jueves, 21 de enero de 2016

La pentamidina, posible terapia para la distrofia miotónica - DiarioMedico.com

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PROBADA EN MODELO ANIMAL

La pentamidina, posible terapia para la distrofia miotónica

El fármaco pentamidina podría reducir la arritmia y otras manifestaciones de la distrofia miotónica.
Enrique Mezquita. Valencia   |  21/01/2016 11:52
 
 

Grupo de investigación de Rubén Artero
Beatriz Llamusí, Estela Selma, Mouli Chakraborty y Rubén Artero. (Enrique Mezquita)
La distrofia miotónica (DM) es una enfermedad rara hereditaria, derivada de una alteración genética, que afecta los músculos y que suele manifestarse en la edad adulta, entre los 15 y los 35 años. Afecta a una de cada 10.000 personas y se caracteriza por la dificultad para la relajación muscular, la atrofia muscular y manifestaciones sistémicas cardiacas, respiratorias, gastrointestinales, endocrinas, del sistema nervioso y otras como las cataratas. Investigadores del Grupo de Genómica Traslacional del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico de Valencia (Incliva) y de la Universidad de Valencia (UV) han desarrollado un estudio para conocer la causa molecular de las alteraciones cardiacas en la DM.
El trabajo, publicado en Disease Models and Mechanismsanaliza la disfunción cardiaca de la enfermedad en un modelo animal, la mosca del vinagre, y propone la pentamidina como un compuesto que reduce la arritmia y otros efectos de la patología.
A pesar del papel central del sistema cardíaco en esta enfermedad, muy pocos estudios se han centrado en esclarecer la causa molecular de la disfunción cardíaca en distrofia miotónica y en analizar el efecto de compuestos con potencial terapéutico. En general, dichos problemas cardiacos, que normalmente preceden a los musculares en la distrofia, ocurren en el 80 por ciento de los individuos con DM1 (la más grave) y representan la segunda causa de muerte, después del fallo respiratorio.
El trabajo se ha centrado en el estudio de los parámetros cardíacos alterados en la distrofia, como la contractilidad, la ritmicidad y la función sistólica y diastólica. En la investigación, las moscas Drosophila melanogaster se alimentaron con pentamidina -un compuesto con actividad descrita anti-distrofia muscular-, administrada disuelta en su medio nutritivo.
Según Rubén Artero, profesor titular de Genética de la UV, "la estructura tubular simple y la fisiología del corazón de Drosophila, junto con su caracterización genética fácilmente abordable, proporcionan un idóneo sistema in vivo para el estudio de las disfunciones cardiacas.
El modelo animal mostró una reducción de la arritmia y una mejora en la contractilidad. "Los vídeos M-mode proporcionaron detalles de las posiciones de las paredes del corazón en el tiempo, ilustrando la ritmicidad y la dinámica de las contracciones. El corazón de las moscas control muestra contracciones regulares, mientras que fueron claramente arrítmicas en corazones de moscas que expresaban la mutación humana responsable de DM tipo 1 (250 repeticiones CTG)", ha apuntado Beatriz Llamusí, investigadora del Incliva.
Las moscas que expresan expansiones CTG presentan aproximadamente un 50 por ciento de incremento en el Indice de Arritmicidad (IA) comparado con las mocas control y las que expresan pocas repeticiones CTG. En resumen, la administración oral de pentamidina en las moscas "acerca los valores de arritmicidad de las moscas modelo a la normalidad". No obstante, la función diastólica y sistólica permaneció alterada, lo que sugiere que el efecto de esta sustancia es limitado.
Potencial
Para Artero, los resultados del estudio con pentamidina muestran que "es capaz de modular hacia parámetros normales algunos aspectos cardiacos que se encuentran alterados en este modelo animal de DM", lo cual prueba in vivo el potencial anti-DM que ya se sospechaba que tenía por estudios en cultivo celular "y justificaría estudios adicionales en modelos mamíferos".
No obstante, "algunos parámetros no cambian, lo que podría indicar que estas alteraciones tienen distintas causas y unas responden a pentamidina mientras que otras no". Asimismo, según Llamusí, "se ha demostrado el potencial que tiene el modelo en Drosophila para abordar el estudio de enfermedades genéticas que afectan al corazón y el análisis de fármacos in vivo de una manera rápida y efectiva, ya que los modelos murinos son muy costosos y lentos".
Además de la validación in vivo de fármacos adicionales, el conocimiento adquirido "está posibilitando establecer colaboraciones con grupos que trabajan en diferentes patologías genéticas cardiacas y estamos considerando la aplicación de esta tecnología para la evaluación de la toxicidad cardiaca de fármacos en fases preclínicas".
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