La investigación y seguimiento de supervivientes, el próximo paso

El esfuerzo en Ébola debe determinar ahora la carga viral en pacientes curados y evitar nuevas infecciones y efectos secundarios.

Isabel Gallardo-Ponce. Madrid | | 18/01/2016 00:00

El Ébola descubierto por científicos belgas en 1976 ha desarrollado 25 brotes. El peor, el que ha estado a punto de terminar. Más allá del virus, sólo la mortalidad superpuesta por malaria ha sido mayor a la del Ébola, por no hablar de la maternoinfantil, de las patologías crónicas y de la devastación de los sistemas de salud en Sierra Leona, Guinea y Liberia. La epidemia de Ébola ha permitido mejorar en el África Occidental los protocolos de rehidratación y los programas de aislamiento y de control de la infección, y que la población haya aprendido a protegerse, según los expertos consultados por DM. "Hay que mejorar en programas a largo plazo para que no se olvide lo aprendido. Además, hay que recuperar los programas de salud basales. Por ejemplo, en Sierra Leona los índices de vacunación han descendido a niveles de la guerra civil. El riesgo potencial de otras enfermedades es brutal en los tres países", ha dicho José Félix Hoyo, de Médicos del Mundo.

Así, además de paliar los daños colaterales, y mejorar las condiciones de vida y de saneamiento, no bajar la guardia implica continuar investigando sobre la enfermedad y realizar el seguimiento de los supervivientes. Las últimas investigaciones apuntan a que en el semen, el humor vítreo, el líquido cefalorraquídeo y el articular puede mantenerse el virus viable hasta nueve meses. Pero esto no ocurre en todos los supervivientes, como tampoco es universal la aparición de secuelas (dolor de cabeza, problemas de visión, neurológicos...).

Según José Ramón Arribas, coordinador de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel del Hospital La Paz-Carlos III, "hay sospechas de que la recaída en Liberia fue por una transmisión sexual, lo que ha provocado que la OMS recomiende el uso de preservativos y testar el semen hasta que sea dos veces negativo". Para estudiar el estado de salud de los supervivientes, el NIH ha comenzado una cohorte de seguimiento en Liberia. Luis Encinas, experto en Ébola de MSF, ha añadido que deben estudiarse "pruebas rápidas de detección del Ébola, poner en marcha sistemas de investigación epidemiológica, contar con materiales, equipos formados y mecanismos de seguimiento adecuados".

VIH y Ébola
Hoyo, Encinas y Arribas han equiparado el VIH y el Ébola, ya que ambas han aparecido como patologías desconocidas, con una mortalidad elevada, un comportamiento anárquico en el organismo, estigmatizantes, y que han generado el pánico generalizado en la población. En términos fisiopatológicos, ambas patologías difieren, pero sí han provocado cambios en los comportamientos sociales, como es el caso de los funerarios, en el Ébola, y sexuales en el VIH. Además, Encinas ha propuesto investigar el impacto del Ébola sobre los pacientes en tratamiento antirretroviral.