de tratamiento conlleva una pérdida de más del 5 por ciento del peso corporal en dos tercios de los pacientes y de más del 10 por ciento en el 33 por ciento de los sujetos.
En la mesa redonda también ha intervenido Felipe Casanueva, presidente en funciones de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, que ha destacado los beneficios de la cirugía metabólica en el control de la diabetes tipo 2. Esta cirugía, que utiliza las mismas técnicas que la cirugía bariátrica pero busca una corrección de los trastornos metabólicos independientemente de la necesidad de regular el peso, mejora la diabetes incluso antes de que se produzca la pérdida de peso. Sin embargo, tiene las mismas observaciones que la cirugía bariátrica, advierte Casanueva: "La intervención es irreversible, invasiva y costosa, así que hay que utilizarla en casos concretos".
En aumento
Son los pacientes con riesgo alto de morbimortalidad quienes se someten a cirugía bariátrica con resultados muy buenos: "Se produce una pérdida de peso prolongada, se reduce la mortalidad y la morbilidad de manera significativa y cuanto más radical es el procedimiento, más eficaz es el resultado". Casanueva vaticina que el número de estas intervenciones aumentará debido a la cirugía metabólica y a la intervención de adolescentes con obesidad mórbida, "que representan un gran desafío".
La tercera ponente, Marcela González-Gross, investigadora de la Universidad Politécnica de Madrid, ha hablado del balance energético y ha subrayado que no es una ecuación exacta, que hay varios mediadores entre la ingesta y el gasto de calorías. Uno de sus mensajes es que el ejercicio físico puede regular el apetito y mejora el balance energético. "Inhibe la grelina, la hormona que estimula el apetito, y también favorece los inhibidores del apetito (PYY, GLP1 y CKK)".
González-Gross ha dado cuenta de una de las hipótesis que se están estudiando y según la cual un gasto energético elevado favorece un mejor balance energético aunque la ingesta sea alta, mientras que si se reduce el gasto, no se produce el mismo efecto aunque se baje la ingesta.

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