viernes, 17 de junio de 2016

Los analgésicos opiáceos aumentan unos letales riesgos cardiacos en algunas personas, según un estudio: MedlinePlus en español

Los analgésicos opiáceos aumentan unos letales riesgos cardiacos en algunas personas, según un estudio: MedlinePlus en español

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Los analgésicos opiáceos aumentan unos letales riesgos cardiacos en algunas personas, según un estudio

Gran parte del riesgo de muerte temprana se relacionó con las complicaciones cardiovasculares, no con las sobredosis
     
Traducido del inglés: miércoles, 15 de junio, 2016
Imagen de noticias HealthDay
MARTES, 14 de junio de 2016 (HealthDay News) -- Aunque los peligros de las sobredosis para los pacientes a quienes se recetan potentes analgésicos opiáceos como Oxycontin y fentanyl son bien conocidos, un nuevo estudio encontró que los medicamentos conllevan riesgos cardiacos inesperados.
Los pacientes a quienes se acababa de recetar un analgésico opiáceo tenían un riesgo de muerte prematura un 64 por ciento más alto que los pacientes a quienes se administró un analgésico alternativo. Pero gran parte de ese riesgo se relacionó con el inicio de dificultades respiratorias durante el sueño, seguidas por irregularidades del ritmo cardiaco y otras complicaciones cardiovasculares.
"No nos sorprendió el aumento en el riesgo de muertes por sobredosis, que es bien conocido", anotó el autor del estudio, Wayne Ray, del departamento de políticas de salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee.
"Pero el gran aumento en el riesgo de muerte cardiovascular es un hallazgo novedoso", comentó Ray. "[Y] sugiere que se debe tener incluso más cuidado con los opiáceos en los pacientes que ya tienen un riesgo cardiovascular alto, como los que han sufrido un ataque cardiaco o tienen diabetes".
En el estudio, el equipo analizó datos recolectados entre 1999 y 2012 sobre casi 23,000 pacientes, con una edad promedio de 48 años, a quienes acababan de recetar un opiáceo de acción prolongada. Los investigadores los compararon con datos de un número equivalente de pacientes que rehicieron un analgésico alternativo.
Los medicamentos alternativos incluían anticonvulsivos como Neurontin (gabapentina), Lyrica (pregabalina) y Tegretol (carbamazepina) y antidepresivos en dosis bajas. Los anticonvulsivos se usan para tratar las convulsiones, el trastorno bipolar y/o el dolor nervioso.
Durante un periodo promedio de seguimiento de cuatro a seis meses, hubo 185 muertes en el grupo de los opiáceos, frente a 87 muertes en el grupo de medicamentos alternativos.
En total, se encontró que el grupo de los opiáceos se enfrentaba a un aumento del 64 por ciento en el riesgo de muerte por cualquier motivo, encontró el estudio.
Pero los pacientes de opiáceos también se enfrentaban a un aumento del 65 por ciento en el riesgo de muerte relacionada específicamente con nuevas complicaciones cardiacas, mostraron los hallazgos.
Los autores del estudio concluyeron que se deben favorecer los analgésicos alternativos en lugar de los opiáceos de acción prolongada siempre que sea posible, sobre todo en los pacientes con antecedentes de enfermedad cardiaca, ataque cardiaco o diabetes.
"Nuestra opinión, que es coherente con las directrices recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, es que los opiáceos se deben utilizar como último recurso", dijo Ray. "La mejor forma de decidir si los beneficios superan a los riesgos es a través de una cuidadosa conversación entre el médico y el paciente".
El Dr. Joseph Frank, profesor asistente de medicina en la división de medicina interna general de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, advirtió que aunque "hemos aprendido mucho sobre los riesgos de los opiáceos en los últimos años, [nos] falta un largo camino".
Y añadió que "podría haber pacientes en quienes la mejora en la función gracias a los opiáceos supere el riesgo modesto que encontró este estudio, pero ese equilibrio con frecuencia es difícil de evaluar y comunicar a los pacientes, en particular en los ajetreados ámbitos de la atención primaria".
Frank, que también es internista general del Centro Médico VA en Denver, concurrió en que el tratamiento no opiáceo para el dolor es preferible cuando sea posible.
Pero dado que el estudio se enfocó exclusivamente en los riesgos a los que se enfrentan las personas que usan opiáceos por primera vez, enfatizó que se necesita más investigación para evaluar los riesgos a los que se enfrentan los que intentan abandonar un hábito de opiáceo a largo plazo, "ya que esa transición puede ser muy difícil, y podría en realidad aumentar el riesgo de algunos eventos adversos en algunos pacientes".
Ray y su equipo publicaron sus hallazgos en la edición del 14 de junio de la revista Journal of the American Medical Association.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Wayne Ray, Ph.D., department of health policy, Vanderbilt University School of Medicine, Nashville, Tenn.; Joseph Frank, M.D., M.P.H., assistant professor, medicine, division of general internal medicine, University of Colorado School of Medicine, Aurora, and general internist, VA Medical Center, Denver; June 14, 2016, Journal of the American Medical Association
HealthDay
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