jueves, 12 de noviembre de 2015

El implante de condrocitos autólogos puede evitar la artrosis

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XIV Simposio Avances y actualizaciones en Traumatología y Ortopedia

El implante de condrocitos autólogos puede evitar la artrosis

·         El tejido del cartílago de rodillas, tobillos y caderas en lesiones focales no sólo se repara sino que se regenera con el implante de condrocitos autólogos (ICC)

·         La técnica desarrollada por Clínica CEMTRO se impartirá a traumatólogos de todo el mundo

Madrid, 12 de noviembre de 2015. La técnica ICC de implante de condrocitos autólogos, desarrollada en Clínica CEMTRO, puede evitar la artrosis e incluso la necesidad de prótesis, al regenerar el tejido de la lesión articular, según los organizadores del XIV Simposio Internacional Clínica CEMTRO Avances y Actualizaciones en Traumatología y Ortopedia. Este simposio, que se celebra desde este jueves hasta el sábado en el hospital madrileño,  reúne a algunos de los mayores expertos del mundo en traumatología y ortopedia. “La principal ventaja de esta técnica es la posibilidad de regenerar cartílago sano por lo que evita la artrosis en la que derivan muchas de estas lesiones”, comenta la doctora Isabel Guillén, jefa de la Unidad de Cartílago y de la Unidad de Pie y Tobillo de Clínica CEMTRO.

A juicio de la doctora Guillén, “es importante señalar que se trata de regeneración de cartílago, no de reparación ya que la técnica ICC permite crear un nuevo tejido para que una lesión circunscrita, de hasta cuatro o cinco centímetros, no evolucione hacia una artrosis. En el 90% de los casos, el implante de condrocitos autólogos conduce a una regeneración total de la superficie articular, lo que retrasa, e incluso, evita la necesidad de prótesis”.

Desde 1996 hasta hoy, Clínica CEMTRO ha realizado 466 cirugías de implante de condrocitos autólogos: 410 de rodilla, 54 de tobillo y dos de cadera. 140 de ellas, mediante la técnica de ICC. Esta técnica combina la ingeniería tisular para la producción de tejidos y la terapia celular para la reparación de los mismos. “Está indicada para lesiones focales de cartílago, originadas principalmente tras un traumatismo de la articulación, seguido de la osteocondritis disecante y de un tamaño determinado (hasta 6 cm); no sirve para una rodilla entera. Se realiza a pacientes de hasta 55 años”, comenta la doctora Guillén. Además, esta especialista resalta que este procedimiento permite “reducir el dolor y la inflamación y una mejora en el movimiento de la articulación”.

En una primera intervención se extrae una pequeña muestra del tejido cartilaginoso sano a través de la biopsia. Las células extraídas se cultivan en el laboratorio hasta que su proliferación alcanza varios millones de unidades. En una segunda operación se implantan en la zona dañada a través de artroscopia, así no hay que abrir la articulación y el postoperatorio resulta menos doloroso al paciente, o mediante cirugía abierta.

CEMTRO cuenta con la única sala blanca en España en la que se pueden cultivar células para fines terapéuticos. “La gran dificultad de esta técnica es que precisa de un gran equipamiento técnico y de personal muy especializado para realizar el cultivo de los condrocitos, que se realizan en una sala blanca en condiciones de máxima asepsia”, añade la doctora Guillén.

Estudio internacional sobre lesiones de cartílago
El próximo mes de enero, Clínica CEMTRO organizará el I Curso Internacional de Implante de Condrocitos. Esta formación está dirigida a traumatólogos de todo el mundo que podrán adquirir los conocimientos necesarios y la acreditación profesional para realizar la técnica. Además, el hospital madrileño va a liderar un estudio internacional y multicéntrico sobre lesiones de cartílago.

Por otra parte, los doctores Pedro Guillén, jefe de Servicio de Traumatología, Ortopedia y Medicina del Deporte, e Isabel Guillén viajarán este mes a Chile para impartir varias conferencias a traumatólogos y en universidades en las que darán a conocer la técnica ICC y el artroscopio sin cables WAD, desarrollado y patentado por el doctor Guillén. “Con el artroscopio sin cables, la cirugía es menos invasiva para el paciente. Además, se disminuye el riesgo de infección tras la intervención, facilita la técnica quirúrgica y reduce los costes de la operación”, explica la doctora Guillén.

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