martes, 19 de enero de 2016

Vivir en edificios altos se asocia con menores tasas de supervivencia tras IAM - DiarioMedico.com

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EL ESTUDIO RECOMIENDA MEJORAR LOS ACCESOS A LOS DEA

Vivir en edificios altos se asocia con menores tasas de supervivencia tras IAM

Un estudio que se publica en Canadian Medical Association Journal ha mostrado que las tasas de sobrevivir a un infarto (IAM) son menores en la parte superior de los edificios de grandes dimensiones.
Redacción. Madrid   |  19/01/2016 12:15
 
 

Tasas de supervivencia en edificios altos
Las tasas de supervivencia de un infarto disminuyen de vivir en la parte superior de un edificio. (DM)
El número de personas que viven en edificios de gran altura está creciendo, con la comodidad y las vistas panorámicas del centro de la ciudad, pero tiene un riesgo: según un estudio enCanadian Medical Association Journal, las tasas de supervivencia de un IAM disminuyen en función de la altura del edificio.
"Los paros cardiacos que ocurren en edificios de gran altura plantean unas barreras singulares para los servicios de emergencia. Los problemas de acceso al edificio, los retrasos del ascensor y la gran distancia que hay entre el vehículo de emergencia y el paciente pueden contribuir a tiempos más largos de auxilio, hasta que se inician las maniobras resucitación", ha dicho Ian Drennan, autor principal del estudio y paramédico de los Servicios Paramédicos en la región de York, en Ontario.
El estudio utilizó los datos de 8.216 adultos (entre enero de 2007 y diciembre de 2012) que sufrieron un IAM fuera del hospital y fueron tratados por los servicios de urgencia de Toronto y los de la región Peel, en Ontario, Canadá. Los investigadores observaron que un 3,8 por ciento de los adultos sobrevivieron hasta que pudieron ser dados de alta en el hospital. La supervivencia fue del 4,2 por ciento para las personas que viven por debajo de la tercera planta y del 2,6 por ciento para las que viven en o por encima de la tercera planta.
Según Drennan, al revisar el piso exacto en el que vivían los pacientes, observaron una disminución de las tasas de supervivencia según escalaban los pisos. La supervivencia por encima del piso 16 fue del 0,9 por ciento (de 216 casos, sólo sobrevivieron dos). De los 30 paros cardiacos que hubo por encima del piso 25, ninguno de ellos sobrevivió al alta hospitalaria.
"Los pacientes que sobrevivieron eran los más jóvenes. En esos casos, el IAM fue presenciado, a menudo, por testigos, los cuales eran capaces de realizar la reanimación cardiopulmonar. Además, disponían de menos tiempo que los servicios de urgencia", ha dicho Drennan, observando que la tasa de uso de los desfibriladores por transeúntes fue muy baja en el estudio.
Mientras el estudio trataba de comparar la tasa de supervivencia de paros cardiacos que sucedieron en los pisos superiores frente a los inferiores, también destacó los tiempos de respuesta de los servicios de urgencia. Según Drennan, esta medida no tiene en cuenta el tiempo necesario para los servicios de urgencia (desde la llegada al auxilio hasta la reanimación).
"Tras el colapso de un paro cardiaco repentino, una RCP precoz y una descarga con un desfibrilador externo automatizado de acceso público puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Una RCP realizada de forma eficaz por un testigo inmediatamente después de un paro cardiaco duplica las posibilidades de supervivencia de una persona, pero solo el 30 por ciento de las víctimas de paro cardiaco reciben una RCP de un testigo. Con un ritmo cardiaco alto agravándose, en ausencia de RCP y un desfibrilador, los paros cardiacos que se produjeron en las plantas superiores pueden tener una menor probabilidad de supervivencia debido a la demora de auxilio. Este periodo temprano es esencial para las intervenciones de un testigo familiar, amigo u otra persona dispuesta a socorrer a la persona". Además, según Drennan, otra posible explicación para la menor supervivencia en los pisos más altos es que simplemente se necesita más tiempo para lograr sacar a los pacientes fuera del edificio.
Durante el estudio, hubo un aumento del 20 por ciento de la tasa de paros cardiacos sufridos en residencias privadas durante los años de investigación. Entre 2006 y 2011, el número de personas que viven en edificios grandes creció un 13 por ciento en Toronto. Muchas de esas personas son ancianas, con mayores tasas de problemas médicos graves y de mayor riesgo de paro cardiaco.

Consejos del estudio

El estudio hizo varias recomendaciones entre las que destaca la mejora de la accesibilidad a los DEA, colocándolos en pisos específicos, en vestíbulos de edificios o dar a los servicios de urgencia una llave universal de los ascensores interiores o buscar la manera de alertar a la seguridad del edificio de que los servicios de urgencia están en camino y puedan facilitar el acceso al edificio.

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