Los síntomas cognitivos impiden la recuperación en depresión

Los síntomas cognitivos que acompañan a la depresión suelen impedir la recuperación funcional del afectado. Nuevas moléculas, como vortioxetina, mejoran el control de estos síntomas residuales.

Raquel Serrano. Madrid | 22/04/2016 12:25

Enric Álvarez, de la Santa Cruz y San Pablo, de Barcelona; Susana Gómez-Lus, directora médica de Lundbeck España; y Miquel Roca, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental. (Archivo)

El trastorno depresivo mayor es uno de los cuadros clínicos que mayor impacto ejerce en la esfera vital del afectado (social, afectivo, laboral, académico) situándose, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el primer y segundo puesto en cuanto a patología incapacitante. Se calcula además que el 50 por ciento de los pacientes siguen sin responder a una terapia establecida, no obtienen recuperación funcional y, por tanto, abandonan el tratamiento.

Buen indicador
"La depresión no debe trivializarse; es una patología compleja caracterizada por síntomas afectivos, pero también físicos y cognitivos relacionados con la atención, procesamiento e incapacidad de resolución de problema", señala Miquel Roca, presidente de la Fundación Española de psiquiatría y Salud Mental, y coordinador de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Juan Marcha de Mallorca. Para el psiquiatra, quien insiste en que, a pesar de que un tratamiento consiga una buena respuesta, "permanecen síntomas residuales que suelen ser, mayoritariamente, síntomas cognitivos que impiden la funcionalidad del paciente. Este factor es el mejor indicador de recuperación o no recuperación".
Es evidente, por tanto, que en el abordaje de la depresión sigue habiendo necesidades no cubiertas. Y es en esta parcela donde aparece vortioxetina, comercializada como Brintellix por la farmacéutica Lundbeck, perteneciente a una nueva generación de antidepresivos, que acaba de comercializarse en España, según ha señalado Susana Gómez-Lus, directora médica de Lundbeck en la presentación de la molécula en Madrid.

Acción multimodal
Los problemas cognitivos, la falta de energía y los trastornos del sueño suelen ser los síntomas residuales más presentes durante la remisión de la depresión que causan en el paciente la sensación de no "estar curado". A diferencia de los ISRS e los IRSN, vortioxetina tienen unaacción multimodal actuando sobre varios receptores serotoninérgicos, además de inhibir la recaptación de serotonina. "Esta actividad múltiple es sinérgica, produciéndo los efectos antidepresivos ansiolíticos y sobre los síntomas cognitivos, según estudios preclínicos y clínicos. "Esta molécula es más respetuosa con la función cognitiva y con mayores garantías de preservar las funciones ejecutivas.

Otro punto a favor de esta molécula es que a las dosis de entre 5 y 15 mg es segura y eficaz y no produce disfunción sexual", indica Enric Álvarez, director del Servicio de psiquiatría del Hospital Santa Cruz y San Pablo, de Barcelona, y miembro del CiberSAM que, junto a Roca, ha participado en el desarrollo clínico mundial de esta molécula. Vortioxetina se indica en adultos y ancianos como tratamiento de mantenimiento para prevenir recaídas, fenómeno que se produce en el 30-50 por ciento de los casos de depresión y en el 80 por ciento de los pacientes que ya han padecido un segundo episodio depresivo. Estos factores pueden cronificar la depresión a medio y largo plazo, según Roca.

Depresión: puerta de entrada al suicidio

La comunidad psiquiátrica no quiere pasar de largo un aspecto de máxima preocupación que, a su juicio, debe contemplarse desde una compleja perspectiva técnica: el suicidio, la secuela más grave de la depresión y una de las grandes asignaturas pendientes. "La depresión es la gran puerta de entrada al suicidio. Es, además, la primera causa de muerte externa en Europa", señala Roca. Una de las claves es que entre el 40-45 por ciento de los afectados no reciben la terapia adecuada, un hecho insólito. Álvarez también ha señalado a DM que en el caso de niños y adolescentes, sólo en un 5 por ciento de los suicidios o intentos, había previo tratamiento. El 95 por ciento restante ni tan siquiera habían sido identificados como depresivos. "En Estados Unidos, algunos estudios observaron que cuando se retiraron los fármacos antidepresivos en niños y adolescentes que sufrían depresión, se produjo un repuente del suicidio pediátrico", señala Álvarez.