Una nueva clasificación redefine los tumores cerebrales

La identificación de marcadores moleculares ha cambiado el diagnóstico de los tumores del sistema nervioso central.

Sonia Moreno. Madrid | 05/10/2016 14:42

Joseph Khoury, Juan Fernando García y Joxel García

Joseph Khoury (MD Anderson Houston), Juan Fernando García (MD Anderson Madrid) y Joxel García (MD Anderson Houston). (DM)

Cada vez más se conoce más sobre la biología de los tumores, lo que no significa que existan tratamientos específicos para cada nuevo marcador que se identifica, pero sin duda ese conocimiento es el primer paso para poder desarrollarlos.

Entre los tumores más esquivos desde el punto de vista molecular están los que afectan al sistema nervioso central (SNC). Una nueva clasificación, respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), reformula el diagnóstico de este tipo de tumores. Por primera vez, esas neoplasias se clasifican atendiendo no solo a su histología, sino también a parámetros moleculares.

La propuesta lanzada este año por la OMS protagoniza una de las sesiones del encuentro científico Avances en el Diagnóstico de la Patología Molecular en la Era de la Terapia Personalizada en Cáncer, que el Centro del Cáncer MD Anderson en Madrid celebra de forma conjunta con el Centro del Cáncer MD Anderson de la Universidad de Texas en Houston, hasta el viernes en la capital española.

Juan Fernando García, jefe de Servicio de Anatomía Patológica del MD Anderson en Madrid, y coorganizador del congreso, ha destacado que el hallazgo de nuevos marcadores permite subclasificar a determinados pacientes que antes se englobaban bajo un mismo paraguas diagnóstico.

El caso del glioblastoma, uno de los tumores del SNC con peor pronóstico, es paradigmático. "Glioblastoma constituía una entidad global con la que probablemente se abarcaban subtipos de enfermedades que no entendíamos. Hay pacientes que con el diagnóstico de glioblastoma apenas viven meses, mientras que otros con el mismo diagnóstico sobreviven años. Ahora empezamos a entender por qué. La identificación de algunos mecanismos de esta enfermedad, como las mutaciones en IDH1 e IDH2, subdividen a esos pacientes en categorías de pronóstico diferenciado y que necesitarán tratamiento y seguimiento también diferentes". Los parámetros moleculares también reestructuran la clasificación de meduloblastomas y otros tumores embrionarios e incorporan nuevas entidades como el glioma difuso de la línea media con mutación H3 K27M.

Aunque todavía no hay ninguna molécula que actúe directamente sobre esos marcadores, Juan Fernando García ve con optimismo el papel que pueden adoptar las terapias epigenéticas: "Gran parte de los marcadores identificados en estos tumores tienen una acción en la regulación epigenética, por lo que podrían modularse, de forma transversal, con fármacos que trabajan en ese nivel".

Así se está haciendo con éxito en el manejo de las malignidades hematológicas, en concreto, en la leucemia, que García trae a colación como ejemplo de conocimiento adquirido que puede extrapolarse a otras enfermedades.

Eslabón para curar el cáncer
La reclasificación de los tumores de SNC es un buen indicador de una nueva forma de trabajar en Oncología que se basa necesariamente en un adecuado diagnóstico de la mano de un estudio patológico del tumor. Así lo ha destacado el también coorganizador del encuentro, Joseph Khory, director de la División de Patología en MD Anderson en Houston: "Solo se puede alcanzar el tratamiento correcto con el diagnóstico correcto, y todo lo que ello implica, en cuanto a la detección precoz, la determinación del pronóstico y la supervivencia".

"El diagnóstico es el eslabón más importante para curar el cáncer", ha apostillado Joxel García, director de Control y Prevención en MD Anderson en Houston y del Programa Moon Shots, una iniciativa respaldada por el gobierno estadounidense para acelerar los avances en prevención y tratamientos oncológicos. Para estandarizar la calidad del proceso diagnóstico, García ha recordado que es vital "democratizar" la información disponible, a través de plataformas con bases de datos que lleguen a centros clínicos en todo el mundo.

Microambiente

"Cuanto más avanzamos en el conocimiento del cáncer, más nos damos cuenta de que no habrá una única solución para resolverlo", ha recordado Khory, al referirse a la inmunoterapia, la última gran estrella del tratamiento oncológico. El congreso abordará también su introducción en tumores para los que apenas había terapias, como el cáncer de páncreas, y su combinación con tratamientos más clásicos para perfeccionarlo en otros tumores.

También se centrará en las terapias que modulan la interacción entre la célula tumoral y el microambiente. "Es un campo fascinante, el de entender cómo los tumores son una estructura plástica, no rígida, y compuesta por muchos elementos (vasos, estroma, células inmunitarias...). Esa estructura dinámica y cambiante puede modificarse con la terapia", ha concluido Juan Fernando García.