martes, 18 de octubre de 2016

Trasplante cardíaco de donante en asistolia, una alternativa que merece ser explorada - DiarioMedico.com

Trasplante cardíaco de donante en asistolia, una alternativa que merece ser explorada - DiarioMedico.com



EXPERIENCIA EN AUSTRALIA Y REINO UNIDO

Trasplante cardíaco de donante en asistolia, una alternativa que merece ser explorada

Varios centros españoles, entre ellos el Chuac, están valorando la posibilidad de trasplante cardiaco con corazones de donantes que fallecen de muerte circulatoria.
María R.Lagoa. Vigo   |  18/10/2016 11:00
 
 

Marisa Crespo y Peter Macdonald
Marisa Crespo (Chuac) y Peter Macdonald (Hospital St Vicent de Sidney, en Australia). (Andrés Panaro)
El trasplante cardíaco con corazones procedentes de donantes que fallecen de muerte circulatoria, en asistolia o DCD, en sus siglas inglesas, es una técnica que está comenzando a utilizarse de manera experimental. Surge porque es una manera de disponer de corazones de donantes jóvenes que, de otro modo, no serían donantes cardíacos y en la actualidad está siendo argumento principal de discusión en los foros médicos. La experiencia es todavía escasa (doce casos realizados en Australia y algunos más en Reino Unido), pero los buenos resultados indican que es una alternativa que merece ser explorada.
Es el mensaje que ha transmitido la cardióloga Marisa Crespo, responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca Avanzada y Trasplante Cardiaco del Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña (Chuac), durante el curso de formación continuada en cardiología celebrado en este centro. Uno de los invitados ha sido precisamente el profesor Peter Macdonald, del Departamento de Cardiología del Hospital St Vicent de Sidney (Australia), que dirige el equipo que reportó en Lancet los tres primeros casos de trasplante de corazón de donantes fallecidos de muerte circulatoria. La respuesta de sus doce pacientes trasplantados es excelente, con un cien por cien de supervivencia al año.
Actualmente, varios centros españoles están valorando la posibilidad de hacer este tipo de trasplante, entre ellos el Chuac.
La donación en asistolia tiene una larga historia, ya que se utilizaba antes de que se desarrollara la que se practica a partir de una muerte encefálica. En los últimos años, se recurre a este procedimiento de forma creciente para el trasplante renal, hepático y pulmonar. Pero el trasplante cardíaco plantea más problemas para hacerse con órganos procedentes de muerte circulatoria. A diferencia de lo que ocurre cuando el corazón es de un donante en muerte cerebral, que está latiendo hasta el momento de la extracción y, por tanto, se puede estudiar su estructura y función, en un donante en asistolia, se desconoce cómo es la función, si existe patología subyacente y hasta qué punto el daño isquémico puede afectar a la función posterior del injerto cardiaco.
La capacidad de mitigar el daño de la isquemia caliente durante la retirada del soporte vital, la necesidad de preservar el corazón en la donación a distancia y de evaluar la viabilidad del órgano donante, son por tanto los principales obstáculos a salvar. En La Coruña, Peter Mcdonald ha dado las claves para que la técnica funcione: buena selección del donante, protección correcta del corazón y un sistema de perfusión ex vivo del órgano cardiaco que lo mantenga en condiciones óptimas hasta el implante y permita el trasplante a distancia.
El protocolo de Sydney únicamente incluye donantes menores de 40 años. El motivo es que cuanto menos edad tiene el donante, existen menos posibilidades de que tenga una patología cardíaca oculta que hiciese inviable el órgano para el trasplante. "El corazón por donación tras muerte circulatoria está parado y puede haber alguna patología que no se puede apreciar. De hecho, la máquina de perfusión ex vivo, además de recuperar el órgano, permite estudiarlo y asegurar que la función es buena para ser trasplantado", explica Marisa Crespo.
Tras el fallecimiento del paciente por parada circulatoria, es preciso hacer una extracción muy rápida, infundir una solución que proteja el miocardio del daño por isquemia y utilizar después el dispositivo que consigue mantener el corazón fuera del cuerpo con actividad hasta su implante en el receptor. Para los pacientes que reciben el órgano a través de esta técnica, no hay requerimientos especiales, salvo que tienen que dar el consentimiento informado porque es un procedimiento todavía en fase experimental.

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