sábado, 13 de agosto de 2016

Las demencias: Esperanza en la investigación : National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS)

Las demencias: Esperanza en la investigación : National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS)

Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares

Las demencias: Esperanza en la investigación



[1] Los términos en cursiva aparecen en el Glosario al final de este documento.

Introducción

Un diagnóstico de demencia[1] puede ser aterrador para los afectados por el síndrome, sus familiares y cuidadores. Conocer más sobre las demencias puede ser útil. Este folleto proporciona una visión general de los distintos tipos de demencias, describe cómo se diagnostican y se tratan, y destaca las investigaciones apoyada por el National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS)[2] y el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (National Institute of Aging–NIA), que forman parte de los Institutos Nacionales de la Salud (National Institutes of Health–NIH).

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia en las personas mayores de 65 años de edad. En los Estados Unidos, hasta 5 millones de personas mayores de 65 años pueden tener Alzheimer. Sin embargo, el Alzheimer es apenas uno de los muchos trastornos de demencia. Se calcula que un 20 a 40 por ciento de las personas con demencia tienen alguna otra forma del trastorno. Entre todas las personas con demencia, es posible que muchas tengan un tipo mixto de demencia que puede comprender a más de uno de los trastornos.

La edad es el principal factor de riesgo para la demencia. Ya que se espera un aumento en el número de personas en los Estados Unidos que tienen 65 años de edad o más, de 40 millones hoy a más de 88 millones en el 2050, la cantidad de personas que viven con demencia podría duplicarse en los próximos 40 años. Independientemente de la forma de demencia, las exigencias personales, económicas y sociales pueden ser devastadoras. Las investigaciones realizadas durante los últimos 30 años nos han ayudado a aprender más acerca de la demencia: las posibles causas, quién corre riesgo y cómo se desarrolla y afecta el cerebro. Estas investigaciones ofrecen la esperanza de mejores medicamentos y tratamientos para estos trastornos.

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Conceptos básicos de la demencia

La demencia es la pérdida de la función cognitiva, es decir, la pérdida de la capacidad para pensar, recordar o razonar, así como la pérdida de habilidades de comportamiento al punto que interfiere con la vida y las actividades diarias de una persona. Las señales y los síntomas de la demencia aparecen cuando las neuronas (células nerviosas) en el cerebro, que estaban sanas, dejan de funcionar, pierden las conexiones con otras células cerebrales y mueren. Si bien todos perdemos algunas neuronas a medida que envejecemos, las personas con demencia tienen una pérdida mucho mayor.

Los investigadores todavía están tratando de entender los procesos de la enfermedad subyacente que están involucrados en estos trastornos. Los científicos tienen algunas teorías acerca de los mecanismos que pueden dar lugar a las diferentes formas de demencia, pero se necesita realizar más investigación para comprender mejor si y cómo estos mecanismos contribuyen al desarrollo de la demencia.

Aunque la demencia es más común entre las personas mayores (casi la mitad de todas las personas de 85 años de edad o mayores puede tener alguna forma de demencia), no es una parte normal del envejecimiento. Muchas personas llegan a los 90 años de edad y más sin ninguna señal de demencia.

La pérdida de la memoria, aunque común, no es la única señal de demencia. Para que se considere que una persona tiene demencia, debe cumplir con los siguientes criterios:

Debe tener afectadas dos o más funciones mentales básicas. Estas funciones incluyen la memoria, las habilidades del lenguaje, la percepción visual, y la capacidad para concentrarse y prestar atención. También incluye las habilidades cognitivas tales como la capacidad para razonar y resolver problemas.
La pérdida de la función cerebral es lo suficientemente grave como para que una persona no pueda hacer las tareas cotidianas normales.

Además, algunas personas con demencia no pueden controlar sus emociones. Podría cambiarles la personalidad. Pueden tener delirios, es decir, creencias fuertes sin pruebas, como la idea de que alguien los está robando. También pueden alucinar, es decir, ver o de otra manera experimentar cosas que no son reales.

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Tipos de demencia

Varios trastornos y factores contribuyen al desarrollo de la demencia. Los trastornos neurodegenerativos tales como la enfermedad de Alzheimer, los trastornos frontotemporales y lademencia con cuerpos de Lewy generan una pérdida progresiva e irreversible de las neuronas y las funciones cerebrales. Actualmente, no hay cura para estos trastornos neurodegenerativos progresivos.

Sin embargo, otros tipos de demencia se pueden detener o incluso revertir con tratamiento. Por ejemplo, la hidrocefalia de presión normal (hidrocefalia normotensiva) a menudo se resuelve al drenar el exceso de líquido cefalorraquídeo a través de una derivación y se lo desvía a otras partes del cuerpo. La vasculitis cerebral responde a un tratamiento agresivo con medicamentos inmunodepresores. En muy pocos casos, los trastornos infecciosos tratables pueden causar demencia. Algunos medicamentos, las deficiencias vitamínicas, el abuso del alcohol, la depresión y los tumores cerebrales pueden causar déficits neurológicos que se asemejan a la demencia. La mayoría de estas causas responden al tratamiento.

A continuación se describen algunos tipos de trastornos de la demencia.

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Tauopatías

En algunas formas de demencia, una proteína llamada tau se aglomera dentro de las células nerviosas en el cerebro y hace que las células dejan de funcionar correctamente y mueran. Los trastornos relacionados con una acumulación de tau se conocen como tauopatías.

En la enfermedad de Alzheimer, las proteínas tau se tuercen y se agrupan para formar paquetes, conocidos como ovillos neurofibrilares, dentro de las neuronas. Las aglutinaciones anormales o placas de otra proteína llamada amiloide, son prominentes en los espacios entre las células del cerebro y son una característica de la enfermedad. Se cree que ambos, las placas y los ovillos, contribuyen a la reducción de la función y la muerte de las células nerviosas en la enfermedad de Alzheimer, pero los científicos no entienden completamente esta relación. No está claro, por ejemplo, si las placas y los ovillos causan el trastorno, o si su presencia señala algún otro proceso que conduce a la muerte neuronal en la enfermedad de Alzheimer.

Otros tipos de tauopatías incluyen los siguientes trastornos:

Degeneración corticobasal: La degeneración corticobasal es trastorno neurológico progresivo caracterizado por la pérdida de células nerviosas y atrofia (reducción) de áreas específicas del cerebro, entre ellas, la corteza cerebral y los ganglios basales. El trastorno tiende a progresar gradualmente. Alrededor de los 60 años de edad aparecen los primeros síntomas. Al principio, un lado del cuerpo se ve más afectado que el otro, pero a medida que progresa la enfermedad, ambos lados se deterioran. A la persona se le puede dificultar usar una mano o la mano puede tomar una posición anormal.

Otros síntomas y señales pueden incluir pérdida de la memoria; problemas para hacer movimientos conocidos con un fin determinado (apraxia), como cepillarse los dientes; movimientos musculares bruscos involuntarios (mioclonos) y contracciones musculares involuntarias (distonía); síndrome de extremidad ajena, en la que la persona siente como si una extremidad estuviera siendo controlada por una fuerza que no es la propia; rigidez muscular (resistencia a los movimientos impuestos); inestabilidad postural y; dificultad para tragar (disfagia). Las personas con degeneración corticobasal pueden tener además problemas visuales y espaciales que hacen que sea difícil interpretar la información visual, como la distancia entre los objetos.

Esta enfermedad no tiene cura. Hay terapias de apoyo disponibles para reducir la carga de ciertos síntomas. Por ejemplo, la toxina botulínica puede ayudar a controlar las contracciones musculares. La terapia del habla y la terapia física pueden ayudar a la persona a aprender cómo hacer frente a las actividades diarias.

Trastornos frontotemporales: Estos trastornosson causados por un conjunto de enfermedades cerebrales que afectan principalmente los lóbulos frontales y temporales del cerebro; representan hasta un 10 por ciento de todos los casos de demencia. Algunas, pero no todas las formas de los trastornos frontotemporales se consideran tauopatías. En algunos casos, estos trastornos están relacionados con mutaciones en el gen MAPT (el gen que codifica la proteína tau) y hay agregados de tau presentes. Sin embargo, otras formas de trastornos frontotemporales están relacionadas con agregados de la proteína TDP-43, una proteína mutada que se encuentra en las personas con un tipo hereditario de una debilidad neuromuscular progresiva conocida como esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Las mutaciones en una proteína llamada progranulina podrían también desempeñar un papel en algunas proteinopatías TDP43.

En los trastornos frontotemporales, los cambios en las células nerviosas en los lóbulos frontales del cerebro afectan la capacidad de razonar y de tomar decisiones, de priorizar y hacer tareas múltiples, de actuar de manera adecuada y de controlar el movimiento. Algunas personas se deterioran rápidamente en el transcurso de 2 a 3 años, mientras que otras muestran solo cambios mínimos por muchos años. Las personas pueden vivir con trastornos frontotemporales de 2 a 10 años, algunas veces más, pero es difícil predecir la evolución de un individuo afectado. En algunos casos, los trastornos frontotemporales están relacionados con la ELA, también conocida comúnmente como la enfermedad de Lou Gehrig. Los síntomas y señales pueden variar mucho de una persona a otra porque se ven afectadas diferentes partes del cerebro. En la actualidad no hay disponible un tratamiento que pueda curar los trastornos frontotemporales.

Clínicamente, los trastornos frontotemporales están clasificados en dos tipos principales de síndromes:

  • Demencia frontotemporal con variante conductual: hace que una persona se someta a cambios de comportamiento y de personalidad. Las personas con este trastorno pueden hacer cosas impulsivas que están fuera de lo normal, como robar o ser groseras con los demás. Pueden envolverse en un comportamiento repetitivo (como cantar, aplaudir, o repetir todo lo que dice otra persona). Pueden comer compulsivamente más de lo necesario; perder las inhibiciones y hacer o decir cosas inapropiadas (a veces de naturaleza sexual); o volverse apáticos y experimentar somnolencia excesiva. Aun cuando pueden tener un deterioro cognitivo, su memoria puede permanecer relativamente intacta.
  • Afasia progresiva primaria: hace que una persona tenga problemas comprendiendo lo que dicen los demás o encontrando las palabras o expresando pensamientos, o ambos. A veces, una persona con afasia progresiva primaria no puede nombrar objetos comunes. Los problemas con la memoria, el razonamiento y el juicio no son evidentes al principio, pero pueden desarrollarse y progresar con el tiempo. La afasia progresiva primaria es un trastorno del lenguaje que no debe confundirse con la afasia que puede resultar de un accidente cerebrovascular. Muchas personas con afasia progresiva primaria, aunque no todas, desarrollan síntomas de demencia. En una forma de afasia progresiva primaria, conocida como afasia progresiva primaria semántica o demencia semántica, una persona pierde poco a poco la capacidad de entender palabras sueltas y algunas veces de reconocer las caras conocidas y los objetos comunes.
Otros tipos de trastornos frontotemporales incluyen:

  • Demencia frontotemporal con parkinsonismo ligado al cromosoma 17 (FTDP-17): una forma de demencia poco común que se cree que se hereda de uno de los padres y está vinculada a un defecto en el gen que produce la proteína tau. Las tres características principales son: cambios de comportamiento y de la personalidad, deterioro cognitivo y síntomas motrices. Las personas con este tipo de trastorno frontotemporal a menudo tienen delirios, alucinaciones, y lentitud motriz y temblores como se observa en la enfermedad de Parkinson. Las características típicas de comportamiento y personalidad incluyen apatía, criterio defectuoso y, comportamiento compulsivo y abusivo. El diagnóstico del trastorno requiere la presencia confirmada de las características clínicas y un análisis genético. Los tratamientos paliativos y sintomáticos como la terapia física son la base del manejo de esta enfermedad.
  • Enfermedad de Pick: un trastorno frontotemporal que se encuentra dentro de las tauopatías, y está caracterizada por cuerpos de Pick, es decir, masas compuestas por proteínas tau que se acumulan dentro de las células nerviosas, lo que hace que se vean más grandes o en forma de globo. Algunos de los síntomas de este trastorno neurodegenerativo poco común son similares a los de la enfermedad de Alzheimer, como pérdida del habla, conducta inapropiada y problemas con el pensamiento. Sin embargo, mientras que el comportamiento inadecuado es una característica de las primeras etapas de la enfermedad de Pick, la pérdida de la memoria es a menudo el primer síntoma de la enfermedad de Alzheimer. Los antidepresivos y antipsicóticos pueden controlar algunos de los síntomas conductuales de la enfermedad de Pick, pero no hay ningún tratamiento disponible para detener la progresión de la enfermedad.
Parálisis supranuclear progresiva (también conocida por sus siglas PSP): trastorno cerebral poco frecuente que lesiona el tronco encefálico superior, que incluye la sustancia negra (un centro de control del movimiento en el mesencéfalo). Esta región también se ve afectada en la enfermedad de Parkinson, lo que puede explicar una superposición en los síntomas motrices que comparten estos trastornos. Los movimientos del ojo se ven especialmente afectados, lo que causa movilidad lenta y luego limitada del ojo. Las señales y los síntomas tempranos más comunes incluyen pérdida de equilibrio, caídas inexplicables, rigidez corporal general, apatía y depresión. Una persona con este tipo de demencia puede de repente reír o llorar con mucha facilidad (lo que se conoce como afecto pseudobulbar). A medida que la enfermedad progresa, las personas empiezan a ver borroso y tienen una mirada vacía característica que implica la pérdida de expresión facial. El habla, por lo general, se ve afectada y no se les entiende claro. Además, se les dificulta tragar alimentos sólidos o líquidos. La parálisis supranuclear progresiva, como su nombre lo indica, empeora progresivamente, pero las personas pueden vivir una década o más después de que aparecen los síntomas. El dextrometorfano, un ingrediente común en los medicamentos para la tos, ha sido aprobado para el tratamiento del afecto pseudobulbar.

Enfermedad argirofílica granulosa: enfermedad degenerativa común de aparición tardía, caracterizada por depósitos de la proteína tau, conocidos como granos argirófilos, en las regiones del cerebro que intervienen en la memoria y la emoción. Las señales y los síntomas de la enfermedad no se pueden distinguir de la aparición tardía de la enfermedad de Alzheimer. La confirmación del diagnóstico se puede hacer solamente con la autopsia.

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Sinucleinopatías

En estos trastornos cerebrales, una proteína llamada alfa sinucleína (o α-sinucleína) se acumula dentro de las neuronas. Aunque no se conoce del todo qué papel juega esta proteína, los cambios en la proteína o en su función se han relacionado con la enfermedad de Parkinson y otros trastornos.

Entre las sinucleinopatías están las demencias con presencia de cuerpos de Lewy, que involucran agregados de proteína conocidos como cuerpos de Lewy. Éstos son estructuras en forma de globo que se forman dentro de las células nerviosas. Los síntomas iniciales pueden variar, pero con el tiempo, las personas con estos trastornos desarrollan síntomas cognitivos, de comportamiento, físicos y relacionados con el sueño muy similares. Las demencias con presencia de cuerpos de Lewy son una de las causas más comunes de la demencia, después de la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad vascular. Las demencias con presencia de cuerpos de Lewy incluyen:

  • Demencia con cuerpos de Lewy, una de las formas más comunes de demencia progresiva. Los síntomas, como dificultad para dormir, pérdida del olfato y alucinaciones visuales, a menudo preceden el movimiento y otros problemas hasta por 10 años. Por lo tanto, este trastorno pasa sin ser reconocido o se diagnostica equivocadamente como un trastorno psiquiátrico hasta sus últimas etapas. Las neuronas en la sustancia negra del cerebro que son encargadas de producir la dopamina se mueren o se deterioran y la capa externa del cerebro (corteza) se degenera. Muchas de las neuronas que quedan contienen cuerpos de Lewy.

    Más tarde, en el trascurso de la enfermedad, algunas señales y síntomas son similares a los de la enfermedad de Alzheimer y pueden incluir la pérdida de memoria, falta de criterio y confusión. Otras señales y síntomas de la demencia con cuerpos de Lewy son similares a los de la enfermedad de Parkinson, como problemas con el movimiento y la postura, caminar arrastrando los pies y cambios en el estado de alerta y de atención. Dadas estas similitudes, la demencia con cuerpos de Lewy puede ser muy difícil de diagnosticar. No hay una cura para este trastorno pero existen medicamentos que controlan algunos de los síntomas. Los medicamentos que se usan para controlar los síntomas pueden empeorar la función motriz o intensificar las alucinaciones.
  • Demencia por enfermedad de Parkinson, un diagnóstico clínico relacionado con la demencia con cuerpos de Lewy que puede ocurrir en las personas con Parkinson. Este tipo de demencia puede afectar la memoria, el lenguaje, el raciocinio y la manera cómo la persona forma su opinión de los demás (juicio social). Los estudios de autopsias muestran que las personas con demencia por enfermedad de Parkinson suelen tener placas amiloideas y ovillos de tau similares a los que se encuentran en las personas con enfermedad de Alzheimer, aunque no se es claro qué significan estas similitudes. La mayoría de las personas con la enfermedad de Parkinson desarrollan demencia, pero el lapso desde el inicio de los síntomas motrices hasta la aparición de los síntomas de demencia varía enormemente de persona a persona. Los factores de riesgo para el desarrollo de la demencia por enfermedad de Parkinson incluyen el inicio de síntomas motrices relacionados con Parkinson seguido de deterioro cognitivo leve y trastorno del sueño por movimiento ocular rápido (MOR), lo que causa pesadillas frecuentes y alucinaciones visuales.
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Demencia vascular y deterioro cognitivo vascular

La demencia vascular y el deterioro cognitivo vascular son causados por lesiones en los vasos que suministran sangre al cerebro. Estos trastornos se producen por daño cerebral debido a múltiples accidentes cerebrovasculares o a una lesión de los vasos pequeños que llevan sangre al cerebro. El riesgo de demencia puede ser significativo, incluso cuando las personas han sufrido solo accidentes cerebrovasculares pequeños. La demencia vascular y el deterioro cognitivo vascular surgen como resultado de factores de riesgo que también aumentan el riesgo de accidentes cerebrovasculares, incluyendo fibrilación auricular, hipertensión, diabetes y colesterol elevado. La demencia vascular también se ha asociado con una afección llamada angiopatía amiloidea, en la cual se acumulan placas amiloideas en las paredes de los vasos sanguíneos, haciendo que se rompan. Los síntomas de la demencia vascular y del deterioro cognitivo vascular pueden comenzar de improviso y progresar o disminuir durante el trascurso de la vida.

Algunos tipos de demencia vascular incluyen:

Arteriopatía cerebral autosómica dominante con infartos subcorticales y leucoencefalopatía (conocida como CADASIL, por sus siglas en inglés). Esta forma hereditaria de enfermedad cardiovascular se produce por un engrosamiento de las paredes de los vasos sanguíneos de pequeño y mediano tamaño, y en algún momento restringe el flujo de sangre al cerebro. Está asociada con mutaciones de un gen específico llamado Notch3, que da instrucciones a una proteína sobre la superficie de las células de la musculatura lisa que rodea los vasos sanguíneos. La CADASIL está asociada con demencia por infartos múltiples, accidentes cerebrovasculares, migrañas con aura (migrañas precedidas por síntomas visuales) y trastornos en el estado de ánimo. Los primeros síntomas pueden aparecer en personas entre los 20 y los 40 años de edad. Muchas personas con CADASIL no han sido diagnosticadas. Las personas con familiares de primer grado de consanguinidad que tienen CADASIL se pueden hacer pruebas genéticas para ver si tienen mutaciones en el gen Notch3 para así determinar su riesgo de desarrollar CADASIL.

Demencia por infartos múltiples. Este tipo de demencia ocurre cuando se ha tenido muchos accidentes cerebrovasculares pequeños que dañan las células cerebrales. Un lado del cuerpo puede haber sido desproporcionadamente afectado y la demencia por infartos múltiples puede alterar el lenguaje, entre otras funciones, dependiendo de la región del cerebro que esté afectada. Los médicos llaman a estos síntomas "locales" o "focales", en contraposición a los síntomas "globales" vistos en la enfermedad de Alzheimer que tienden a afectar varias funciones y ambos lados del cuerpo. Sin embargo, cuando los accidentes cerebrovasculares suceden en ambos lados del cerebro, es más probable se desarrolle la demencia que cuando ocurren en un solo lado del cerebro. En algunos casos, un solo accidente cerebrovascular puede dañar el cerebro lo suficiente como para causar demencia. Esta afección denominada demencia por un solo infarto es más común cuando el accidente cerebrovascular afecta el lado izquierdo del cerebro, donde se localizan los centros del habla, o cuando involucra el hipocampo, la parte del cerebro que es vital para la memoria.

Demencia vascular subcortical, también llamada enfermedad de Binswanger. Esta es una rara forma de demencia que involucra extenso daño microscópico de los pequeños vasos sanguíneos y de las fibras nerviosas que constituyen la sustancia blanca. Se cree que la sustancia blanca, o "red" cerebral, es crítica para la trasmisión de mensajes entre las distintas regiones. Los síntomas de la enfermedad de Binswanger están relacionados con una alteración de los circuitos nerviosos subcorticales involucrados en la memoria a corto plazo, la organización, el estado de ánimo, la atención, la toma de decisiones y el comportamiento adecuado. Una característica de esta enfermedad es la lentitud psicomotriz, por ejemplo, un aumento en el tiempo que tarda una persona en pensar en una letra y luego escribirla en un pedazo de papel.

Otros síntomas incluyen incontinencia urinaria que no está relacionada con una afección del tracto urinario, problemas para caminar, torpeza, lentitud, falta de expresión facial y dificultades del habla. Los síntomas tienden a comenzar después de los 60 años de edad y pueden progresar en una manera escalonada. Las personas con enfermedad vascular subcortical a menudo tienen presión arterial alta, una historia de accidentes cerebrovasculares o evidencia de enfermedad de los grandes vasos sanguíneos en el cuello o las válvulas cardíacas. El tratamiento está dirigido a prevenir accidentes cerebrovasculares adicionales y puede incluir medicamentos para controlar la presión arterial.

Demencia mixta

Las autopsias para estudiar el cerebro de los que han tenido demencia sugieren que la mayoría de las personas mayores de 80 años probablemente tuvieron "demencia mixta" causada tanto por los procesos neurodegenerativos relacionados con el Alzheimer como por los procesos relacionados con la enfermedad vascular. De hecho, algunos estudios indican que la demencia degenerativa vascular mixta es la causa más común de demencia en los ancianos. En una persona con demencia mixta, puede no resultar claro cuántos de los síntomas que padece son debidos a la enfermedad de Alzheimer o a otro tipo de demencia. En un estudio en el que se realizaron autopsias a las personas que se creían tenían enfermedad de Alzheimer, se encontró que aproximadamente el 40 por ciento de estas personas también padecían de alguna forma de enfermedad cerebrovascular. Varios estudios han encontrado que muchos de los principales factores de riesgo para la enfermedad vascular también pueden ser factores de riesgo para la enfermedad de Alzheimer.

Los investigadores siguen trabajando para entender cómo se influyen entre sí los procesos de enfermedad subyacente en la demencia mixta. Por ejemplo, no es claro si los síntomas tienen probabilidad de empeorar cuando una persona ha tenido cambios cerebrales que reflejan varios tipos de demencia. Tampoco sabemos si una persona con muchos tipos de demencia puede beneficiarse cuando se trata un tipo; por ejemplo, cuando a una persona con enfermedad de Alzheimer se le controlan la presión arterial alta y otros factores de riesgo de la enfermedad vascular.

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Otras posibles causas de la demencia

Los médicos han identificado muchas otras posibles causas de la demencia o de síntomas parecidos a la demencia.

Otras enfermedades cerebrales

Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ). Un trastorno cerebral poco común que afecta alrededor de una en un millón de personas en todo el mundo cada año. Este trastorno pertenece a una familia de enfermedades conocidas como encefalopatías espongiformes transmisibles (EET). El término “espongiforme” se refiere al hecho de que el cerebro se llena de inflamaciones microscópicas que lo hacen ver como si tuviera huecos, es decir, como la forma de una esponja. Se cree que la ECJ y otras ETT son causadas por proteínas infecciosas llamadas priones que se pliegan erróneamente. Los científicos creen que la presencia de priones erróneamente plegados puede hacer que las proteínas normales se desnaturalicen también, produciéndose una reacción en cadena. Estos priones anormales tienden a agruparse juntos, lo que se cree que está relacionado con el daño cerebral.

Los síntomas por lo general comienzan después de los 60 años de edad y la mayoría de las personas mueren dentro de un año de su aparición. En la mayoría de los casos, la ECJ se presenta en personas que no tenían factores de riesgo conocidos para la enfermedad. Sin embargo, aproximadamente entre un 5 y un 10 por ciento de los casos en los Estados Unidos están asociados con mutaciones genéticas. Adicionalmente, en Gran Bretaña y varios otros países europeos, se ha encontrado un tipo de ECJ, conocido como la variante de la ECJ (vECJ). Se ha observado que la variante de la ECJ afecta a las personas que son menores que aquellas con otras formas de ECJ y se cree que es causada por ingerir carne de ganado infectado con un tipo de EET llamado encefalopatía espongiforme bovina, más comúnmente conocida como "enfermedad de las vacas locas”. Las formas hereditarias de la ECJ incluyen:

  • Insomnio familiar mortal. Esta enfermedad causada por priones hace que la parte del cerebro involucrada en el sueño se degenere lentamente. Las personas con la enfermedad tienen problemas para dormir y pueden mostrar señales de malos reflejos y alucinaciones.
  • Enfermedad de Gerstmann-Straussler-Scheinker. Los síntomas incluyen una pérdida de coordinación (ataxia) y demencia que comienza cuando las personas tienen entre 50 y 60 años de edad.
Enfermedad de Huntington. Este trastorno hereditario, antes llamado corea de Huntington, es causado por un gen defectuoso que codifica una proteína llamada huntingtin. Los síntomas comienzan alrededor de los 30 o 40 años de edad e incluyen movimientos anormales e incontrolables llamados coreas, así como cambios en la marcha y falta de coordinación. La enfermedad de Huntington puede afectar el juicio, la memoria y otras funciones cognitivas. A medida que la enfermedad progresa, estos problemas cognitivos empeoran y las dificultades motrices llevan a la pérdida de la capacidad de cuidarse a sí mismo. Los hijos de personas con Huntington tienen un 50 por ciento de probabilidad de desarrollar la enfermedad.

Demencias secundarias. Estas demencias ocurren en personas con trastornos que dañan el tejido cerebral. Dichos trastornos pueden incluir esclerosis múltiple, meningitis, encefalitis y enfermedad de Wilson, en la cual una cantidad excesiva de cobre se acumula para causar daño cerebral. En raros casos, las personas con tumores cerebrales pueden desarrollar demencia debido al daño en sus circuitos cerebrales o al aumento de presión dentro del cráneo. Los síntomas pueden incluir cambios en la personalidad, episodios psicóticos o problemas con el habla, el lenguaje, el pensamiento y la memoria.

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Lesiones o traumatismo en la cabeza

La encefalopatía traumática crónica, inicialmente conocida como demencia pugilística, es causada por repetidos traumatismos cerebrales, como en el caso de boxeadores o personas que sufrieron múltiples contusiones mientras jugaban un deporte de contacto. Las personas con este tipo de traumatismo a menudo desarrollan mala coordinación, habla arrastrada y otros síntomas similares a los vistos en la enfermedad de Parkinson, junto con demencia, 20 años o más después de los eventos que produjeron el traumatismo cerebral. Esta forma de demencia está caracterizada también por atrofia cerebral y amplia distribución de depósitos de agregados de proteínas tau. En algunas personas, los cambios conductuales y de estado anímico se pueden presentar incluso tan solo 5 a 10 años después de los eventos que causaron el traumatismo cerebral. Hay casos en que la demencia todavía no había hecho su aparición y que el cerebro no estaba atrofiado, pero al realizar una autopsia, ya se podían observar pequeños depósitos focales de tau en el cerebro.

El hematoma subdural, o hemorragia entre la superficie del cerebro y su envoltura externa (la duramadre), es común en los ancianos después de una caída. Los hematomas subdurales pueden causar síntomas parecidos a los de la demencia y cambios en la función mental. Con tratamiento, algunos síntomas se pueden revertir.

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Demencias reversibles

Muchas de los problemas médicos que causan la demencia se pueden revertir con el tratamiento adecuado.

  • La vasculitis cerebral, una inflamación y necrosis (muerte del tejido) de las paredes de los vasos sanguíneos, puede causar una forma de demencia que puede mejorar cuando la persona recibe tratamiento con inmunodepresores.
  • Algunos estudios han demostrado que las personas con depresión corren un mayor riesgo de desarrollar demencia. La depresión grave puede causar demencia y puede ser tratada.
  • Las infecciones pueden causar confusión o delirio debido a la fiebre relacionada o a otros efectos secundarios asociados con la respuesta del organismo a un objeto extraño.
  • Los trastornos metabólicos del sistema nervioso, como los trastornos mitocondriales, las leucodistrofias y las enfermedades por almacenamiento de lisosomas, pueden causar demencia.
  • Los problemas metabólicos y anomalías endocrinas tales como los problemas de la tiroides, los niveles bajos de azúcar en la sangre (hipoglucemia) y los niveles altos o bajos de sodio o de calcio también pueden causar demencia.
  • La hidrocefalia de presión normal es una acumulación anormal de líquido cefalorraquídeo. Las personas de edad avanzada que la padecen por lo general tienen problemas para caminar y para controlar la vejiga antes de la aparición de la demencia. La hidrocefalia de presión normal se puede tratar o incluso revertir mediante el implante de un sistema de derivación para desviar el líquido del cerebro.
  • Las deficiencias nutricionales de vitamina B1 (tiamina), causada por el alcoholismo crónico, y las deficiencias de vitamina B12 pueden revertirse con tratamiento.
  • Los síndromes paraneoplásicos, que son un grupo de síntomas que se pueden presentar cuando las sustancias liberadas por algunas células cancerosas perturban el funcionamiento normal de las células y tejidos circundantes, pueden causar síntomas que se asemejan a la demencia. Estos síntomas generalmente ocurren en personas con cáncer cuando la respuesta inmunitaria del organismo al cáncer también termina afectando las proteínas del sistema nervioso central. En muchos casos, la afección neurológica ocurre antes de que se detecte el cáncer. Los anticuerpos circulantes contra las proteínas del cerebro son comunes tanto en los trastornos neurológicos como en el cáncer.
  • Los efectos secundarios de algunos medicamentos o las combinaciones de medicamentos pueden causar demencias que pueden surgir rápidamente o desarrollarse lentamente con el tiempo.
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Factores ambientales

Los factores ambientales pueden jugar un papel en el desarrollo de ciertos tipos de demencia. Sin embargo, esta relación es compleja porque una persona puede llevar mutaciones genéticas que influyen en su respuesta a los factores ambientales. Entre los ejemplos de factores ambientales se incluyen:

La anoxia. La anoxia y un afección relacionada, la hipoxia, son términos que se usan con frecuencia para describir un estado en el cual hay un suministro reducido de oxígeno a los tejidos de un órgano. La anoxia y la hipoxia pueden causar pérdida de neuronas y lesión cerebral difusa. Las características de la demencia resultante incluyen confusión, cambios de personalidad, alucinaciones o pérdida de la memoria. Este tipo de demencia suele ocurrir en las personas que sobreviven un paro cardiaco.

El envenenamiento. La exposición al plomo, mercurio, y otros metales pesados o sustancias tóxicas puede causar síntomas de demencia. Es posible que estos síntomas desaparezcan con tratamiento, dependiendo de cuán grave haya sido la lesión cerebral.

El abuso de sustancias. Las personas que han abusado de sustancias como el alcohol y las drogas ilícitas pueden mostrar señales de demencia aún después de que han dejado de abusar de estas sustancias. Esto se conoce como demencia persistente inducida por sustancias.

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Enfermedades infecciosas

La demencia asociada con el VIH. La demencia asociada con el VIH Puede presentarse en las personas que tienen el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el virus que causa el SIDA. Este tipo de demencia daña la sustancia blanca del cerebro y causa un tipo de demencia asociada con problemas de la memoria, aislamiento social y problemas de concentración. Las personas con demencia asociada con el VIH pueden además desarrollar problemas de movimiento. La incidencia de este trastorno se ha reducido drásticamente gracias a los tratamientos antirretrovirales disponibles que están controlando eficazmente la infección subyacente por VIH.

Factores de riesgo para la demencia

Los siguientes factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de desarrollar uno o más tipos de demencia. Algunos de estos factores se pueden modificar pero otros no.

  • La edad. El riesgo incrementa a medida que envejecemos.
  • El abuso del alcohol. La mayoría de los estudios sugieren que el consumo de grandes cantidades de alcohol aumenta el riesgo de demencia, mientras que un consumo moderado podría tener un efecto protector.
  • La arterosclerosis. La acumulación de grasas y colesterol en el revestimiento de las arterias, junto con un proceso inflamatorio que causa un engrosamiento de las paredes de los vasos (conocido como aterosclerosis), pueden obstaculizar el paso de la sangre al cerebro, lo que podría causar un accidente cerebrovascular u otra lesión cerebral. Por ejemplo, los niveles altos de lipoproteínas de baja densidad (el colesterol LDL o "malo") pueden aumentar el riesgo de demencia vascular. Los niveles altos de LDL también se han relacionado con la enfermedad de Alzheimer.
  • La diabetes. Las personas con diabetes parecen correr un mayor riesgo de demencia, aunque la evidencia de esta asociación es modesta. Sin embargo, la diabetes mal controlada es un factor de riesgo bien comprobado para el accidente cerebrovascular y los eventos relacionados con la enfermedad cardiovascular, que a su vez aumentan el riesgo de demencia vascular.
  • El síndrome de Down. Muchas personas con síndrome de Down tienen una aparición temprana de la enfermedad de Alzheimer, con señales de demencia al llegar a la adultez media.
  • Los factores genéticos. La probabilidad de que una persona desarrolle una forma de demencia relacionada con la genética aumenta cuando más de un miembro de la familia tiene el trastorno. Sin embargo, en algunos casos, como en el caso de la CADASIL, el hecho de que uno solo de los padres lleve una mutación aumenta el riesgo de heredar la afección. En otros casos, las mutaciones genéticas pueden ser la base de las demencias en poblaciones específicas. Por ejemplo, se ha encontrado que una mutación del gen TREM2 es común entre las personas con una forma precoz de demencia frontotemporal que se observa entre las familias turcas.
  • La hipertensión. La hipertensión arterial se ha relacionado con el deterioro cognitivo, los accidentes cerebrovasculares y los tipos de demencia que afectan las regiones de la sustancia blanca del cerebro.
  • La enfermedad mental. La depresión se ha asociado con el deterioro mental leve y la disminución de la función cognitiva.
  • El tabaquismo. Los fumadores son propensos a las enfermedades que retrasan o detienen el flujo de sangre al cerebro.
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Diagnóstico

Los médicos primero evalúan si la persona tiene una afección subyacente tratable, como depresión, función tiroidea anormal, encefalopatía inducida por medicamentos, hidrocefalia de presión normal o deficiencia de vitamina B12. El diagnóstico temprano es importante, ya que algunas de las causas de los síntomas se pueden tratar. En muchos casos, no es posible confirmar el tipo específico de demencia que tiene una persona hasta que la persona muera y se examine el cerebro.

Una evaluación generalmente incluye:

  • El historial médico del paciente. Las preguntas típicas acerca de la historia médica y familiar de una persona pueden incluir preguntas acerca de si la demencia viene de familia, cómo y cuándo empezaron los síntomas y, si la persona está tomando ciertos medicamentos que podrían causar o intensificar los síntomas.
  • Un examen físico. Tomar la presión arterial y otros signos vitales puede ayudar a los médicos a detectar problemas que podrían causar o presentarse con la demencia. Estos problemas podrían ser tratables.
  • Las evaluaciones neurológicas. La evaluación del equilibrio, función sensorial, reflejos, visión, movimientos del ojo y otras funciones ayuda a identificar las señales y los problemas que pueden afectar el diagnóstico o que se pueden tratar con medicamentos. Los médicos también podrían hacer un electroencefalograma, una prueba que registra los patrones de actividad eléctrica en el cerebro, para detectar la actividad eléctrica anormal en el cerebro.
Los siguientes procedimientos también se pueden usar en el diagnóstico de la demencia:

  • La escanografía del cerebro. Estas pruebas pueden identificar accidentes cerebrovasculares, tumores y otros problemas que pueden causar la demencia. Estas exploraciones también identifican cambios en la estructura y función del cerebro. Los tipos de escanografía más comunes son las tomografías computarizadas (TC) y las imágenes por resonancia magnética (IRM). Las exploraciones por TC utilizan rayos X para producir imágenes del cerebro y de otros órganos. Las exploraciones por IRM usan una computadora, campos magnéticos y ondas radiales para producir imágenes detalladas de las estructuras del cuerpo, incluso los tejidos, órganos, huesos y nervios.
  • Otros tipos de escanografía les permiten a los médicos ver el cerebro en funcionamiento. Dos de estas pruebas son la tomografía computarizada por emisión de fotón único, que se puede utilizar para medir el flujo de sangre al cerebro y la tomografía por emisión de positrones (TEP), que utiliza isótopos radiactivos para proporcionar imágenes de la actividad cerebral. Estas exploraciones se utilizan para buscar patrones de actividad cerebral alterada que son comunes en la demencia. Ya que la proteína beta-amiloide es una característica de la enfermedad de Alzheimer, los investigadores también utilizan imágenes por TEP con compuestos que se unen a esta proteína para detectar sus niveles en el cerebro vivo.
  • Las pruebas cognitivas y neurosicológicas. Estas pruebas miden la memoria, las habilidades del lenguaje, las habilidades matemáticas y otras relacionadas con el funcionamiento mental. Por ejemplo, las personas con la enfermedad de Alzheimer muchas veces tienen cambios en la habilidad para resolver problemas y en la capacidad para realizar tareas que antes hacían de manera automática.
  • Las pruebas de laboratorio. Muchas pruebas ayudan a descartar otras afecciones. Estas incluyen la medición de los niveles de sodio y otros electrolitos en la sangre, un hemograma completo, una prueba de azúcar en la sangre, un análisis de orina, una comprobación de los niveles de vitamina B12, un análisis del líquido cefalorraquídeo, pruebas para detectar el uso de drogas y alcohol y, un análisis de la función de la tiroides.
  • Las pruebas presintomáticas. Algunas demencias están asociadas con un defecto genético conocido. En estos casos, una prueba genética podría ayudar a las personas a saber si corren riesgo de demencia. Las personas deben hablar con los miembros de la familia, con su profesional de atención de salud primario y con un consejero genético antes de hacerse la prueba.
  • Las evaluaciones psiquiátricas. Esto ayudará a determinar si la depresión u otra afección de salud mental está causando o contribuyendo a los síntomas de la persona.
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Tratamiento

Algunas demencias son tratables. Sin embargo, los tratamientos para detener o retrasar el comienzo de las enfermedades degenerativas comunes como la enfermedad de Alzheimer no han sido exitosos, aunque se cuenta con algunos medicamentos para manejar determinados síntomas.

La mayoría de los medicamentos para la demencia se usan para tratar síntomas en la enfermedad de Alzheimer. Entre ellos está una clase de medicamentos, los inhibidores de la colinesterasa, que incluyen donepezil, rivastigmina y gantamina. Estos medicamentos pueden mejorar o estabilizar temporalmente la memoria y la capacidad de pensamiento en algunas personas al aumentar la actividad de la red colinérgica del cerebro. La memantina pertenece a otra clase de medicamentos llamados agonistas de los receptores de NMDA que evitan el declive del aprendizaje y la memoria. Los agonistas de los receptores de NMDA trabajan regulando la actividad del neurotransmisor glutamato. Cuando los niveles de actividad del glutamato son excesivos, las neuronas pueden morir. La memantina se puede combinar con un inhibidor de la colinesterasa para potenciar sus beneficios. Ocasionalmente, estos medicamentos también se usan para tratar otras demencias. Ninguno de estos medicamentos puede detener o revertir el curso de la enfermedad.

  • Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. No existen tratamientos para curar o controlar la ECJ. El manejo se enfoca en reducir los síntomas y hacer que la persona esté cómoda.
  • Demencia con cuerpos de Lewy. Los medicamentos disponibles para tratar la demencia con cuerpos de Lewy se enfocan en aliviar síntomas como rigidez, alucinaciones y delirio. Sin embargo, muchos de los medicamentos para tratar los síntomas físicos, en especial los antipsicóticos, pueden empeorar los síntomas mentales. Por el contrario, los medicamentos usados para tratar los síntomas mentales pueden exacerbar los síntomas físicos. Los estudios sugieren que los medicamentos para la enfermedad de Alzheimer podrían beneficiar a las personas con este tipo de demencia.
  • Trastornos frontotemporales. No existen medicamentos aprobados para tratar o prevenir los trastornos frontotemporales y la mayor parte de los otros tipos de demencia progresiva. Los sedantes, antidepresivos y otros medicamentos usados para tratar los síntomas de Parkinson y Alzheimer pueden ayudar a manejar ciertos síntomas y problemas conductuales asociados con los trastornos.
  • Demencia por enfermedad de Parkinson. Algunos estudios sugieren que los inhibidores de la colinesterasa usados en personas con enfermedad de Alzheimer podrían mejorar los síntomas cognitivos, conductuales y psicóticos en personas con demencia por enfermedad de Parkinson. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado un medicamento para el Alzheimer, la rivastigmina, para tratar los síntomas cognitivos en la demencia por enfermedad de Parkinson.
  • Demencia vascular. Este tipo de demencia se maneja a menudo con medicamentos para prevenir los accidentes cerebrovasculares. El objetivo es reducir el riesgo de daño adicional al cerebro. Algunos estudios sugieren que los medicamentos que mejoran la memoria en la enfermedad de Alzheimer podrían beneficiar a las personas con demencia vascular temprana. La mayoría de los factores de riesgo modificables que influyen en el desarrollo de demencia vascular y deterioro cognitivo vascular son los mismos de la enfermedad cerebrovascular, como hipertensión, fibrilación auricular, diabetes y colesterol alto. Las intervenciones que tratan estos factores de riesgo se podrían incorporar en el manejo de la demencia vascular.
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Investigación actual

En el 2012, el presidente anunció el Plan Nacional para Abordar la Enfermedad de Alzheimer, un esfuerzo nacional para expandir la investigación sobre la prevención y el tratamiento del Alzheimer y las demencias relacionadas y para llevar a los medicamentos más prometedores de la fase de descubrimiento a la de estudios clínicos. El plan tiene por objeto prevenir y tratar eficazmente el Alzheimer y las demencias relacionadas antes del 2025. Su base es el Proyecto de Ley Nacional contra el Alzheimer (2011 National Alzheimer’s Project Act , NAPA) de 2011, el cual se desarrolló para crear y mantener una estrategia nacional para controlar la enfermedad. El Plan Nacional propone mayor patrocinio federal para la investigación de la enfermedad de Alzheimer, apoyo para los afectados por dicha enfermedad y sus familias, aumento de concientización pública sobre la enfermedad de Alzheimer y mejoras en la recolección y análisis de los datos para entender mejor el impacto de enfermedad de Alzheimer sobre las personas que la padecen, sus familias y los sistemas de atención de salud inmediata y a largo plazo. Estas metas aplican también a las demencias relacionadas con el Alzheimer, que incluyen la demencia con cuerpos de Lewy, así como las demencias frontotemporales, mixtas (con características de más de un tipo de demencia que ocurren simultáneamente) y vasculares. Para mayor información, consultehttp://aspe.hhs.gov/daltcp/napa/NatlPlan.pdf.

El NINDS, que forma parte de los NIH, es el patrocinador federal que lidera en la investigación de los trastornos del sistema nervioso. El NIA, otro de los institutos de los NIH, es el patrocinador federal que lidera en las investigaciones sobre la enfermedad de Alzheimer. Juntos, estos institutos son líderes mundiales en el apoyo a las investigaciones sobre las demencias, incluyendo la demencia con cuerpos de Lewy, los trastornos frontotemporales y la demencia vascular.

Aunque los científicos tienen cierta comprensión de estas demencias y de los mecanismos involucrados, la investigación en proceso podría llevar a nuevas formas de diagnosticar, tratar o incluso prevenir o bloquear el desarrollo de la enfermedad. Las áreas actuales de investigación incluyen:

Estudios clínicos. Los estudios clínicos ofrecen una oportunidad para ayudar a los investigadores a encontrar mejores maneras de detectar, tratar o prevenir las demencias en forma segura. Varios institutos de los NIH apoyan los estudios clínicos sobre la enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas en el campus de investigación de los NIH en Bethesda, MD y en centros de investigación médica a lo largo de los Estados Unidos. Para información en inglés sobre la participación en estudios clínicos para la enfermedad de Alzheimer, demencias relacionadas y otros trastornos, visite “NIH Clinical Research Trials and You” en www.nih.gov/health/clinicaltrials. Para una lista en inglés de ensayos y estudios clínicos sobre la enfermedad de Alzheimer, consultewww.nia.nih.gov/alzheimers/clinical-trials. Para una lista completa en inglés de todos los estudios, vaya a www.clinicaltrials.gov.

Medicamentos. Un gran número de sustancias que podrían detener la progresión de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias están en varias etapas de prueba.

El Estudio Cooperativo sobre la Enfermedad de Alzheimer (Alzheimer’s Disease Cooperative Study– ADCS) apoyado por el NIA (www.adcs.org) es un consorcio de centros médicos académicos y clínicas creado por los NIH en 1991 para colaborar en el desarrollo de tratamientos prometedores y herramientas diagnósticas para el Alzheimer.

En la última ronda de estudios, el ADCS probará medicamentos e intervenciones de ejercicio en personas en las etapas tempranas de la enfermedad, examinará un medicamento para reducir la agitación en personas con demencia por Alzheimer y probará un enfoque novedoso para acelerar las pruebas de medicamentos en los ensayos clínicos. Dado que los cambios cerebrales relacionados con el Alzheimer comienzan años antes de que aparezcan los síntomas, el ensayo A4 (Tratamiento antiamiloide en enfermedad de Alzheimer asintomática) está probando un tratamiento prometedor en las etapas tempranas del trastorno. Este ensayo de prevención secundario probará un medicamento depurador de la proteína amiloide en la etapa asintomática de la enfermedad en 1000 voluntarios mayores cognitivamente sanos cuyas exploraciones cerebrales muestran niveles anormales de acumulación de amiloides. Otro de los ensayos de medicamentos del ADCS recién patrocinados es el ensayo de prazosina, que probará el uso del medicamento genérico prazosina como tratamiento para la agitación, el mismo que podría también ser bien tolerado en personas ancianas y débiles.

Ejercicio. Los investigadores están evaluando la eficacia de un programa de ejercicios aeróbicos supervisados para incrementar la cognición general en adultos con declive cognitivo relacionado con la edad. Predicen que las mayores ganancias cognitivas las tendrán los individuos con mayores ganancias en estado físico. Otro estudio determinará si el ejercicio previene que la pérdida de memoria empeore y si mejora el funcionamiento diario y las actitudes de quienes sufren una probable enfermedad de Alzheimer. Los investigadores esperan también lograr una mejor comprensión de los efectos del ejercicio y el entrenamiento cognitivo sobre la mejoría en la función cerebral en adultos mayores sanos que podrían estar en riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Genética. Varios genes, principalmente el gen que codifica la apolipoproteína E (ApoE) y el gen que codifica la proteína tau (MAPT), han sido implicados en la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia. Muchos trastornos relacionados con la demencia comparten características genéticas y otros de la enfermedad de Alzheimer. Algunas familias comparten una mutación genética especial que causa la demencia. Los investigadores están usando muestras del material genético o genoma de una persona, para identificar los genes que podrían ser responsables del desarrollo de la demencia y la enfermedad de Alzheimer. Por ejemplo, los investigadores patrocinados por los NIH examinaron recientemente el papel de ApoE en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía y encontraron que una de las tres formas del gen ApoE desencadena una reacción inflamatoria y lesiona los vasos sanguíneos que alimentan el cerebro. Otros investigadores han identificado una variante del gen TREM2 que está involucrado en una forma de demencia frontotemporal hereditaria. Las investigaciones adicionales podrían identificar nuevos genes involucrados en los trastornos frontotemporales y otras enfermedades neurodegenerativas, lo cual podría llevar a enfoques terapéuticos para aportar genes normales que mejoren o restablezcan la función cerebral normal.

Imágenes diagnósticas. Las imágenes clínicas podrían ayudar a los investigadores a entender mejor los cambios en el cerebro de personas con demencia, así como a diagnosticar estos trastornos. Las imágenes de resonancia magnética podrían revelar diferencias estructurales y funcionales en el cerebro de individuos con demencia por enfermedad de Parkinson y enfermedad de Alzheimer e identificar la enfermedad de los pequeños vasos. Las tomografías por emisión de positrones (TEP) usan ligandos, es decir, moléculas radiactivas que se unen a las proteínas para mostrar las funciones químicas de órganos y tejidos en el organismo, para ayudar a producir imágenes de la actividad cerebral. Los científicos patrocinados por el NIA están probando nuevos ligandos de TEP que se unen a las proteínas beta-amiloideas para la detección temprana de la patología y declive cognitivo tipo Alzheimer. Se están llevando a cabo estos estudios de los ligandos de la TEP que se unen a los agregados de tau en personas que tienen enfermedad de Alzheimer en etapa muy temprana.

Esfuerzos internacionales. El Portafolio Internacional de Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer (Alzheimer’s Disease Research Portfolio–IADRP) ayuda a las personas a aprender acerca de las investigaciones de la enfermedad de Alzheimer que se realizan en las organizaciones públicas y privadas en los Estados Unidos y en otros países. También ayuda a las organizaciones aprovechar los recursos y evitar la duplicación de esfuerzos. El NIA, los NIH y la Asociación de Alzheimer desarrollaron la Ontológica Común de las Investigaciones sobre la Enfermedad de Alzheimer (The Common Alzheimer’s Disease Research Ontology), un sistema de clasificación que permite a las organizaciones integrar y comparar los portafolios de investigación. Para más información sobre el portafolio internacional IADRP, consulte http://iadrp.nia.nih.gov/cadro-web/about.

Proteínas. Una característica que tienen en común varias demencias importantes es un exceso de ciertas proteínas o fragmentos proteicos en el cerebro, los cuales tienen formas anormales que se cree son tóxicas para las células cerebrales. Los proyectos de investigación patrocinada por los NIH están enfocados a comprender mejor los efectos tóxicos de la acumulación de proteínas y cómo esta acumulación está relacionada con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Algunas de estas anomalías proteicas pueden detectarse en el líquido cefalorraquídeo.

Por ejemplo, una acumulación anormalmente elevada de la proteína beta-amiloide en el cerebro es un distintivo de la enfermedad de Alzheimer. Los investigadores patrocinados por el NINDS están determinando cuáles vías nerviosas se ven afectadas por la beta-amiloide y contribuyen al desarrollo de la patología y síntomas del Alzheimer. El patrocinio de NINDS condujo también a un modelo de la enfermedad de Alzheimer en ratas, diseñado usando ingeniería genética, que tiene toda la gama de cambios cerebrales asociados con la enfermedad humana y que podría usarse para definir mejor las causas y efectos de la acumulación de beta-amiloide relacionada con la enfermedad de Alzheimer. El patrocinio fue proporcionado también por NIA, el Instituto Nacional de la Salud Mental (que también forma parte de los NIH) y otras organizaciones.

En los trastornos frontotemporales, la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas, la proteína tau se acumula en masas anormales de filamentos enredados, los ovillos neurofibrilares, que interrumpen la señalización nerviosa, causan muerte celular y alteran la cognición. Los investigadores patrocinados por NINDS están determinando si formas específicas de la proteína tau interfieren con la señalización de las células nerviosas y disminuyen la función de la memoria. Otros están estudiando cómo se disemina la patología tau de una célula a otra. Las investigaciones relacionadas con tau están dirigidas a identificar mecanismos comunes de los trastornos frontotemporales, así como marcadores (señales que podrían indicar riesgo y progresión de la enfermedad y mejorar el diagnóstico) que acelerarían el desarrollo de nuevos tratamientos para la demencia por la enfermedad de Parkinson y otras formas de demencia.

De forma similar, la acumulación anormal de la proteína alfa sinucleína es un rasgo característico de la enfermedad de Parkinson y de la demencia con cuerpos de Lewy. Los científicos esperan identificar qué lleva a la alfa sinucleína a formar agregados anormales y volverse tóxica para las células nerviosas y entender por qué la agregación es un fenómeno relacionado con la edad en la enfermedad de Parkinson y otros trastornos relacionados con la sinucleína.

Sueño. El ciclo de sueño y vigilia tiene un papel integral, pero no está bien entendido en muchas demencias, incluso la demencia con cuerpos de Lewy, la enfermedad de Alzheimer, las demencias por priones y la demencia por enfermedad de Parkinson. Los estudios del sueño en personas durante periodos de excesiva somnolencia diurna y sueño nocturno podrían ayudar a determinar si las fluctuaciones en el estado mental entre las personas con demencia con cuerpos de Lewy están relacionadas con la excesiva somnolencia diurna. Los estudios del sueño también pueden evaluar si el declive en la cognición se puede predecir por marcadores neuroconductuales y marcadores relacionados con el sueño en el parkinsonismo.

Células madre. Los científicos están investigando diversos tipos de células, entre ellas, las células madre, para descubrir mecanismos en las células nerviosas que lleven al inicio y progresión de la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia. Importantes esfuerzos de investigación se han enfocado en las células madre pluripotentes inducidas (iPSC), las cuales pueden ser "reprogramadas" a partir de células cutáneas para actuar como cualquier tipo de célula en el organismo, incluso como células nerviosas. EL NINDS patrocina tres consorcios de investigación para desarrollar iPSC bien caracterizadas para la esclerosis lateral amiotrófica, la enfermedad de Huntington y la enfermedad de Parkinson. Estas células podrían entonces ser usadas por la comunidad científica para estudiar los efectos de los genes mutantes y de las proteínas desnaturalizadas sobre la función y salud de las células nerviosas, así como para probar medicamentos y tratamientos potenciales para la enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas.

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Conclusión

En la actualidad no existe cura para las demencias comunes causadas por progresiva neurodegeneración, entre ellas, la enfermedad de Alzheimer, los trastornos frontotemporales y la demencia con cuerpos de Lewy. Sin embargo, algunas formas de demencia son tratables. Una mejor comprensión de las demencias, así como de su diagnóstico y tratamiento haría posible que las personas afectadas y sus cuidadores pudieran vivir una vida más completa y enfrentar los retos diarios. Los NIH, principalmente a través de actividades de investigación patrocinadas por el NINDS y el NIA, continúan haciendo descubrimientos en el laboratorio, diseñando enfoques terapéuticos para las demencias y creando herramientas y recursos para ayudar a acelerar el desarrollo de tratamientos que puedan ser usados en la práctica. Estos descubrimientos pueden conducir algún día a formas de disminuir la progresión de la enfermedad o incluso a curar y prevenir las demencias.

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¿Dónde puedo encontrar más información? 

Para obtener información adicional sobre los programas investigación del NINDS, contacte a la Unidad de Recursos Neurológicos y Red de Información del Instituto (BRAIN por su sigla en inglés) en:
BRAIN
P.O. Box 5801
Bethesda, MD 20824
(800) 352-9424
http://www.ninds.nih.gov 

 Organizaciones:

Alzheimer's Disease Education and Referral Center (ADEAR)
National Institute on Aging
P.O. Box 8250
Silver Spring, MD 20907-8250
adear@nia.nih.gov
http://www.nia.nih.gov/alzheimers
Tel: 1-800-438-4380
Fax: 301-495-3334
Alzheimer's Association
225 North Michigan Avenue
Floor 17
Chicago, IL 60601-7633
info@alz.org
http://www.alz.org Política externa del sitio Web
Tel: 312-335-8700; 800-272-3900 (24-Hour Helpline); 312-335-5886 (TDD)
Fax: 866.699.1246
Alzheimer's Foundation of America
322 Eighth Avenue
7th Floor
New York, NY 10001
info@alzfdn.org
http://www.alzfdn.org Política externa del sitio Web
Tel: 866-AFA-8484 (232-8484)
Fax: 646-638-1546
Alzheimer’s Drug Discovery Foundation
57 West 57th Street
Suite 904
New York, NY 10019
info@alzdiscovery.org
http://www.alzdiscovery.org Política externa del sitio Web
Tel: 212-901-8000
Fax: 212-901-8010
Association for Frontotemporal Degeneration (AFTD)
Radnor Station Building #2 Suite 320
290 King of Prussia Road
Radnor, PA 19087
info@theaftd.org
http://www.theaftd.org Política externa del sitio Web
Tel: 267-514-7221; 866-507-7222
BrightFocus Foundation
22512 Gateway Center Drive
Clarksburg, MD 20871
info@brightfocus.org
http://www.brightfocus.org/alzheimers/ Política externa del sitio Web
Tel: 1- 800-437-2423
Fax: 301-258-9454
John Douglas French Alzheimer's Foundation
11620 Wilshire Blvd.
Suite 270
Los Angeles, CA 90025
http://www.jdfaf.org Política externa del sitio Web
Tel: 310-445-4650
Fax: 310-479-0516
Lewy Body Dementia Association
912 Killian Hill Road, S.W.
Lilburn, GA 30047
lbda@lbda.org
http://www.lbda.org Política externa del sitio Web
Tel: 404-935-6444; 800-539-9767
Fax: 480-422-5434
National Institute of Mental Health (NIMH)
National Institutes of Health, DHHS
6001 Executive Blvd. Rm. 8184, MSC 9663
Bethesda, MD 20892-9663
nimhinfo@nih.gov
http://www.nimh.nih.gov
Tel: 301-443-4513; 866-415-8051; 301-443-8431 (TTY)
Fax: 301-443-4279
National Organization for Rare Disorders (NORD)
55 Kenosia Avenue
Danbury, CT 06810
orphan@rarediseases.org
http://www.rarediseases.org Política externa del sitio Web
Tel: 203-744-0100; Voice Mail: 800-999-NORD (6673)
Fax: 203-798-2291
Caregiver Action Network (formerly National Family Caregiver Association)
1130 Connecticut Avenue, NW
Suite 500
Washington, DC 20036
info@caregiveraction.org
http://caregiveraction.org Política externa del sitio Web
Tel: 202-454-3970
National Hospice and Palliative Care Organization /Natl. Hospice Foundation
1731 King Street
Alexandria, VA 22314
nhpco_info@nhpco.org
http://www.nhpco.org Política externa del sitio Web
Tel: 703-837-1500; Helpline: 800-658-8898
Fax: 703-837-1233


Glosario

Alfa sinucleína: una proteína que está implicada en masas anormales llamadas cuerpos de Lewy, que se ven en el cerebro de las personas con enfermedad de Parkinson y algunas demencias. Los trastornos en los que la alfa sinucleína se acumula dentro de las células nerviosas se conocen como linucleinopatías.
Amiloide: una proteína que se encuentra en las masas de tejido características (llamadas placas) que aparecen en el cerebro de las personas con enfermedad de Alzheimer.
Degeneración corticocobasal: un trastorno progresivo caracterizado por la pérdida de células nerviosas y atrofia en diversas áreas del cerebro.
Demencia: término para una colección de síntomas que deterioran seriamente el pensamiento, las actividades normales y las relaciones personales.
Demencia asociada con el VIH: una demencia que resulta de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana que causa el SIDA.
Demencias con presencia de cuerpos de Lewy: son una de las formas comunes de demencias progresivas, y se caracterizan por la presencia de estructuras anormales en el cerebro, llamadas cuerpos de Lewy.
Demencia con cuerpos de Lewy: una de las demencias de tipo cuerpos de Lewy, que es una forma de demencia progresiva.
Demencia mixta: demencia en la que una forma de demencia y otra afección o demencia causa daños en el cerebro, por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de vasos pequeños o la demencia vascular.
Demencia por enfermedad de Parkinson: demencia secundaria que a veces ocurre en las personas con enfermedad de Parkinson avanzada. Muchas personas con Parkinson tienen las placas amiloideas y los ovillos neurofibrilares que se encuentran en la enfermedad de Alzheimer, pero no está claro si las enfermedades están relacionadas.
Demencia por infartos múltiples: un tipo de demencia vascular causada por muchos pequeños accidentes cerebrovasculares.
Demencia vascular:un tipo de demencia causada por una lesión cerebral como consecuencia de problemas cardiovasculares, por lo general accidentes cerebrovasculares.
Encefalopatía traumática crónica: una forma de demencia causada por repetidos traumatismos cerebrales.
Enfermedad de Alzheimer: causa más común de demencia en las personas mayores de 65 años. Eventualmente, casi todas las funciones cerebrales se ven afectadas, incluyendo la memoria, el movimiento, el lenguaje, el juicio y el comportamiento.
Ovillos neurofibrilares: agrupaciones de filamentos retorcidos que se encuentran dentro de las células nerviosas en el cerebro de las personas con la enfermedad de Alzheimer. Estos ovillos están formados principalmente por una proteína llamada tau.
Tau: una proteína que ayuda al funcionamiento de los microtúbulos, que son parte de soporte estructural de la célula y ayudan a repartir las sustancias a través de la célula. En la enfermedad de Alzheimer, la proteína tau se tuerce en filamentos que se convierten en ovillos. Los trastornos relacionados con una acumulación de tau, como la demencia frontotemporal, se conocen como tauopatías.
Trastornos frontotemporales: un grupo de demencias caracterizadas por la degeneración de las células nerviosas, especialmente aquellas en los lóbulos frontales y temporales del cerebro.
2El nombre del NINDS en español significa Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares.
"Las demencias: Esperanza en la investigación", NINDS. Septiembre 2015.
Publicación de NIH 15-2252S


Preparado por:
Office of Communications and Public Liaison
National Institute of Neurological Disorders and Stroke
National Institutes of Health
Bethesda, MD 20892


El material del NINDS sobre la salud se ofrece solamente para propósitos informativos y no significa un endoso ni la posición oficial del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares o de ninguna otra agencia federal. Cualquier recomendación sobre el tratamiento o cuidado de un paciente en particular debe obtenerse a través de una consulta con un médico que lo haya examinado o que esté familiarizado con el historial médico de dicho paciente.
Toda la información preparada por el NINDS es de dominio público y se puede reproducir libremente. Se agradece que se le dé el crédito correspondiente al NINDS o a los NIH.

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