martes, 26 de enero de 2016

Tener supermercados cerca podría ayudar a los niños a perder algo de peso, según un estudio: MedlinePlus en español

Tener supermercados cerca podría ayudar a los niños a perder algo de peso, según un estudio: MedlinePlus en español

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Tener supermercados cerca podría ayudar a los niños a perder algo de peso, según un estudio

El entrenamiento en la selección de alimentos saludables también es positivo, afirman unos expertos
     
Traducido del inglés: viernes, 22 de enero, 2016
Imagen de noticias HealthDay
JUEVES, 21 de enero de 2016 (HealthDay News) -- Quizá vivir cerca de un supermercado grande pueda ayudar a los niños obesos a bajar de peso, sugiere una investigación reciente.
"Los niños inscritos en un programa de intervención para la obesidad que vivían cerca de un supermercado redujeron su índice de masa corporal (IMC) y aumentaron su consumo de frutas y verduras", señaló la Dra. Lauren Fiechtner, autora líder del estudio y directora de nutrición del Hospital Pediátrico MassGeneral, en Boston.
Pero la proximidad de un supermercado, por sí sola, quizá no haya inclinado la balanza. Los niños cuyos hábitos cambiaron en mayor medida también estaban inscritos en un programa para perder peso y recibieron consejos sobre cómo elegir mejor los alimentos, apuntó Fiechtner.
La obesidad es un problema importante de salud púbica en Estados Unidos. El porcentaje de niños obesos de 6 a 11 niños de edad se multiplicó por más de dos, llegando a casi un 18 por ciento entre 1980 y 2012, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Las evidencias anteriores sugieren que el acceso a detallistas que vendan alimentos saludables podría ayudar a mejorar el peso.
Para el estudio, publicado en línea el 21 de enero en la revista American Journal of Public Health, los investigadores siguieron a casi 500 niños de 6 a 12 años de edad que estaban participando en un ensayo sobre la obesidad en Massachusetts entre 2011 y 2013. Todos tenían un IMC en o por encima del percentil 95. El IMC es una medida de la grasa corporal basada en la estatura y el peso.
Algunos niños recibieron la atención usual, mientras que otros recibieron intervenciones dirigidas para perder peso, con componentes como entrenadores de salud, boletines que informaban a los padres sobre cómo fomentar el consumo de frutas y verduras, y recetas atractivas para los niños.
La cercanía a un supermercado pareció vincularse con un mayor consumo de frutas y verduras y la pérdida de peso, pero no tuvo ningún efecto sobre la ingesta de bebidas azucaradas, encontró el estudio. Las bebidas azucaradas se han relacionado con el aumento de peso.
Con cada reducción de 1 milla (1.6 KM) en la distancia a un supermercado, los que estaban en el grupo de pérdida de peso aumentaron su consumo de frutas y verduras en 0.29 porciones cada día, y redujeron su IMC en una pequeña medida (un promedio de 0.04 unidades), en comparación con el grupo de atención usual. Por ejemplo, un cambio en el IMC de 0.05 unidades en una niña de 9 años en el percentil 95 del IMC equivale a 1.1 libras (0.5 kilos), según el estudio.
Pero cuando los investigadores incluyeron factores como los ingresos familiares y los niveles educativos, el efecto positivo de tener un supermercado cercano se debilitó.
Las investigaciones anteriores sobre el acceso a las tiendas de comida han producido hallazgos contradictorios. En un estudio, Brian Elbel, de la Universidad de Nueva York, encontró que las dietas de los niños no cambiaban mucho después de que se abriera un supermercado de servicio completo en su vecindario de bajos ingresos.
"Observamos la influencia de los supermercados en general", dijo Elbel, profesor asociado de salud de la población y políticas de salud. "Esos autores observaron la influencia específicamente en los inscritos en un programa para la obesidad. Creo que este trabajo nos muestra que, bajo ciertas circunstancias, incluyendo a aquellos que están motivados para perder peso, el acceso a un supermercado podría ser un factor contribuyente importante".
Los hallazgos se deben interpretar con cuidado, dijo Jennifer Temple, profesora asociada del departamento de salud comunitaria y conducta de la salud de la Universidad Estatal de Nueva York, en Buffalo, que no participó en el estudio.
Los investigadores encontraron un vínculo, dijo, pero "es imposible determinar si la proximidad a un supermercado provocó la diferencia en el cambio del IMC o en el consumo de frutas y verduras".
Las mejoras en el consumo de frutas y verduras y en el IMC podrían deberse a otros factores, como los ingresos familiares, planteó.
Las investigaciones futuras "deben enfocarse en intervenciones para perder peso que estén diseñadas para familias que tengan un acceso limitado a los supermercados, para ayudarles a elegir alimentos más saludables en las tiendas y restaurantes que estén fácilmente disponibles para ellos", comentó Temple.
Esas opciones más saludables podrían incluir comprar verduras enlatadas y congeladas, y/o usar los mercados de productores locales, cuando los haya, añadió.
Fiechtner sugirió comprar productos de más duración. "Las manzanas a veces duran una o dos semanas", apuntó. Las naranjas duran más que las uvas y los plátanos, anotó. La fruta congelada sin azúcar añadido es otra opción, dijo.

Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Lauren Fiechtner, M.D., M.P.H., director, nutrition, MassGeneral Hospital for Children, Boston; Jennifer Temple, Ph.D., associate professor of exercise and nutrition sciences and community health and health behavior, State University of New York at Buffalo; Brian Elbel, Ph.D., M.P.H., associate professor, population health and health policy, New York University School of Medicine; Jan. 21, 2016, American Journal of Public Health
HealthDay
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