martes, 2 de agosto de 2016

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Quizás le sorprenda saber cuánta sal consume

Family eating meal at restaurant together


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¿Trata usted de ser cuidadoso con la cantidad de sal que consume en su dieta? ¿Está muy  seguro de que está consumiendo la cantidad adecuada de sal (también conocida como cloruro de sodio) todos los días, según lo recomendado por la mayoría de los expertos?
Tal vez esté equivocado.
Aun si tira el salero a la basura, es posible que continúe ingiriendo bastante sodio; sobre todo si consume comidas preparadas o procesadas. De hecho, la mayoría del sodio de la dieta diaria estadounidense proviene de tales alimentos que con frecuencia uno encuentra en los anaqueles del supermercado y en las comidas que se sirven en los restaurantes.
Por eso, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) esta trabajando para reducir de manera gradual la cantidad de sodio que se añade a los alimentos. La dependencia ha dado a conocer una guía preliminar para la industria que fijaría metas voluntarias de reducción de los niveles de sodio en los alimentos procesados y preparados. Las metas se concentran en el sodio que le añaden los fabricantes y los restaurantes a los alimentos antes de su consumo, no a la sal que usted le agrega a sus alimentos al cocinar o ya en la mesa.
El objetivo es ayudar a los consumidores a reducir gradualmente su ingesta diaria de sodio a 2,300 miligramos (mg) al día. Eso equivale a aproximadamente una cucharadita de sal, la cantidad de consumo diaria que recomiendan las guías alimentarias federales. Hoy en día, los estadounidenses consumen un promedio de 3,400 mg al día, casi 50 por ciento más de lo generalmente recomendado. Esto pone en riesgo su salud.
“Ingerir la cantidad recomendada de sodio en su dieta no es una tarea fácil para los consumidores”, afirma la Dra. Susan Mayne, PhD, directora del Centro para la Seguridad de los Alimentos y la Nutrición Aplicada de la FDA. “Queremos ayudar a reducir la cantidad de sodio a todos los niveles del abasto de alimentos estableciendo metas razonables”.
“Pocas intervenciones podrían posiblemente ser de tanto beneficio general para la salud pública”, añade la Dra. Mayne.

¿Por qué el exceso de sodio es un problema grave?

A menudo, las palabras “sodio” y “sal” se usan de manera indistinta, pero hay una diferencia. La sal que uno espolvorea sobre la comida o que añade mientras cocina es un compuesto cristalino (40 por ciento sodio y 60 por ciento cloruro); el sodio, un mineral, es uno de los elementos que se encuentran en la sal. La sal es la forma en la que con más frecuencia se consume el sodio: entre el uso personal y la sal que se añade a los alimentos procesados y preparados, por lo menos 95 por ciento del sodio de su dieta viene en la forma de sal.
Sodio (del cual el cuerpo necesita una cierta cantidad para funcionar como es debido) está presente de manera natural en muchos alimentos, tales como la leche, el apio y el betabel o. remolacha. Y como ingrediente de los alimentos, el sodio —ya sea derivado de la sal o de otros ingredientes que lo contienen— tiene muchos usos, entre ellos como espesante, saborizante y conservador.
El problema es que el exceso de sodio en la dieta puede llevar a padecer presión arterial alta, una de las principales causas de afecciones cardiacas y derrames cerebrales. Una reducción del sodio en los alimentos podría prevenir cientos de miles de enfermedades y muertes prematuras en el transcurso de una década.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los números pintan un cuadro revelador.
  • Noventa por ciento de los adultos estadounidenses consumen más sodio del recomendado.
  • Los niños y adolescentes también consumen demasiado sodio, desde los 2,900 mg al día entre los niños de 6 a 10 años de edad, hasta los 3,700 mg entre los adolescentes de 14 a 18.
    • Los niveles más altos recomendados del consumo de sodio para los niños menores de 14 años están por debajo del límite de 2,300 mg recomendado para los adolescentes y los adultos. Los niveles recomendados para los niños son de 2,200 mg al día para las edades de 9 a 13, de 1,900 mg para las de 4 a 8, y de 1,500 mg para las de 1 a 3.
    • Hay pruebas de que los niños que consumen alimentos más altos en sodio mantienen esa tendencia en la edad adulta.
  • Uno de cada tres estadounidenses padece de presión arterial alta, y entre los afroamericanos ese número aumenta a casi la mitad.

¿Qué tipo de alimentos pueden ser altos en sodio?

Entre los alimentos procesados o preparados que son altos en sodio están las pizzas, los sándwiches, las carnes frías y los embutidos, las pastas, las botanas y los bocadillos, los aderezos para ensalada, las sopas, y los quesos.
Pero no se fíe de su paladar nada más. Los alimentos altos en sodio no siempre son salados. Aunque los encurtidos se delatan solos rápidamente, los cereales y los pastelillos, de sabor dulce, también contienen sodio. Además, aunque una porción de alimento —tal como una rebanada de pan— tal vez no contenga mucho sodio, comer varias de ellas al día puede irlo acumulando y es posible que esté ingiriendo más sodio de lo que cree.
La solución propuesta.
La FDA está adoptando una estrategia para ajustar los niveles de sodio basada en el progreso que ya ha hecho la industria alimentaria. La dependencia dio a conocer metas preliminares a dos y diez años que establecerán un sistema para medir el progreso. Muchos productos del suministro de alimentos quizás ya hayan alcanzado las metas preliminares de corto plazo; se calcula que su adopción más generalizada reducirá la ingesta de sodio, de 3,400 a 3,000 mg al día.
Las metas preliminares de largo plazo pretenden reducir aun más la ingesta diaria de sodio, a 2,300 mg al día. Estas metas son más difíciles de cumplir para la industria, y quizás exijan de innovaciones en la creación de nuevas tecnologías y formulaciones para los productos.
La gente por lo general no nota las reducciones pequeñas (de un 10 a 15 por ciento) de sodio y, con el tiempo, el paladar se acostumbra a cambios más grandes, especialmente si se realizan poco a poco. De modo que la estrategia de la FDA les permite a los consumidores acostumbrarse de manera gradual al sabor de los alimentos que contienen menos sodio.
“Éste no es una estrategia ‘universal’. El sodio desempeña diferentes funciones dependiendo del alimento, y cada alimento tiene un potencial de reducción de sodio diferente”, explica Kasey Heintz, bióloga de la Oficina de Inocuidad de los Aditivos Alimentarios de la FDA.
En los aderezos para ensalada, por ejemplo, la FDA encontró diversos contenidos de sodio entre los productos de mayor venta, y un gran potencial para reducirlo. La dependencia también ve la posibilidad de hacer reducciones significativas en muchos bocadillos y botanas, dadas las variaciones en el contenido de sodio que imperan en el mercado.
“Ése es el motivo por el cual la guía preliminar esboza metas para cerca de 150 subcategorías de alimentos dentro de las 16 categorías principales que contribuyen a la ingesta de sodio”, abunda Heintz.
La FDA calcula que esta estrategia podría rendir beneficios anuales por 70 mil millones de dólares o más al año en mejoras para la salud y la esperanza de vida, así como en materia de gastos médicos reducidos o aplazados.
Las metas propuestas también aplican a los alimentos preparados en restaurantes y otros establecimientos de servicio de comida. Esto es porque, según el Servicio de Investigación Económica del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, casi la mitad de cada dólar en comida se gasta en alimentos consumidos fuera de casa.

¿Y ahora qué sigue? Una oportunidad para expresar su opinión

La FDA está procurando recibir los cometnarios del público antes de finalizar las metas. Los consumidores tienen hasta el 31 de agosto de 2016 para comentar sobre los aspectos 1 al 4 que se describen en la sección IV de la guía preliminar, y hasta el 31 de octubre del mismo año para hacerlo en cuanto a los aspectos 5 al 8.
“Sabemos que muchas empresas ya han dado pasos por su propia cuenta para reducir el sodio en ciertos alimentos, pero los niveles de sodio en nuestro abasto de alimentos aún son demasiado altos”, advierte la Dra. Mayne. “Hay trabajo importante por hacer. La gente siempre tendrá la opción de añadirle sal a la comida; lo que no tiene ahora es la opción de quitársela”.
Este artículo está disponible en la página de Artículos para el Consumidor de la FDA, en la cual se publican las últimas novedades sobre todos los productos regulados por la FDA.
Actulizado el 19 de julio de 2016

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