lunes, 10 de octubre de 2016

Biomarcadores en resonancia magnética enfocados a esclerosis múltiple

Biomarcadores en resonancia magnética enfocados a esclerosis múltiple





Los protocolos y secuencias de resonancia magnética deben ser reproducibles, precisos y sensibles; pero la evaluación de la calidad debería ser una parte integral de este proceso. Foto: Raja Stills © Fotolia.

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Desarrollo de biomarcadores en resonancia magnética enfocados en esclerosis múltiple

Octubre de 2016

Paul M. Parizel, MD, PhD

Aunque la técnica continúa posicionada como piedra angular en diagnóstico avanzado, cada vez es mayor su uso en el seguimiento de un amplio espectro de condiciones clínicas.


De la observación de imágenes a la medición de parámetros

La década anterior fue testigo del cambio de paradigma en el uso de la radiología en la práctica clínica. Aunque esta técnica continúa posicionada como piedra angular en el diagnóstico avanzado y la calidad en la atención, cada vez es mayor el uso de las imágenes para el seguimiento y monitorización de un amplio espectro de condiciones clínicas. Gracias al desarrollo de nuevas tecnologías, entramos en una era en la que las técnicas de imágenes contribuyen a nuestra comprensión fundamental de los procesos fisiológicos en los estados de salud y enfermedad.  En el caso particular de los trastornos del sistema nervioso central, las nuevas técnicas de imágenes y de post procesamiento (imágenes de perfusión, potenciadas de difusión, con tensor de difusión, con curtosis de difusión y espectroscopia, entre otros), han tenido un impacto significativo en el manejo clínico de los pacientes, en la toma de decisiones terapéuticas y en la predicción de desenlaces.

Sin embargo, a pesar de los desarrollos científicos de vanguardia y de la expansión de las aplicaciones clínicas, los radiólogos continúan apoyándose en la evaluación visual (“lectura”) para interpretar los exámenes radiológicos. El proceso tradicional de “interpretación visual de las imágenes” por parte de los radiólogos ha permanecido casi sin cambios durante más de un siglo.  Y aunque este enfoque puede ser lo “suficientemente bueno” para sugerir un diagnóstico inicial, no es aceptable para la interpretación de los exámenes de seguimiento. Los radiólogos encuentran grandes dificultades cuando comparan imágenes actuales con estudios previos.  Es muy difícil evaluar con precisión los cambios sutiles entre un examen y el siguiente (por ejemplo en la forma, tamaño y estructura de un tumor).  Esto se debe a las variaciones en la posición del paciente, la secuencia, el equipo, los protocolos y parámetros, la configuración de las ventanas, etc. Además de estas limitaciones técnicas, la evaluación visual también es propensa a variaciones de interpretación subjetiva, fallas de percepción, desconocimiento y error humano. Estos factores conducen a variaciones significativas interobservador e intraobservador, en la inspección visual de los datos de imágenes.

Afortunadamente, la situación está cambiando, debido a la introducción de “biomarcadores de imágenes” en investigación, e incluso con mayor importancia, en la práctica clínica diaria. La palabra “biomarcador” implica un parámetro mensurable que puede ser utilizado como indicador de una enfermedad particular o de algún otro estado fisiológico de un organismo. En un documento técnico, la Sociedad Europea de Radiología (ESR, por su sigla en inglés) afirma que el desarrollo de nuevos biomarcadores de imágenes tiene un alto impacto en cuanto al manejo de los pacientes, la evaluación de factores de riesgo y el pronóstico de la enfermedad. En particular, los -biomarcadores de imágenes- son de gran valor para extraer parámetros cuantitativos, objetivos, reproducibles, así como para mejorar el valor de las imágenes en la práctica clínica.

El advenimiento de los biomarcadores de imágenes en las neuroimágenes clínicas cambia las reglas del juego.  Estos proporcionan formas innovadoras de explorar nuevas rutas de investigación y de abordar interrogantes clínicos. Tanto la industria farmacéutica como los entes reguladores se apoyan cada vez más en los estudios de imágenes para ofrecer criterios de valoración sustitutos en los estudios clínicos (un criterio de valoración sustituto –surrogate end point– es definido por las instituciones nacionales de salud como “un biomarcador orientado a sustituir un criterio de valoración clínico”).  Por eso es importante encontrar qué funciona y qué no, de manera rápida, económica y eficiente.  Los biomarcadores cuantitativos de imágenes están ayudando a las compañías farmacéuticas a tomar decisiones de “pare/siga” respecto a nuevos productos; en muchos casos, esto evita estudios exploratorios adicionales más costosos y demandantes de tiempo, con lo cual se ahorran tiempo y dinero. La atención en salud evoluciona hacia la medicina basada en la evidencia y en la personalizada, y los médicos adoptan con rapidez herramientas para respaldar las decisiones, lo cual requiere el ingreso de datos cuantitativos y métricas objetivas.
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Palabras relacionadas: Industria de tecnología médica; Imágenes diagnósticas, resonancia magnética, industria de imágenes diagnósticas, imágenes por resonancia magnética


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