La precocidad limita el 'riesgo evolutivo' en TDAH

El concepto de riesgo evolutivo en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que requiere adaptar la asistencia a las necesidades individuales de cada etapa vital para evitar el mal pronóstico.

Raquel Serrano | rserrano@diariomedico.com | 18/03/2016 17:12

La idea del "ya madurará" es el principal factor de riesgo de mal pronóstico para el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Los niños que lo padecen tendrán dificultades en la mayoría de los ámbito su vida (familiar, escolar y social) si no se llevan a cabo estrategias integrales de atención. Además, entre un 2 ó 3 por ciento de los niños serán adultos con el mismo trastorno, hecho que introduce el concepto de riesgo evolutivo y que requiere adaptar la asistencia a las necesidades individuales de cada etapa vital; esto es, reajustarse a las expectativas.

"La detección precoz es esencial para reconducir el problema. En muchos casos, el diagnóstico se demora una media de dos años, excesivo tiempo para un niño con TDAH. Un niño con TDAH y con problemas de aprendizaje no diagnosticado multiplica por dos, e incluso por cuatro, el riesgo de fracaso escolar.

Comorbilidades asociadas, como el trastorno oposicionista-desafiante, y otros más graves, aparecen en un 25 por ciento de los casos, frente al 1 por ciento de la población general", según Javier Quintero, jefe de Psiquiatría del Hospital Infanta Leonor, de Madrid, que ha participado esta semana en Madrid en la presentación del Plan de Actuación en España, incluido dentro del Proyecto PANDAH-Plan de Acción en TDAH, que recoge medidas estratégicas para abordar la atención integral.

El citado plan recoge las sugerencias de un equipo multidisciplinar y su objetivo es mejorar la vida de las personas con TDAH.

Atención al riesgo El coordinador del Proyecto PANDAH, César Soutullo, director de la Unidad de Psiquiatría Infantil y del Adolescente de la Clínica Universidad de Navarra, explica una de estas áreas estratégicas, centrada en la detección que, aunque ha mejorado, "sigue siendo tardía", lo que implica un mayor riesgo de comorbilidades. El establecimiento de un circuito nacional consensuado en el que se establezcan controles de cribado en las consultas rutinarias de pediatría, tal y como recomienda la Academia Americana de Psiquiatría, y en los colegios, facilitaría la detección. "Mayor hincapié en la Atención Primaria podría hacerse sobre la existencia de factores de riesgo para TDAH como los antecedentes familiares, los niños muy prematuros o con bajo peso al nacer, consumo de tabaco y/o alcohol en el embarazo o graves TCE".

Estrategias globales La estrategia global no se ciñe exclusivamente a los ámbitos escolar y de salud. Son necesarias políticas públicas integrales en las que los sistemas educativos, médico, de protección social e incluso legistativo estén interrelacionados. "La situación de los derechos de las personas con TDAH dista mucho de ser buena, por lo que ya se están empezando a establecer marcos institucionales con incorporación de apoyos en legislación básica y protocolos de interrelación entre educación y sanidad, con distinto nivel de desarrollo, según las autonomías", dijo Fulgencio Madrid, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (Feaadah). Murcia, Navarra, Galicia y Castilla y León son algunas de las más avanzadas.

Para Marisa Mariana, presidenta de la Asociación Madrileña de Orientación y Educación, y miembro de Copoe, la actuación multimodal abre infinitas expectativas al niño. "Puede llegar hasta donde él quiera con acompañamiento y orientación adecuada. Pero para ello se precisa que la atención sea más individualizada en la escuela y, por tanto, que exista una mayor formación y más específica para orientadores y para el profesorado".