Los IBP elevan el riesgo de mortalidad en pacientes ingresados

La prescripción de inhibidores de bomba de protones en la hospitalización no debería hacerse de forma rutinaria por el riesgo que conlleva.

Redacción | 10/11/2015 16:08

En los hospitales estadounidenses, la mitad de los pacientes reciben una prescripción de fármacos antiácidos para evitar el sangrado u otro daño en el estómago.

Esta práctica bien intencionada en realidad podría resultar más lesiva que beneficiosa, pues según desvela un nuevo estudio científico, los inhibidores de la bomba de protones (IBP) podrían aumentar la mortalidad entre los enfermos ingresados al favorecer las infecciones.

El trabajo se publica hoy en Journal of General Internal Medicine y se ha realizado utilizando un sistema de simulación por ordenador. El resultado del análisis sugiere que el 90 por ciento de los pacientes ingresados a los que se prescribe por primera vez el tratamiento antiácido en el hospital tienen más riesgo de fallecer si los toman, comparados con los que no reciben la prescripción.

Y en un 80 por ciento de los pacientes que ya están tomando estos fármacos cuando llegan al hospital, mantenerlos también puede generar un pequeño aumento en el riesgo.

Al reducirse el ácido del estómago con los inhibidores de la bomba de protones, se favorece la aparición de infecciones, como la neumonía o la causada por Clostridium difficile.

Matthew Pappas, de la Universidad de Michigan (Ann Arbor) y autor principal del trabajo, puntualiza que "otros estudios han mostrado que estos fármacos antiácido elevan el riesgo de neumonía y de infección por C. difficile. Nuestro modelo nos dice que estamos exponiendo a muchos pacientes a un mayor riesgo de muerte del que tendrían de otra forma, y si bien no es un gran efecto, es un efecto consistente".

Como resultado de este hallazgo, muy pocos pacientes hospitalarios deberían iniciar el tratamiento con inhibidores de la bomba de protones como prevención del sangrado gástrico.

En Estados Unidos se está orquestando un esfuerzo a nivel nacional para reducir las prescripciones de estos medicamentos entre los pacientes ingresados.

En España, los especialistas llevan denunciado la prescripción inadecuada de inhibidores de la bomba de protones desde la década 1990. Más recientemente, la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) dentro de la iniciativa Compromiso por la Calidad de las Sociedades Científicas emitió, entre sus propuestas de tratamientos evitables, la recomendación de "no prescribir inhibidores de la bomba de protones como gastroprotección en pacientes sin factores de riesgo gastrointestinales".

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