miércoles, 7 de septiembre de 2016

Un equipo multidisciplinar asegura el éxito de la bomba de baclofeno en espasticidad - DiarioMedico.com

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EN PACIENTES COMPLEJOS

Un equipo multidisciplinar asegura el éxito de la bomba de baclofeno en espasticidad

Los pacientes con espasticidad en los que han fracasado otros tratamientos pueden mejorar con la bomba de baclofeno. El Hospital de La Princesa es un ejemplo de cómo abordar estos casos altamente complejos.
Sonia Moreno. Madrid   |  07/09/2016 11:31
 
 

Itziar Palmí y Aranzazu Vázquez
Itziar Palmí y Aranzazu Vázquez, especialistas del Hospital de La Princesa (Madrid). (José Luis Pindado)
La espasticidad constituye uno de los síntomas más invalidantes en el síndrome de motoneurona superior. La lesión del sistema nervioso central (SNC) se acompaña, entre otras cosas, depérdidas del control inhibitorio sobre el reflejo monosináptico medular somático, provocando un aumento del tono muscular invalidante, progresivo y no controlado con importantes secuelas para la calidad de vida del paciente. Las consecuencias de la espasticidad son la deformidad progresiva de las articulaciones por la contracción mantenida de los diferentes grupos musculares, el dolor, la fatiga, un elevado gasto energético para la marcha, dificultades en la higiene y alteraciones del desarrollo en los niños, entre otras diversas.
Los tratamientos actuales, que incluyen fisioterapia, administración de toxina botulínica y diversos fármacos por vía oral o intramuscular, consiguen controlar la espasticidad y frenar su desarrollo, si se implantan de forma precoz. Sin embargo, determinados enfermos que no responden bien a estas terapias o resultan insuficientes al presentar una elevada discapacidad secundaria, la mejor opción puede ser la implantación de una bomba de baclofeno.
No obstante, esta estrategia terapéutica tiene que estar respaldada por el trabajo de un equipo multidisciplinar, que se implique no sólo en la selección de los pacientes y en la implantación de la bomba, sino también en su estrecho seguimiento y en la atención a eventuales complicaciones. Así lo destaca Aranzazu Vázquez, del Servicio de Rehabilitación del Hospital de La Princesa (Madrid), centro que cuenta desde hace años con una consulta monográfica de espasticidad en la que se tratan a unos 70 pacientes mensuales, en muchos casos afectos por esclerosis múltiple, lesión medular, demencia cortical primaria y parálisis cerebral.
La colaboración de los servicios de Rehabilitación, Neurología, Neurocirugía y Anestesiología vertebra un abordaje multidisciplinar para el control de este cuadro, incluyendo la implantación de la bomba y sus complicaciones derivadas, además de realizar formación de otros facultativos en el manejo del tratamiento de la espasticidad focal con toxina botulínica mediante control ecográfico.
La presencia, desde hace ya un año, de un grupo de trabajo en el hospital para el seguimiento de pacientes con espasticidad grave y elevada complejidad terapéutica permite incluir el implante de bombas de baclofeno como una opción terapéutica más. Hasta ahora se derivaba a los pacientes a otros hospitales, lo que suponía una pérdida de seguimiento y un elevado coste personal para estos enfermos.
Esta unidad de espasticidad se encarga de la valoración multidisciplinar de los casos; en los que se cumplen las indicaciones clínicas, se implanta la bomba de baclofeno con seguimiento posterior en consultas externas.
Vázquez reconoce que "se necesita un equipo muy coordinado, capaz de atender las posibles complicaciones tanto en la consulta como en urgencias". De hecho, para esta especialista, laelevada exigencia de coordinación e implicación entre los profesionales sanitarios de diferentes áreas es lo que dificulta que la bomba de baclofeno no se implante en general con más frecuencia entre los pacientes con espasticidad y lo que en ocasiones aboca incluso a la retirada de los dispositivos insertados.
Según relata Vázquez a DM, la experiencia en La Princesa ha sido un éxito hasta el momento, con elevada satisfacción por parte de los pacientes y una efectividad clínica demostrada. El paciente presenta una mejoría significativa de su calidad de vida así como la sobrecarga de los cuidadores y se ha conseguido disminuir el tratamiento con otros fármacos antiespásticos orales o infiltrados.
Itziar Palmí, del Servicio de Neurología del citado hospital madrileño, abunda en la idea de la importancia del manejo multidisciplinar y de seleccionar adecuadamente a los pacientes que pueden beneficiarse de esta técnica. Para la neurocirujana Cristina Torres, una de las complicaciones más frecuentes de la intervención, que desde el punto de vista quirúrgico no es invasiva, son las infecciones.

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