jueves, 7 de abril de 2016

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La OMS dedica el Día Mundial de la Salud a la Diabetes



Abril de 2016 - Jorge Sánchez Franco/REM

La Organización Mundial de la Salud celebra el 7 de abril el Día Mundial de la Salud, que en esta edición se dedica a la diabetes. Se estima que 347 millones de personas en todo el mundo padecen esta enfermedad. En España, casi el 15 por ciento tiene un riesgo alto o muy alto de desarrollar diabetes tipo 2 en los próximos diez años

FUENTES
1. Organización Mundial de la Salud: http://www.who.int/es/
2. Sociedad Española de Diabetes (SED): http://www.sediabetes.org/
3. EL MÉDICO INTERACTIVO.
Se estima que cerca de 347 millones de personas en todo el mundo tenían diabetes en 2008, aunque la prevalencia de esta enfermedad crece de manera progresiva, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos. De hecho, el 80 por ciento de los 1,5 millones de defunciones por diabetes de 2012 se produjeron en dichos países. Según las previsiones de la OMS, esta enfermedad crónica será la séptima causa de defunción en 2030.
Por su parte, la Federación Internacional de Diabetes (FID) calcula que solo en 2015 murieron cinco millones de personas en todo el mundo por causas relacionadas con la diabetes. Se calcula que en Europa habrá 71 millones de diabéticos en 2040 (a día de hoy, hay cerca de 60 millones).
Las personas con diabetes tipo 2 –el 90 por ciento de los casos- suelen producir su propia insulina, pero la cantidad es insuficiente o no la pueden utilizar apropiadamente; por lo general tiene sobrepeso y son sedentarias, dos circunstancias que incrementan sus necesidades de insulina.
Por todas estas razones, la OMS ha decidido dedicar el Día Mundial de la Salud –que se celebra el 7 de abril- a la diabetes, intentando dejar patente que una gran proporción de los casos son prevenibles mediante el establecimiento de sencillas medidas relacionadas con el modo de vida y que la enfermedad puede ser controlada y tratada para evitar complicaciones.
Los esfuerzos para prevenir y tratar la diabetes serán importantes para alcanzar la meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3, consistente en reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles para 2030. Muchos sectores de la sociedad tienen una importante función que desempeñar, en particular los gobiernos, empleadores, docentes y fabricantes, así como la sociedad civil, el sector privado, los medios de comunicación y cada individuo.
Los objetivos principales de la campaña del Día Mundial de la Salud 2016 serán: acrecentar la concienciación respecto del aumento de la diabetes, en particular en los países de ingresos bajos y medios; impulsar un conjunto de actividades específicas, eficaces y asequibles para hacer frente a la enfermedad, con medidas para prevenirla y para diagnosticar, tratar y atender a quienes la padecen; y presentar el primer informe mundial sobre la diabetes, que describirá las cargas y consecuencias de la enfermedad, y abogará por sistemas de salud más sólidos que aseguren una mejor vigilancia, una prevención reforzada y una atención más eficaz de la diabetes.
La principal causa de muerte en los adultos con diabetes es de origen cardiovascular. Pueden aparecer complicaciones agudas (desarrolladas en días, horas e incluso minutos), como la hipoglucemia –bajada de la glucosa en sangre-  y la hiperglucemia aguda –brusca elevación de la glucosa en sangre-, y crónicas (desarrolladas en meses y años), que son las producidas por el mantenimiento prolongado de niveles elevados de glucosa en sangre. Cualquier órgano o función del cuerpo puede verse afectada.
Un reciente estudio de la Universidad Rovira i Virgili (URV), del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili y del Ciberdem, ha demostrado que son los pacientes con diabetes tipo 2 son los más propensos a padecer problemas cardiovasculares.
El trabajo ha analizado cómo es la estructura de la fracción de las lipoproteínas HDL en pacientes diabéticos para explicar su mal funcionamiento. Los resultados de la investigación los recoge "Scientific Reports", una publicación de la revista "Nature".
La epidemia de obesidad y sedentarismo es la principal causa de la creciente prevalencia de esta enfermedad, que está empezando a afectar de manera significativa a los niños en Europa, aunque apenas hay datos y estudios sobre este aspecto.
Por el contrario, sí que se ha investigado este fenómeno en Estados Unidos. Según un estudio de 2005, la diabetes tipo 2 entre niños y adolescentes pasó del 3 por ciento al 45 por ciento de todos los nuevos casos en apenas 15 años, con una incidencia desproporcionada entre las minorías étnicas, las más desfavorecidas.
Se estima que comer sano y hacer algo de deporte podría evitar hasta el 80 por ciento de los nuevos casos que se registran cada año. En este sentido, un reciente estudio ha puesto de manifiesto que cada hora extra de tiempo diario que se permanece sentado, por ejemplo, delante del ordenador, se asocia con un 22 por ciento más de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, según concluye este estudio que se ha publicado en 'Diabetologia', realizado por investigadores de la Universidad de Maastricht, Holanda.
Pero también se plantean otro tipo de medidas, como prohibir la publicidad de alcohol y alimentos con alto contenido en azúcar, regular por ley la cantidad de azúcar que debe haber en los productos alimenticios industriales o que los gobiernos, empresas y organizaciones promuevan el consumo de comida "saludable".

Así es la diabetes en España

En España, la Fundación para la Diabetes y SEMERGEN presentaban a finales del pasado año los resultados de su campaña de cribado de la patología: Canarias y Extremadura son las comunidades con mayor riesgo de padecer la enfermedad, frente a Baleares y Cataluña, con el porcentaje de riesgo más bajo.
Según sus datos, casi el 15 por ciento de la población tiene un riesgo alto o muy alto de desarrollar diabetes tipo 2 en los próximos diez años. Así se desprende del Test FINDRISK, uno de los métodos más eficaces de cribado de la diabetes. Se ha observado que un 34,3 por ciento de la población posee un riesgo ligeramente elevado y un 14,2 por ciento presenta un riesgo moderado.  Además, del total de población analizada, el 16,3 por ciento presentaba obesidad y el 34,1 por ciento tiene sobrepeso, es decir, una de cada dos personas tenía sobrepeso u obesidad.
Estas son algunas de las principales conclusiones del análisis de los resultados del programa de cribado que ha realizado la Fundación para la Diabetes con el apoyo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). Ambas entidades colaboraban en la campaña 'La diabetes se puede prevenir', cuyo objetivo es determinar la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 entre la población española en los próximos años y ofrecer recomendaciones personalizadas.
Según exponía José Luis Llisterri, presidente de SEMERGEN, la última encuesta europea de salud en España del Instituto Nacional de Estadística (INE) alertaba de la epidemia de obesidad en Europa y en España. Más de la mitad de la población española adulta está por encima del peso considerado normal y el 54 por ciento es sedentario. Del mismo modo, los malos hábitos alimenticios han dado lugar a que de cada diez niños y adolescentes de 2 a 17 años, dos tengan sobrepeso y uno obesidad. Por tanto, "los kilos de más constituyen un grave problema sanitario que tiene una relación directa con enfermedades tan graves como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes", afirmaba el presidente de SEMERGEN.
Con todos estos datos sobre la mesa, se hace necesaria la utilización de medidas preventivas (actividad física y correcta alimentación). Las intervenciones sobre los estilos de vida han demostrado reducir la incidencia de la diabetes tipo 2 en individuos pre-diabéticos y la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen o con frutos secos en individuos con alto RCV ha reducido el riesgo de comenzar con DM2 (PREDIMED Estudio).
A nivel poblacional también es de suma importancia conocer el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 que tiene una determinada persona sin necesidad de someterlo sistemáticamente a análisis de sangre. Por este motivo diferentes Sociedades Científicas recomiendan la utilización del Test FINDRISK, accesible  a la población general a través de diferentes páginas web como la de la Fundación Española de Diabetes, para mejorar la identificación de individuos con riesgo de padecer esta enfermedad.
Durante cinco años, la Fundación para la Diabetes ha recopilado los datos de 72.307 cuestionarios, a partir de los cuales SEMERGEN ha llegado a dichas conclusiones. Según los datos recogidos, casi un 55 por ciento presenta antecedentes familiares de diabetes, en concreto, un 33,14 por ciento de las personas que ha realizado la encuesta tiene un familiar directo con diabetes y el  21,53 manifiesta tener otros allegados. Con relación a la actividad física, el 43,11 por ciento de las personas que cumplimentaron el test no realiza un mínimo de 30 minutos de actividad (o cuatro horas a la semana) durante el trabajo o el tiempo libre.
Respecto a los datos entre las distintas comunidades autónomas, Canarias y Extremadura presentan el porcentaje más elevado de personas con una puntuación superior a 20, lo que significa que tienen un riesgo muy alto de padecer diabetes en los próximos 10 años. Baleares seguido de Cataluña presentan el mayor porcentaje de participantes con una puntuación inferior a siete, es decir, con un riesgo bajo de desarrollar diabetes.
La comunidad en la que se ha registrado mayor obesidad (IMC superior a 30) ha sido Castilla-La Mancha (20,43 por ciento de los encuestados), seguida de Andalucía (19,41) frente a un 16,27 de media en la población total participante. Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla presentaron también un elevado porcentaje de obesidad (21,67).
SEMERGEN y la Fundación para la Diabetes demandan a las administraciones sanitarias la puesta en marcha de nuevos programas de sensibilización que actúen sobre los factores de riesgo modificables como la obesidad, el sedentarismo, la mala alimentación o el tabaquismo, y que favorezcan la prevención de la diabetes tipo 2.
Según Sara Pascual, vicepresidenta de la Fundación para la Diabetes, "la evidencia clínica demuestra que es posible evitar o retrasar en más de un 50 por ciento la aparición de la diabetes tipo 2 actuando preventivamente. Un estilo de vida saludable basado en una alimentación equilibrada evitando el sobrepeso y la obesidad, y la práctica regular de algún tipo de actividad física acorde con la edad y circunstancias personales, contribuyen a prevenir la enfermedad".
DR. EDELMIRO MENÉNDEZ TORRE. JEFE DEL SERVICIO DE ENDOCRINOLOGÍA DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO CENTRAL DE ASTURIAS Y PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE DIABETES (SED)
"Es preciso mejorar la gestión de esta enfermedad en nuestro sistema sanitario y, para ello, ha de fomentarse la educación terapéutica en diabetes, que debería ser accesible a todos los diabéticos"
¿Qué supone que la OMS se haya fijado en la diabetes para protagonizar su Día Mundial de la Salud?
En primer lugar, supone un reconocimiento de que la diabetes es una enfermedad crónica de un impacto muy importante y cada vez mayor en todos los países del mundo, que provoca una alta morbilidad y mortalidad prematura. Al mismo tiempo, es una oportunidad para dar a conocer a toda la sociedad cómo afecta la diabetes a la salud pública, de qué forma influye en el mantenimiento de la salud individual de las personas y cómo repercute en la organización y en la calidad de la asistencia sanitaria, así como en el sostenimiento general del Sistema Nacional de Salud (SNS). La diabetes se ha convertido en la pandemia de este siglo, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, y es urgente abordar su prevención, al mismo tiempo que debemos conseguir su atención y tratamiento con los más altos niveles de calidad si queremos evitar sus secuelas y complicaciones, las cuales pueden ser devastadoras.
¿Por qué está aumentando su prevalencia e incidencia de la enfermedad en los países de ingresos bajos y medianos? ¿A qué se puede deber? ¿Ocurre lo mismo en los países más desarrollados?
La incidencia está aumentado en todos los países, aunque a mayor velocidad en los de menores ingresos. La causa es la misma en todos los casos: el incremento de la obesidad y el sobrepeso derivados de unos hábitos alimentarios que están cambiado a peor, junto con el del sedentarismo. En los países de ingresos más bajos estos cambios se han venido produciendo en los últimos años a una gran velocidad y, por eso, la incidencia de la diabetes está aumentado de una forma explosiva. A todo ello tenemos que sumarle el envejecimiento de la población, un factor de riesgo que constituye la causa más importante del incremento de la incidencia en los países desarrollados.
¿Hasta qué punto se pude prevenir la enfermedad en los países de ingresos bajos y medianos? ¿Cómo está este aspecto en el mundo desarrollado?
La prevención es posible y ha sido demostrada científicamente. Los cambios en la dieta y el ejercicio físico reducen la incidencia de la diabetes, pero ha de realizarse desde una perspectiva de salud pública y de educación sanitaria. Quizás el drama está en que esta aproximación está consiguiendo un éxito limitado en los países desarrollados, y ninguno en los países de ingresos bajos y medianos, cuyos hábitos de vida están cambiando en un sentido opuesto al necesario para frenar el aumento de incidencia de la diabetes.  En los países desarrollados también estamos lejos de lograr reducir el aumento de la enfermedad, aunque bien es cierto que su incidencia crece a un ritmo menor. Sólo en las capas más altas de la sociedad se está frenando dicho incremento tras aumentar la sensibilización sobre una alimentación más sana y los beneficios del ejercicio físico.
¿Hasta qué punto se puede tratar la enfermedad en los países de ingresos bajos y medianos? ¿Con qué problemas se encuentra el abordaje de esta enfermedad en los países más desarrollados?
La enfermedad puede tratarse con efectividad en cualquier país si las políticas son las adecuadas y la educación sanitaria en este sentido es prioritaria. Existen múltiples tratamientos para la diabetes, no necesariamente caros, que son efectivos, pero la efectividad dependerá fundamentalmente del nivel de conocimientos de los profesionales sanitarios y del grado de desarrollo del sistema de atención sanitaria. La educación terapéutica sanitaria constituye un instrumento esencial en este sentido y no sólo en los países menos desarrollados. El pilar del tratamiento de la diabetes lo encontramos en lo que se come y lo que se hace. Dar a los pacientes el conocimiento y el poder para controlar esos hábitos es la primera labor en la atención sanitaria para las personas con diabetes.  El control de la glucemia es el otro instrumento fundamental para el tratamiento de la enfermedad y, para ello, disponemos de métodos de medición que puede utilizar el propio paciente en su domicilio. Me estoy refiriendo a la monitorización domiciliaria de la glucemia, para lo cual se necesitan tiras reactivas, glucómetros u otros sistemas tecnológicos con un coste más elevado. El tratamiento ideal de la diabetes debe ser integral, tanto de la hiperglucemia como de otros factores de riesgo, y en las sociedades avanzadas y envejecidas en pacientes crónicos con múltiples comorbilidades por lo que el reto en los países desarrollados es esta atención integral, multidisciplinar, coordinada entre los diversos niveles de pacientes complejos y crónicos.
¿Qué tipo de medidas deberían implementarse en unos países y otros?
Todos los países deberían implementar, en base a sus posibilidades, medidas preventivas dirigidas al conjunto de la población, desde la infancia hasta la vejez, comenzando por la sensibilización pública y la educación escolar y sanitaria, y continuando con la implantación de normas legislativas para promover hábitos de vida saludables (alimentación sana y ejercicio físico fundamentalmente). Estas mismas medidas, intensificadas y dirigidas, tendrían que aplicarse a los grupos de riesgo y pacientes ya diagnosticados.  Hasta ahora, la atención sanitaria ha estado dirigida a los pacientes agudos, tanto en los países desarrollados como en aquellos que están en vías de desarrollo. La asistencia tiene que enfocarse en los pacientes crónicos, como es el caso de los diabéticos, facilitando la herramientas de control de la enfermedad tanto a los pacientes como los profesionales, para conseguir toda la información que permita una gestión proactiva e individualizada de cada persona con diabetes. Para ello, los avances tecnológicos de los últimos años deben aplicarse en función de su efectividad.
¿Qué demandas hacen a la Administración sanitaria en el caso concreto de España?
La diabetes afecta al 13,8  por ciento de la población española adulta y sabemos que el buen control de la enfermedad y de los factores de riesgo cardiovascular en este colectivo puede disminuir a la mitad las complicaciones micro y macrovasculares y el riesgo de mortalidad. Una parte importante de estos pacientes tiene un control deficiente. Es preciso mejorar la gestión de esta enfermedad en nuestro sistema sanitario y, para ello, ha de fomentarse, en primer lugar, la educación terapéutica en diabetes, que debería ser accesible a todos los diabéticos. Para facilitar esta tarea, los centros de salud tienen que contar con profesionales cualificados y bien formados en esta disciplina. En segundo lugar, creo que los últimos avances tecnológicos en el control de la enfermedad deben estar disponibles para los pacientes en los que estén indicados y sean coste-efectivos según los protocolos y guías de atención clínica. Me refiero, por ejemplo, a los nuevos medidores de glucemia, menos invasivos, o a los dispositivos de infusión continua de insulina. En tercer lugar, tiene que impulsarse la coordinación e integración de la atención primaria y la especializada para una mejor asistencia de las personas con diabetes.

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