jueves, 26 de mayo de 2016

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Más de la mitad de las muertes súbitas cardiacas se producen en el hogar

Madrid (26/05/2016) - El Médico Interactivo

• Padecer una parada cardiorrespiratoria en el domicilio se asocia con una menor supervivencia, ya que se reduce la aplicación de técnicas de reanimación antes de la llegada del equipo de emergencias; de las paradas cardiorrespiratorias presenciadas, sólo una de cada cinco recibe soporte vital básico a cargo de testigos

• Estos son algunos de los datos que se desprenden del estudio publicado en Revista Española de Cardiología, realizado a partir del análisis de 4.072 pacientes andaluces con diagnóstico de muerte súbita cardiaca entre 2008 y 2012

Un estudio publicado recientemente en Revista Española de Cardiología (REC) muestra que más de la mitad de las muertes súbitas cardiacas, un 58,6 por ciento, se producen en el domicilio, lo que afecta negativamente al pronóstico final.
En los últimos años, la muerte súbita ha tenido una gran presencia mediática a causa de los importantes casos relacionados con el mundo del deporte, tanto profesional como amateur. Sin embargo, este nuevo estudio destaca que el grueso de los casos de muerte súbita tiene lugar en los hogares. Esta variable se relaciona con un peor pronóstico final, ya que aumenta la proporción de paradas cardiorrespiratorias (PCR) no presenciadas. El Dr. Fernando Rosell, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), explica que, "en consecuencia, el intervalo de intervención entre la detección de la parada y la llegada de los equipos de emergencias es mayor, a la vez que se reduce la aplicación de técnicas de reanimación previas".
Estos datos se desprenden de un estudio publicado en REC que recoge los resultados del Registro Andaluz de Parada Cardiorrespiratoria Extrahospitalaria, realizado entre 2008 y 2012, y que incluyó a 4.072 pacientes con diagnóstico de muerte súbita cardiaca, de los que casi tres cuartas partes fueron hombres (72,6 por ciento). Se registró una incidencia estimada de 14,6 eventos por 100.000 habitantes y año.
De los casos estudiados, el 65,4 por ciento se declaró fallecido y un 10,2 por ciento sobrevivió a la PCR con buen resultado neurológico. La mayor supervivencia se relacionó con un ritmo inicial desfibrilable, PCR presenciada e intervenciones previas a la llegada del equipo de emergencias, y con la realización de intervencionismo coronario percutáneo como parte de los cuidados pos-resucitación.
El estudio también pone de manifiesto que, a pesar de la importante proporción de paradas presenciadas, sólo uno de cada cinco afectados recibió soporte vital básico realizado a cargo de testigos, lo que condiciona el pronóstico final. El uso de desfibriladores automáticos fue escaso, a pesar de que un 25 por ciento de los casos tenía ritmos iniciales desfibrilables.
La fase previa a la llegada de los equipos de emergencia ha demostrado ser crítica para la supervivencia, y es por tanto el área donde deben centrarse los esfuerzos de mejora. El inicio de la atención en los primeros ocho minutos se relaciona con una mayor probabilidad de llegar a ingresar en el hospital, y cada minuto que pasa disminuye un diez por ciento la probabilidad de supervivencia. Según el Dr. Rosell, "hay un punto de no retorno a partir del cual los cardiólogos podemos mantener, pero no mejorar. Dependemos mucho de que se haya mantenido el flujo sanguíneo, mediante masaje cardiaco y, en el mejor de los casos, que se haya podido realizar una desfibrilación. Por eso es importante implicar y educar a la sociedad, porque la única manera de mejorar la atención a la muerte súbita es mediante la formación del primer interviniente y mediante el acceso público a desfibriladores".

En Europa

La muerte súbita afecta en Europa en torno a 400.000 personas año, de las que sobrevive menos del diez por ciento. Su principal causa es la fibrilación ventricular, una arritmia que provoca que el corazón pierda su capacidad de contraerse de forma organizada, por lo que deja de latir. La consecuencia es la pérdida de pulso y, en pocos segundos, del conocimiento y de la capacidad de respirar. Si no recibe atención inmediata, la persona afectada muere en minutos.
Cuando el paciente consigue llegar con vida al hospital, el intervencionismo coronario percutáneo ha demostrado ser una medida de gran impacto para la recuperación. Por ello, es importante la identificación de un infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST como causa de la parada, y la derivación del paciente a los servicios de emergencias del centro.
En 2012, el Parlamento Europeo determinó la muerte súbita como problema prioritario de salud pública en la Unión Europea. "La muerte súbita es muy difícil de prever. Es importante evitar los factores de riesgo cardiovascular, pero la muerte súbita suele darse en personas relativamente jóvenes, que, en muchos casos, no han tenido síntomas previos de enfermedad cardiovascular. Por ello, debemos fortalecer la respuesta ante el evento, pero falta formación en la sociedad. La reanimación cardiopulmonar debería enseñarse en las escuelas, para que más ciudadanos se atrevan a actuar ante una parada cardiorrespiratoria. Por otra parte, la instalación de desfibriladores automáticos está lejos de ser la deseada.", sentencia el Dr. Fernando Rosell.
Desde la SEC se reclama la integración de las técnicas de reanimación cardiopulmonar en el currículum educativo, así como la mayor implantación de desfibriladores automáticos externos (DAE) en los lugares públicos. El Dr. Rosell concluye: "Debemos ser conscientes de la necesidad de tener desfibriladores en todos los espacios públicos, que es algo que ahora mismo no hay. Y, avanzando, las comunidades de vecinos grandes, o apartadas de las ciudades, también deberían tener uno, ya que para ellos va a significar ganar tiempo. El desfibrilador, con una sola vez que se use, ya está más que amortizado".

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