lunes, 14 de noviembre de 2016

Ejercicio personalizado, esencial en las nuevas guías para la EAP - DiarioMedico.com

AHA 2016

Ejercicio personalizado, esencial en las nuevas guías para la EAP

El encuentro anual de la Asociación Americana del Corazón ha recogido la presentación de las nuevas guías para patología arterial periférica.
Pilar Laguna. Nueva Orleans | dmredaccion@diariomedico.com   |  14/11/2016 00:00
 
 
Los pacientes con enfermedad arterial periférica (EAP) deben combinar un programa de ejercicio físico pautado junto con la terapia médica, que suele consistir en la administración de fármacos antiplaquetarios para reducir el riesgo trombótico o de estatinas para bajar el colesterol, según las nuevas guías conjuntas de práctica clínica elaboradas por la Asociación Americana del Corazón (AHA, en sus siglas en inglés) y el Colegio Americano de Cardiología (ACC) que hoy publican Circulation y el Journal of the American College of Cardiology. Los nuevos protocolos, en los que también participan otras sociedades científicas como la Asociación Americana de Ictus (ASA), actualizan las guías de 2011. En éstas ya se hacía hincapié en fomentar la actividad física estructurada junto con el tratamiento farmacológico, pero sin que se ajustara con tanta precisión a cada paciente.
Evaluación periódica 
Las directrices actualizadas acaban de presentarse en el congreso AHA 2016 que comenzó ayer en Nueva Orleans (Estados Unidos) en el que participan unos 18.000 cardiólogos de todo el mundo. Principalmente advierten de los riesgos de no tratar la EAP, una enfermedad que se caracteriza por el estrechamiento de las arterias de las piernas y su oclusión a causa de la ateroesclerosis, alteraciones similares a las que causan infarto de miocardio o ictus cerebral. La EAP dificulta la circulación de la sangre por las piernas, causando dolor y dificultades para la deambulación. Si no se trata puede producir discapacidad, incluso la amputación del miembro afectado.
"La EAP es muy común y tiene consecuencias devastadoras. Por ello es importante mejorar la calidad de la atención a estos pacientes con las mejores guías de práctica clínica", dice Heather Gornik, especialista en Cardiología y Medicina Vascular, que ha participado activamente en la redacción de los nuevos protocolos.
  • Junto con la terapia médica adecuada, la actividad física estructurada debe ajustarse en intensidad, tipo, frecuencia y duración para cada uno de los pacientes
Según la cardióloga Marie Gerhard-Herman, del Hospital Brigham and Women, de Boston (Estados Unidos), "evaluar periódicamente el manejo de enfermedades complejas incorporando las nuevas evidencias es un paso crítico para asegurar que los clínicos están bien pertrechados para ofrecer tratamientos óptimos a sus pacientes".
Ambas expertas insisten en que al tratar la EAP una prioridad es la de prevenir eventos cardiovasculares, pero también mejorar la habilidad y funcionalidad del paciente para caminar. Por ello, en los enfermos más graves será necesario intervenir para restaurar el flujo sanguíneo en la pierna afectada, mediante angioplastia o implantación de stent utilizando cirugía de bypass -y, a veces, ambos procedimientos- para prevenir futuros bloqueos circulatorios. La novedad de las guías de 2016 radica en que estas intervenciones vasculares, hasta ahora reservadas a casos más graves, podrían considerarse también para los pacientes que tienen una EAP moderada pero que después del tratamiento médico y de un ejercicio programado presentan limitaciones significativas al caminar.
El peso del ejercicio 
"Independientemente de si han pasado por procedimientos vasculares, todos los pacientes con EAP tienen riesgo de desarrollar trombos en las piernas y un infarto de miocardio o un ictus", recalca Gornik, recordando la utilidad de las estatinas para reducir el colesterol en sangre y prevenir su acumulación en las paredes de las arterias, y también la de la terapia antiplaquetaria, como aspirina o clopidogrel. Además, estos protocolos ponen sobre el tapete la posibilidad de utilizar ambos fármacos, en terapia dual, tras los procedimientos de cirugía vascular o implantación de stent.
En cuanto al ejercicio, también considerado piedra angular anteriormente, las nuevas guías recomiendan programas individualizados que varíen en tipo, frecuencia, intensidad y duración y con instrucciones específicas del equipo terapéutico. La forma más eficiente de ejercicio es implantar un programa supervisado por el hospital o por un ambulatorio, aunque también se concede valor al ejercicio hecho en casa o basado en actividades comunitarias. Aunque ya se incidía en la importancia de dejar de fumar, ahora se recalca que los pacientes de EAP eviten ser fumadores pasivos y se recomienda que se vacunen anualmente contra la gripe por riesgo de ataque cardiaco.

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