La gota es un factor de riesgo para desarrollar enfermedad coronaria

El infarto de miocardio, una de las patologías con posibilidades de padecer.

Enrique Mezquita | dmredaccion@diariomedico.com | 25/01/2016 00:00

Hasta no hace mucho se tenía a la gota por una patología sin otras consecuencias que los ataques repetidos de artritis, generalmente muy dolorosos, excepto en aquellos que padecían una enfermedad avanzada. Sin embargo, estudios epidemiológicos señalan que los pacientes con gota tienen una mayor probabilidad de sufrir arterioesclerosis y sus consecuencias, especialmente enfermedad coronaria e infartos de miocardio. Un estudio realizado en dos hospitales universitarios alicantinos - el de Alicante y el de Elda- ha confirmado en pacientes que la gota es un factor de riesgo para sufrir enfermedad coronaria. El trabajo, dirigido por Mariano Andrés y María Amparo Quintanilla, ha sido publicado en la revista Arthritis and Rheumatology.

Los pacientes con gota tienen una mayor probabilidad de sufrir arterioesclerosis y sus complicaciones, especialmente patología coronaria e infartos de miorcardio

Ajustado a la realidad
Según Eliseo Pascual, profesor emérito de Medicina, especializado en Reumatología, de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y participante en el estudio, "en pacientes con episodios coronarios agudos, la hiperuricemia y la gota, en ausencia de ataques previos que hubieran permitido el diagnóstico, son más frecuentes de lo esperable. Además, en los que se identifican cristales de ácido úrico "tienen una enfermedad coronaria más severa, como muestran las calcificaciones coronarias y el mayor número de nuevos episodios durante el seguimiento". Para Pascual, el estudio con pacientes "confirma los datos previos de origen epidemiológico y es especialmente aplicable en nuestro medio".

Se analizó a 140 pacientes con un episodio coronario agudo, pero no gota. Tras angiografía coronaria, se comprobó que más del 50 por ciento tenían niveles elevados de ácido úrico (>7 mg/dl), un dato muy superior al de la población general (13 por ciento). En estos pacientes, se buscaron cristales de urato característicos de la gota, lo que se objetivó en 13 de ellos. En este grupo se pudo comprobar en una coronariografía realizada con fines terapéuticos la existencia de calcificaciones coronarias, indicativas de enfermedad más grave.

Tratar desde el diagnóstico

La relación entre gota y riesgo cardiovascular requiere tratamiento para disminuir o eliminar su aparición. No obstante, se necesita más información para cuantificar el aumento de riesgo de infartos atribuibles a la gota, aunque los datos muestran que no parece menor. Actualmente, se analiza el riesgo cardiovascular de los gotosos en el diagnóstico. Los datos provisionales sugieren que está claramente aumentado