sábado, 14 de noviembre de 2015

Vinculan el uso de probióticos en los recién nacidos con un riesgo más bajo de diabetes tipo 1: MedlinePlus en español

Vinculan el uso de probióticos en los recién nacidos con un riesgo más bajo de diabetes tipo 1: MedlinePlus en español

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Vinculan el uso de probióticos en los recién nacidos con un riesgo más bajo de diabetes tipo 1

Pero la asociación solo se encontró entre los que tenían el riesgo genético más alto de la enfermedad
     
Traducido del inglés: jueves, 12 de noviembre, 2015
Imagen de noticias HealthDay
MIÉRCOLES, 11 de noviembre de 2015 (HealthDay News) -- Añadir probióticos (bacterias buenas) a la dieta de un bebé en el primer mes de vida podría reducir el riesgo de diabetes tipo 1 de los que están genéticamente predispuestos a contraer la enfermedad, sugiere una investigación reciente.
Complementar con probióticos a una edad más tardía en la infancia no ofreció el mismo beneficio, anotaron los investigadores.
"La exposición temprana a los probióticos en los primeros 27 días se asocia con un riesgo más bajo de diabetes tipo 1 entre los que tienen el riesgo genético más alto de diabetes tipo 1", dijo la investigadora líder, Ulla Uusitalo, profesora asociada del departamento de epidemiología pediátrica de la Universidad del Sur de Florida, en Tampa.
Sin embargo, Uusitalo anotó que debido al diseño del estudio, los investigadores "no pueden sacar una conclusión sobre la causalidad". Pero enfatizó que la asociación fue tan firme que los hallazgos ameritan más estudio.
El estudio aparece en la edición del 9 de noviembre de la revista JAMA Pediatrics.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune. Se presenta cuando el sistema inmunitario del cuerpo destruye por error a las células que producen insulina en el páncreas, según la JDRF (que antes se conocía como la Juvenile Diabetes Research Foundation). Eso deja a las personas sin suficiente insulina para satisfacer las necesidades del cuerpo. La insulina es una hormona que ayuda a usar el azúcar de los alimentos como combustible.
No está claro qué provoca la diabetes tipo 1. Hay varios genes sospechosos, pero los expertos creen que un desencadenante ambiental también podría tener algo que ver. Un desencadenante posible es un desequilibrio en las bacterias intestinales (el microbioma) que podría ayudar a provocar un ataque autoinmune, dijeron los investigadores.
Para explorar más esta idea, los investigadores observaron un estudio prospectivo en curso en seis centros médicos, tres en Estados Unidos y tres en Europa. La muestra final del estudio incluyó a casi 7,500 niños de 4 a 10 años de edad.
Se tomaron muestras sanguíneas cada tres meses entre los 3 y los 48 meses de edad para detectar señales de diabetes tipo 1. Después de entonces, se tomaron muestras cada seis meses.
Los padres completaron cuestionarios y diarios sobre la alimentación para detallar la dieta de los bebés y el uso de complementos probióticos entre el nacimiento y los tres meses de edad. Las madres también proveyeron información sobre sus dietas durante el embarazo.
Los probióticos son bacterias vivas que se cree que ayudan a mantener un sistema digestivo saludable. En Europa, el uso de probióticos es más común que en Estados Unidos, indica el estudio. Los bebés recibieron probióticos con la fórmula infantil o mediante el uso de un complemento dietario líquido, explicó Uusitalo.
"En general, los probióticos se consideran seguros", dijo Uusitalo. "No hay informes de ningún resultado adverso con los probióticos en niños sanos".
Los investigadores encontraron que el uso de probióticos en los primeros 27 días se asocia con una reducción del 60 por ciento en las probabilidades de diabetes tipo 1 en los niños con el riesgo más alto de contraer la enfermedad. Esos niños portan el genotipo llamado DR3/4, según el estudio.
Los niños sin esa genética no se beneficiaron de los probióticos en los primeros días. Y nadie pareció beneficiarse de un uso posterior de probióticos, apuntaron los investigadores.
George Weinstock, del Laboratorio Jackson de Medicina Genómica en Farmington, Connecticut, dijo que "fue sorprendente que el beneficio solo se observara cuando los probióticos se administraron en los primeros 27 días de vida". Weinstock es el autor de un editorial que acompañó al estudio en la revista.
"Quizá esto sea un tratamiento seguro y asequible para los bebés en riesgo de diabetes tipo 1. Requiere confirmación y más estudios, pero en este momento es alentador", dijo.
Weinstock sugirió que si se ofrecen suficientemente temprano, los probióticos podrían ayudar a conformar un microbioma saludable.
"Es posible imaginar que hay una oportunidad a principios de la vida en que los microbios externos entran al cuerpo y colonizan, y durante ese periodo quizá sea posible intervenir o dirigir la conformación del microbioma mediante probióticos", planteó.
"También es posible que los efectos autoinmunes comiencen en esta etapa temprana, y que sea un periodo crítico en el cual interferir en contra de la activación nociva de la respuesta inmunitaria", comentó Weinstock.
¿Deben entonces los padres con antecedentes familiares de diabetes tipo 1 comenzar a dar probióticos a sus bebés?
"La investigación es demasiado temprana como para ofrecer alguna recomendación", dijo Uusitalo. Pero añadió que si uno sabe que su hijo tiene un riesgo más alto, puede preguntarle a su médico sobre los complementos con probióticos a principios de la vida del bebé.

Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Ulla Uusitalo, Ph.D., associate professor, Health Informatics Institute, University of South Florida, Tampa; George Weinstock, Ph.D., Jackson Laboratory for Genomic Medicine, Farmington, Conn.; Nov. 9, 2015, JAMA Pediatrics
HealthDay
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