lunes, 22 de febrero de 2016

Oftalmología y pintura en la corte de Felipe IV - DiarioMedico.com

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CONFERENCIA EN EL HOSPITAL CLÍNICO SAN CARLOS

Oftalmología y pintura en la corte de Felipe IV

Tres profesionales analizan en el Clínico de Madrid el reflejo de la patología ocular en la pintura de Velázquez y los conocimientos médicos del siglo XVII.
Isabel Gallardo Ponce | igallardo@diariomedico.com   |  22/02/2016 00:00
 
 

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Enrique Santos, Carmen Fernández y Gustavo Leoz
Enrique Santos, Carmen Fernández y Gustavo Leoz, ponentes de La patología ocular en la corte de Felipe IV. (José Luis Pindado)
  • Enrique Santos, Carmen Fernández y Gustavo Leoz
  • 'Las Meninas'
  • 'Francisco de Lezcano'
Las oftalmías y sus complicaciones, inflamaciones infecciosas agudas de la conjuntiva, que incluían uveítis, escleritis y, fundamentalmente, el tracoma, son algunas de las patologías oculares de las que se tenía constancia en el siglo XVII durante el reinado de Felipe IV, según ha explicado Gustavo Leoz, oftalmólogo jubilado, durante la conferencia La patología ocular en la corte del rey Felipe IV, que ha impartido en el Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, junto a Enrique Santos, de la Unidad de Neurooftalmología del Clínico, y Carmen Fernández Jacob, de la Unidad de Córnea del Hospital La Paz.
En la literatura de la época se describía el pterigion, las apostemas o abscesos, muy graves en aquella época, las úlceras corneales, la fístula lagrimal -denominada egilops-. Destaca también el glaucoma, conocido como gota serena porque desconocían su etiología y tenía una instalación lenta hasta la ceguera. Leoz ha nombrado también el estrabismo y las patologías de flaqueza de la vista, que incluyen el ojo vago, la miopía y los defectos de refracción.
Charlatanes y bufones
Fue una época en la que no hubo grandes avances en la Medicina, aunque los escritos médicos comenzaron a dedicar capítulos aparte a la Oftalmología, la Pediatría y la Ginecología. "En general no hablaban de tratamientos, aunque sí describen la fístula lagrimal y el uso de instrumental que algunos utilizaron para cauterizar la herida y eliminar el absceso. Las terapias eran eminentemente prácticos en un tiempo en que la cirugía oftalmológica estaba en manos de charlatanes. "Hasta que se instauró un examen para la práctica de la Medicina".
Los bufones de la corte, sabandijas de palacio u hombres de placer, estaban para el divertimento de los reyes. "Podían ser personas con minusvalías físicas o psíquicas, patologías de todo tipo o personas bastante inteligentes. Mari Bárbola, un cuadro de enanismo clásico (ver cuadro de Las Meninas), llegó a tener criados y cuatro libras de nieve durante el verano", ha explicado Santos, quien ha investigado a estos personajes en la pintura con la ayuda del profesor Julián García Sánchez y la doctora María José Vinuesa Silva.
Mari Bárbola muestra en el cuadro de Velázquez ausencia de cejas, microftalmos del ojo derecho y una exoftalmia del izquierdo. El niño de Vallecas (en la imagen) muestra una ceja derecha alta hipercorregida, ptosis palpebral derecha con surco palpebral muy alto, mentón alto, tortícolis derecha, exoftalmia en el ojo izquierdo e hipotropia en el derecho. Santos se pregunta si el niño padecía también paresia III par y cretinismo.
Nicolasito Pertusato, al que la reina se refería como don Nicolás cuando consiguió que lo nombrara ayuda de cámara, dejó en herencia tres casas en Madrid y más de quince mil ducados. Pertusato era de talla baja.
Ostentaban poder y riquezas y gracias a que vivían en la corte tuvieron un estilo de vida por encima de la población, con una alimentación adecuada, calefacción y comodidades. Además de estrabismo, que se observa en el bufón Calabacillas, como uno de los personajes más emblemáticos, "muchos de los bufones llegaron a mayores y en las pinturas de Velázquez se observan patologías propias de la edad, como blefarocalasias, pérdida de pestañas, bolsas...".
El uso de espejos en oftalmología es tan frecuente que Carmen Fernández ha analizado su gran aplicación en la pintura de Velázquez. "En La venus del espejo el pintor oculta la cara de la mujer a la que se intuye en el espejo. Utiliza también este recurso en Las Meninas. Relacionado también con la oftalmología, en Las hilanderas, Velázquez pinta el polvo en la luz que entra por la ventana, algo que los físicos conocen como efecto Tyndall. Cuando un ojo se inflama vemos células flotando en el humor acuoso muy semejantes a ese polvo que flota".

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