lunes, 22 de febrero de 2016

Exantema y conjuntivitis, rasgos diferenciales en la fiebre de Zika - DiarioMedico.com

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RICET Y ESCUELA NACIONAL DE SANIDAD

Exantema y conjuntivitis, rasgos diferenciales en la fiebre de Zika

Los especialistas delimitan los síntomas que contribuyen en un diagnóstico diferencial de la virosis de Zika con respecto a dengue y chikungunya.
Sonia Moreno. Madrid   |  18/02/2016 15:42
 
 

Jornada sobre el virus de Zika
Pilar Aparicio Azcarraga, Carmen Amela Heras, Agustín Benito Llanes, Mª Paz Sánchez-Seco Fariñas, Fernando de la Calle Prieto y Ana Vázquez González, en la jornada sobre el virus de Zika. (Lenda)
La comunidad científica trabaja contrarreloj en el virus de Zika. Todavía no hay pruebas fehacientes sobre su relación causal con la microcefalia fetal y el síndrome de Guillain-Barré en los adultos. Además, hay dudas acerca de las posibles vías de transmisión, como la sexual y las transfusiones.
Las respuestas llegarán a medida que se cierren los estudios en marcha sobre cohortes de pacientes infectados, principalmente del último brote iniciado en Brasil, el llamado brote de las Américas, por el que la Organización Mundial de la Salud ha declarado una situación de emergencia internacional.
Un panel de expertos ha presentado los últimos datos que se manejan sobre este flavivirus y su infección en una jornada organizada por la Red de Investigación Colaborativa de Enfermedades Tropicales (Ricet) y la Escuela Nacional de Sanidad, del Instituto de Salud Carlos III de Madrid.
El director del Centro Nacional de Medicina Tropical, Agustín Benito Llanes, coordinador de la jornada que se ha celebrado este jueves, ha advertido sobre el peligro de caer en una "zikosis colectiva global", donde prime la alarma, y ha llamado a adoptar una actitud de alerta, pero calmada. Como se ha recordado en diferentes momentos de la jornada, en el 80 por ciento de las personas, la infección es asintomática y se resuelve sola.
Fernando de la Calle, de la Unidad de Medicina Tropical y del Viajero del Hospital La Paz (Madrid), ha resumido los aspectos clínicos que pueden ayudar a un diagnóstico diferencial de la fiebre de Zika con respecto a los otros dos virus que comparten zona endémica: dengue y chikungunya.
Revisando la hasta ahora escasa bibliografía sobre el virus de Zika y la aún más escasa experiencia en los centros españoles -a día 17 de febrero se han comunicado aquí 26 casos, de ellos dos gestantes, y todos importados tras viajes a Colombia y Venezuela-, De la Calle resume que la incubación del virus dura entre tres y doce días, y se resuelve en torno a una semana.
En población general, suele ser un cuadro leve, que se manifiesta con erupción cutánea máculopapular de varios días de duración. "La erupción es más eritrodérmica que las que se asocian a dengue o chikungunya; por otro lado, en estas últimas, la fiebre parece más acusada. En la enfermedad de Zika destaca también la aparición de artralgias leves (muñecas, tobillos, rodillas) que duran unos días y no permanecen de forma crónica, como sí ocurre en ocasiones con el chikungunya". Junto al exantema, la conjuntivitis, sin secreción purulenta, también parece un rasgo característico de la infección por virus de Zika. De forma anecdótica, se ha documentado ictericia en pacientes de brotes anteriores al actual.
Otros virus a tener en cuenta en el diagnóstico diferencial son el del río Ross, West Nile y el de la encefalitis japonesa, al margen de los más comunes en nuestro entorno como el parvovirus B16, Epstein-Barr, sarampión y rubéola.
De la Calle ha aludido a algunas cifras obtenidas de un grupo de 35 embarazadas y sus neonatos, entre los primeros casos estudiados en el brote de Brasil. Ese primer trabajo, muy limitado, sugería la relación con la microcefalia fetal. Un dato curioso es que la mayoría de las mujeres refirieron los síntomas de la infección durante el primer trimestre.
También ha traído a colación al reciente trabajo publicado en The New England Journal of Medicine, donde la autopsia del feto de una mujer infectada mostraba la presencia del virus en el tejido cerebral y alteraciones neurológicas diferentes de la microcefalia.
Por desgracia, no hay tratamientos ni vacunas, y por las alusiones hechas en la jornada, tampoco hay perspectivas de ello a corto plazo. De la Calle ha recordado la importancia de no administrar AINE hasta descartar específicamente el dengue. Por otro lado, los pocos pacientes en coinfección estudiados (virus de dengue y de Zika) no parecen incrementar su gravedad.
Durante la jornada, se ha repasado la historia de la enfermedad, de la mano de la Elena Rodríguez, del Centro Nacional de Epidemiología. Rodríguez ha revisado los dos anteriores brotes del virus de Zika, desde que se aislara en la selva ugandesa en 1947. El primero, en la isla de Yap, en el Pacífico occidental, en 2007, y el segundo, más amplio, en la Polinesia francesa, donde se advirtió por primera vez de la posible asociación del virus con trastornos neurológicos. También aquí se estableció como posible vía de transmisión las transfusiones sanguíneas.
Desde octubre de 2105, se cuentan entre 500.000 y 1.500.000 casos sospechosos de fiebre de Zika en Brasil, alrededor de 20.000 en Colombia, y unos 3.800 en El Salvador. El brote se ha extendido a una treintena de países, en América del Sur, Centroamérica y México.
Entre los afectados brasileños, se están investigando 3.853 casos de neonatos con microcefalia, de los que 462 presentaban signos clínicos y en 41 (el 9 por ciento) se ha confirmado la infección por el virus de Zika.
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