viernes, 5 de agosto de 2016

Victoza, un medicamento para la diabetes, quizá no ayude a los pacientes con una insuficiencia cardiaca avanzada: MedlinePlus en español

Victoza, un medicamento para la diabetes, quizá no ayude a los pacientes con una insuficiencia cardiaca avanzada: MedlinePlus en español



Victoza, un medicamento para la diabetes, quizá no ayude a los pacientes con una insuficiencia cardiaca avanzada

Los participantes de un estudio tal vez hayan estado demasiado enfermos como para beneficiarse del medicamento, plantea una experta en diabetes
     
Traducido del inglés: miércoles, 3 de agosto, 2016
Imagen de noticias HealthDay
MARTES, 2 de agosto de 2016 (HealthDay News) -- El medicamento para la diabetes liraglutida (Victoza) no parece mejorar la función cardiaca de los pacientes con insuficiencia cardiaca avanzada, encuentra un estudio reciente.
La teoría de este ensayo era que el fármaco, que pertenece a una clase de medicamentos llamados agonistas del GLP-1, podría interactuar con los receptores GLP-1 del corazón en las células, mejorando así la función del corazón.
"Esperábamos un beneficio, pero no lo vimos. Es neutral en el mejor de los casos", dijo el investigador líder, el Dr. Kenneth Margulies, profesor de medicina y director de investigación sobre insuficiencia cardiaca y trasplantes de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia.
Estudios anteriores encontraron evidencias de que las personas con insuficiencia cardiaca avanzada tienen resistencia a la insulina en los músculos periféricos y en el músculo cardiaco, y "se pensaba que esta era una característica nociva para la que este tipo de medicamento para la diabetes podría ayudar", señaló.
El fármaco no solo no ayudó, sino que es posible que Victoza haya sido incluso ligeramente dañino en algunos pacientes con insuficiencia cardiaca avanzada, lamentó Margulies. El estudio anotó que las personas con diabetes tipo 2 que tomaban Victoza tenían un riesgo ligeramente más alto, aunque no significativo, de muerte y de volver a ser hospitalizados, además de señales de un empeoramiento en la función renal.
Pero los pacientes que usan Victoza que desarrollen insuficiencia cardiaca no deben dejar de tomarlo de forma abrupta, añadió.
Un experto anotó que este ensayo contradice los hallazgos de otro estudio que encontró que Victoza reducía el riesgo de morir de una enfermedad cardiaca.
"Sospecho que [este] ensayo no es la última palabra sobre el tema", dijo el Dr. John Buse, jefe y profesor de la división de endocrinología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill.
Este nuevo estudio fue pequeño, relativamente corto y estadísticamente complejo, explicó Buse. También conllevó tratar a personas con y sin diabetes, añadió.
"No concuerda con los resultados del ensayo LEADER (por las siglas en inglés de 'Efecto y acción de la liraglutida en la diabetes: evaluación de los resultados cardiovasculares'), que fue más grande y duró más", dijo Buse.
Los investigadores del ensayo LEADER, incluyendo a Buse, encontraron que en el transcurso de casi cuatro años, los pacientes con diabetes tipo 2 y enfermedad cardiaca que tomaban Victoza tenían un riesgo más bajo de morir de la enfermedad cardiaca y de accidente cerebrovascular, o de cualquier otra causa, en comparación con un placebo.
"Claramente, el tratamiento de la insuficiencia cardiaca en las personas con diabetes es un área que necesita estudiarse más", dijo Buse.
En el estudio actual, Margulies y sus colaboradores asignaron al azar a 300 pacientes con insuficiencia cardiaca avanzada recién hospitalizados a inyecciones diarias de Victoza o de un placebo.
En un transcurso de seis meses, los investigadores observaron la cantidad de pacientes que murieron, los que fueron admitidos de nuevo al hospital por insuficiencia cardiaca, o aquellos cuya enfermedad se había estabilizado.
Entre los 271 pacientes que terminaron el estudio, Victoza no tuvo ningún efecto significativo en ninguno de los resultados que el equipo de Margulies buscaba.
Entre los que tomaban Victoza, el 12 por ciento murieron. Un 11 por ciento de los que tomaban el placebo murieron, encontró el estudio. Un 41 por ciento de los que tomaban Victoza fueron hospitalizados de nuevo por insuficiencia cardiaca, frente a un 34 por ciento de los que recibieron el placebo, mostraron los hallazgos.
Además, no se observó ninguna diferencia entre los grupos en las medidas de la función cardiaca ni de la estabilidad de la enfermedad, lo que incluía la estructura y la función del corazón, la distancia caminada en seis minutos y la calidad de vida. Y cuando los investigadores observaron a los que tenían o no diabetes, no vieron ninguna diferencia significativa entre los grupos.
"En los pacientes que ya tienen una insuficiencia cardiaca grave, comenzar con este medicamento para mejorar más la insuficiencia cardiaca no tiene sentido", concluyó Margulies.
Pero no todo el mundo está de acuerdo con esa conclusión.
"La gente no debe pensar nada sobre este estudio porque no mostró nada", dijo la Dra. Caroline Apovian, profesora de medicina y pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston.
Estos hallazgos, dijo, tienen que ponerse en el contexto de otros estudios que han mostrado un beneficio respecto a la protección del corazón. Es posible que los pacientes de este estudio estuvieran demasiado enfermos como para beneficiarse de Victoza, planteó Apovian.
"Este estudio tomó a personas que estaban de verdad muy enfermas y les dio un fármaco, y no pasó nada", dijo. "Pero esos pacientes quizá hayan estado demasiado enfermos como para beneficiarse de este fármaco. Si se comenzara antes, podría tener un beneficio real", dijo Apovian.
Novo Nordisk, fabricante de Victoza, no contestó a varias solicitudes de comentarios.
El informe aparece en la edición del 2 de agosto de la revista Journal of the American Medical Association.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Kenneth Margulies, M.D., professor, medicine, research director, heart failure/transplantation, University of Pennsylvania, Philadelphia; John Buse, M.D., Ph.D., chief and professor, division of endocrinology, University of North Carolina School of Medicine, Chapel Hill; Caroline Apovian, M.D., professor, medicine and pediatrics, Boston University School of Medicine; Aug. 2, 2016, Journal of the American Medical Association
HealthDay
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