sábado, 21 de noviembre de 2015

La esclerosis múltiple (EM) precisa estratificar riesgos y monitorizar efectos adversos para fármacos - DiarioMedico.com

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REUNIÓN ANUAL DE NEUROLOGÍA

La esclerosis múltiple (EM) precisa estratificar riesgos y monitorizar efectos adversos para fármacos

Es necesario establecer programas de estratificación de riesgo y monitorización de efectos adversos para fármacos en esclerosis múltiple, según Javier Carod, del Raigmore Hospital de Inverness, de Suiza, que ha participado en el Congreso Anual de la Sociedad Española de Neurología, en Valencia.
Enrique Mezquita | Valencia   |  19/11/2015 14:34
 
 

Javier Carod
Javier Carod, consultor del Departamento de Neurología del Raigmore Hospital, en Inverness (Escocia). (Enrique Mezquita)
En la actualidad se dispone de fármacos efectivos para prevenir los brotes en la esclerosis múltiple (EM) recurrente remitente, pero el panorama en EM secundaria progresiva y las formas primarias progresivas es todavía limitado. Según su mecanismo de acción, los fármacos que se emplean para prevenir brotes en EM se pueden clasificar en inmunomuduladores (tratamientos de primera línea) e inmunosupresores, restringidos a las formas más agresivas o con elevada tasa de actividad de la enfermedad.
Desde el punto de vista terapéutico, la estrategia clásica consiste en iniciar con uninmunomodulador de primera línea para prevenir brotes e ir escalando hacia tratamientos más agresivos, inmunosupresores, cuando la enfermedad es más activa. En general, los inmunosupresores se asocian con un riesgo mayor de efectos adversos, riesgo aumentado de infecciones, incluyendo leucopatía multifocal progresiva (LMP) y neoplasias. De ahí, según ha expuesto a DM Javier Carod, consultor del Departamento de Neurología del Raigmore Hospital, en Inverness (Escocia), "la necesidad de establecer programas de estratificación de riesgo y de monitorización de efectos adversos a largo plazo para estos fármacos".
En opinión de Carod, ponente del simposio Tratamiento precoz que impacta a largo plazo, organizado por Merck, "ello exige cambios, con un abordaje multidisciplinar que garantice la correcta y precoz detección de cualquier efecto adverso cuando se inicie un tratamiento inmunosupresor o inmunomudulador en un paciente con EM recurrente remitente". A medio y largo plazo, es necesario potenciar la investigación en nuevos fármacos en EM primaria y en EM secundaria progresiva. Asimismo, se necesitan tratamientos más eficaces para prevenir la prevención de la discapacidad y la atrofia cerebral a largo plazo.
"El arsenal terapéutico para tratar síntomas crónicos, entre ellos ataxia, disfunción cognitiva y fatiga crónica, es asimismo limitado", según Carod. En cualquier caso, el abordaje "tiene que ser individualizado, y tanto el neurólogo como el paciente deben evaluar los riesgos aceptables de un determinado tratamiento y su grado de eficacia".
Avances presentes y futuro
Para el especialista, el campo en investigación en EM "es muy dinámico". Desde el punto de vista terapéutico, en la actualidad se están realizando estudios sobre biomarcadores, de susceptibilidad genética y epidemiológicos sobre factores de riesgo "que pueden modificar la progresión de la enfermedad". En el futuro se va a desarrollar el concepto de terapia personalizada en EM, en función de los factores de riesgo, carga lesional, actividad clínica y radiológica de la enfermedad, y comorbilidades del paciente. A partir de ahí, "los algoritmos de tratamiento en pacientes con EM recurrente remitente serán diferentes".
Desde el punto de vista clínico, las nuevas técnicas de neuroimagen y los estudios de resonancia magnética continuarán siendo fundamentales para analizar la progresión de la enfermedad y de la atrofia cerebral y para evaluar su grado de actividad. "La resonancia magnética continúa siendo un instrumento fundamental a la hora de monitorizar el riesgo de LMP en pacientes que son seropositivos para el virus JC y que reciben fármacos en los que se ha descrito casos de LMP asociada al tratamiento", ha recordado.

Colaboración médico-paciente
A pesar de que hoy en día no existe cura para la esclerosis múltiple, cada vez se controla mejor con la ayuda de fármacos modificadores del curso de la enfermedad, que logran reducir el número, la frecuencia y la intensidad de los brotes y la cantidad y volumen de lesiones que aparecen en el cerebro. En España, la prevalencia es de 100-125 pacientes de esclerosis múltiple por cada 100.000 habitantes.
En el simposio organizado por Merck, se ha puesto de relieve la necesaria colaboración médico-paciente en el tratamiento. Según Sergio Martínez Yélamos, de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Servicio de Neurología del Hospital de Bellvitge, en Barcelona, "lo que debe guiar la decisión de tratar es la relación entre el beneficio esperado y el riesgo que asumimos. Una vez diagnosticada la enfermedad y comprobado que se encuentra en una fase activa, cuanto antes se inicie el tratamiento adecuado, antes empezaremos a controlar sus efectos".
Por todo ello, la decisión sobre el tratamiento en EM debe ser consensuada entre médico y paciente. En palabras de Martínez Yélamos, "nuestro objetivo principal es reducir la discapacidad permanente del paciente a lo largo de los años. Para ello hay que convencer a la persona con esclerosis múltiple de que las molestias derivadas de tratarse hoy con fármacos con una administración relativamente incómoda se van a ver recompensadas en el futuro con una mayor autonomía personal. Se trata de una inversión en salud".
Coste-beneficioLa EM es una de las enfermedades más costosas, por la repercusión que tiene la discapacidad en la actividad laboral del paciente, su calidad de vida, sus familiares, etc. Sin embargo, el coste de los medicamentos para su tratamiento supone "sólo el 18 por ciento del coste total de la enfermedad", ha explicado Guillermo Izquierdo, jefe de la Unidad de Gestión Clínica de Neurología, Neurocirugía y Neurofisiología del Hospital Virgen Macarena, de Sevilla, en un encuentro de prensa organizado con el apoyo de la compañía TEVA.
Según ha señalado Izquierdo, "los medicamentos son caros, pero lo importante es el coste-beneficio. Las repercusiones que el efecto de los tratamientos tiene sobre el aumento de la discapacidad de los pacientes e incluso en prevenir muertes prematuras, justifica la utilización de los medicamentos modificadores de la enfermedad. Además, es recomendable su utilización lo antes posible, porque el efecto de la enfermedad durante el tiempo en que no es tratada no se recupera".
Mayor eficacia en la práctica habitualLa eficacia de los medicamentos en EM es siempre mayor en la práctica habitual que en los ensayos clínicos. Esto se debe a que los pacientes que "se tratan en la vida diaria no son tan seleccionados y, por otra parte, al no existir un grupo de pacientes tratado con placebo, se añade al efecto terapéutico del fármaco", ha afirmado Óscar Fernández, investigador senior del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga, del Hospital Regional Carlos Haya, de Málaga.
Se trata de una opinión compartida por Bonaventura Casanova, responsable de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital La Fe, de Valencia, y profesor asociado de la Universidad de Valencia, quien ha señalado que "existen evidencias publicadas de que cada vez los ensayos clínicos están sesgados hacia grupos de pacientes menos activos". Basándose en que los estudios clínicos no siempre reflejan la realidad del tratamiento con este tipo de pacientes, los neurólogos han insistido en que los datos de los ensayos clínicos en relación a la seguridad son insuficientes y sólo el tratamiento real a largo plazo ofrece un perfil real de seguridad en este tipo de fármacos.

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