jueves, 2 de junio de 2016

Los pacientes con cáncer avanzado que responden a la inmunoterapia viven más y mejor - DiarioMedico.com

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BENEFICIOS MANTENIDOS

Los pacientes con cáncer avanzado que responden a la inmunoterapia viven más y mejor

Los beneficios de la inmunoterapia se producen en el 20 por ciento de los casos, por lo que el siguiente paso de esta estrategia terapéutica es identificar un marcador predictor.
María R. Lagoa. Vigo   |  02/06/2016 15:43
 
 

La inmunoterapia será uno de los principales temas científicos en la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que comienza este fin de semana en Chicago. Antes de viajar a Estados Unidos para participar en el congreso, Javier Afonso Afonso, presidente del Grupo Gallego de Cáncer de Pulmón y oncólogo de la estructura de gestión integrada (EOXI) de Ferrol, ha hablado con DM de su utilización a nivel asistencial y de cuáles son los objetivos que se proponen ahora clínicos y científicos con respecto a este camino terapéutico. Precisamente, hace unos días, el grupo gallego organizó en Ferrol un taller sobre inmunoterapia dirigido a médicos residentes y adjuntoss jóvenes.
En estos momentos, los pacientes con melanoma, cáncer no microcítico de pulmón y cáncer renal en estado avanzado son los candidatos a ser tratados con inmunoterapia. Son los grupos sobre los que existe evidencia científica de sus beneficios. Por ejemplo, en cáncer de células escamosas (un subgrupo dentro de los no microcíticos de pulmón), los resultados son muy superiores a los obtenidos por la quimioterapia. En un estudio publicado en The New England Journal of Medicine, la supervivencia al año era del 24 por ciento de los pacientes que habían recibido quimioterapia y del 42 por ciento en los tratados con inmunoterapia. Y se probó también que los niveles de tolerancia eran mucho mejores; así, el 55 por ciento mostraron efectos adversos graves con la quimioterapia y sólo el 7 por ciento con la inmunoterapia. "Los pacientes que responden a la inmunoterapia viven más y mejor, aunque hay que dejar claro que no cura", enfatiza Javier Afonso.
Pero no todos los candidatos tienen beneficios con los fármacos inmunoterápicos y la causa de ello es todavía una incógnita. La tasa de respuesta de la inmunoterapia está en torno al 20 por ciento, aunque los beneficios se mantienen por mucho tiempo en esos enfermos. "Aún no conocemos los motivos de que unos respondan y otros no", señala este especialista.
Por ello, el siguiente paso que hay que dar es identificar un marcador predictor de respuesta: "El marcador PD-L1 se ha correlacionado con una mejor respuesta pero hay personas que no lo tienen y han reaccionado bien". Por ahora, los clínicos se basan en el perfil clínico del candidato y no lo ofrecen si el paciente tiene muy mal estado general o enfermedades autoinmunes.
La eficacia de la inmunoterapia en fases más precoces de la enfermedad y en otros tipos de tumores, son otros retos de las investigaciones. En el congreso de Chicago se van a presentar las conclusiones de varios estudios que arrojarán luz sobre algunas de las preguntas que se plantean. El cáncer colorrectal, de mama, de próstata y de cabeza y cuello, son patologías en las que se está explorando la posibilidad de emplear inmunoterapia.
Funcionamiento
Como ha recordado Javier Afonso, esta línea terapéutica parte de la base de que el fallo del sistema inmunológico es un denominador común de todos los cánceres. La inmunoterapia busca reforzar el sistema inmunitario para que destruya las células cancerígenas, mientras que con la quimioterapia el objetivo es destruirlas directamente.
Hoy, los fármacos que se están empleando son los inhibidores de los puntos de control inmunitario. Su funcionamiento tiene que ver con los linfocitos T, que continuamente hacen "un escaneo" de las estructuras del cuerpo humano: "Cuando reconocen algo extraño, se fijan en esa estructura y se desencadena una respuesta inmune para destruirla" -explica Afonso-, pero en las fases avanzadas del cáncer las células tumorales inhiben esa acción de manera que los linfocitos T pierden la capacidad de reconocerla. Estos fármacos restituyen esta función: "Los linfocitos T vuelven a reconocer las células tumorales, que a su vez ya no pueden inhibir esa acción".
Otras vías que se están explorando son las combinaciones de distintos inmunoterápicosy de estos fármacos con los agentes dirigidos a una diana en la célula provocada por una alteración molecular.

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