miércoles, 2 de diciembre de 2015

La investigación en obesidad precisa un mayor impulso del exposoma - DiarioMedico.com

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SIMPOSIO INTERNACIONAL

La investigación en obesidad precisa un mayor impulso del exposoma

Los últimos avances en el complejo mundo de la obesidad, en el que la genética interactúa con un ambiente obesogénico, se han expuesto en unas jornadas organizadas por la Fundación Ramón Areces.
María Sánchez-Monge. Madrid   |  02/12/2015 15:32
 
 

Detrás: José A. Gutiérrez Fuentes, Ruth Loos y José María Ordovás. En primer término, Antonio Vidal-Puig
Detrás: José A. Gutiérrez Fuentes, Ruth Loos y José María Ordovás. En primer término, Antonio Vidal-Puig. (José Luis Pindado)
La tecnología ha propiciado grandes progresos en el conocimiento de las bases genéticas de la obesidad. Ahora se precisan "avances tecnológicos que permitan conocer el exposoma", según ha recalcado José María Ordovás, del director del Laboratorio de Nutrición y Genética de la Universidad de Tufts (Boston) en el simposio internacional Lo último en obesidad, organizado en Madrid por la Fundación Ramón Areces.
El catedrático de nutrición ha explicado en qué se traduce esa carencia: "aún queda mucho por hacer en la medición del medio ambiente; no sabemos lo que hace la gente, lo que come...".
La encargada de relatar en qué punto se encuentra la genética de la obesidad ha sido Ruth Loos, directora del programa de metabolismo y genética de la obesidad del Instituto de Medicina Personalizada Charles R. Bronfman, de Nueva York. "Entre el 40 y el 70 por ciento de la obesidad tiene un componente genético", ha señalado. Desde 2005, gracias a las nuevas tecnologías de secuenciación del genoma completo, "se han acelerado los hallazgos. Hasta la fecha se han descrito 200 variantes genéticas asociadas a la obesidad".
Una buena proporción de esas variantes actúan en el cerebro y están asociadas a factores como la sensación de hambre o la cantidad de comida que se ingiere. "La obesidad está, al menos en parte, influida por la fisiología cerebral", Por lo tanto, se puede afirmar que "la obesidad está en el cerebro".
La experta ha aclarado que los genes se estudian "para comprender la biología de la obesidad, puesto que no podemos cambiarlos". De lo que se trata es de "identificar mejores vías terapéuticas". Por otro lado, ha indicado que las variantes identificadas tampoco se pueden usar, de momento, para predecir quién será obeso y quién no. De hecho, en estos momentos los estudios genéticos sólo permiten predecir "entre el 5 y el 20 por ciento de la obesidad".
Ordovás ha comentado que los estudios epigenéticos también pueden aportar datos relevantes, pero "todavía se están dando los primeros pasos; es un área menos avanzada que la genética".
Loos ha destacado el gen asociado a la obesidad FTO, en cuya función resulta crucial la epigenética, a través de diversos factores ambientales "Existen elementos reguladores alrededor de esa área del genoma, pero no sabemos los detalles".
Complicaciones cardiometabólicas
Para Antonio Vidal-Puig, de los laboratorios de investigación del metabolismo de la Universidad de Cambridge, "la obesidad es un problema extremadamente complejo. La genética es importante, pero son efectos pequeños y en muchos genes". Por eso, cree que es preferible centrarse en sus complicaciones, fundamentalmente cardiometabólicas. "Si no podemos evitar la obesidad, al menos tenemos que procurar que la gente obesa viva mejor".
La investigación en este terreno ha desvelado que "el problema no es la grasa que tiene un individuo, sino lo que hace en el organismo". En otras palabras: "No se trata tanto de la cantidad de grasa, sino de hacia dónde se dirige". El síndrome metabólico surge cuando se acumula en el hígado, músculo, cerebro...
El equipo de Vidal-Puig concentra sus esfuerzos en tres estrategias: "que el tejido adiposo funcione bien -el de los obesos con diabetes presenta más inflamación-; quemar la grasa haciendo ejercicio o a través del tejido adiposo marrón; y tener en cuenta que no todas las grasas son iguales, ya que algunas son más tóxicas". Respecto a este último punto ha comentado que la idea es desarrollar "aproximaciones nutricionales basadas en que, aunque se consuma grasa, al menos no sea tan tóxica y no se acumule donde no debe".
La coordinación científica del encuentro ha corrido a cargo de Manuel Serrano-Ríos, académico de la Real Academia Nacional de Medicina, José María Ordovás y José A. Gutiérrez-Fuentes, presidente del Instituto Drece de estudios biomédicos.

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