lunes, 16 de noviembre de 2015

Cirugía virtual de la clase III monárquica española - DiarioMedico.com

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50 ANIVERSARIO DE LA SECOM

Cirugía virtual de la clase III monárquica española

Florencio Monje, vicepresidente de Secom, presenta en el 50 Aniversario de la sociedad la cirugía virtual del prognatismo pictórico de Austrias y Borbones.
Isabel Gallardo Ponce. Madrid | igallardo@diariomedico.com   |  16/11/2015 00:00
 
 

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Florencio Monje
Florencio Monje, vicepresidente primero de la Secom. (DM)
  • Florencio Monje
  • Montajes fotográfico de Carlos I
  • Montaje fotográfico de Felipe IV
¿Qué aspecto hubieran tenido los Austrias y Borbones si hubiera podido operarse el prognatismo hace siglos con los medios actuales? Con motivo del 50 aniversario de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (Secom), Florencio Monje, vicepresidente primero de la sociedad, ha impartido la conferencia Cirugía Virtual en la Monarquía Española.
Monje, quien además de Medicina estudió Historia del Arte, ya se estrenó hace cuatro años con el libro La pintura de Goya y las deformidades dentofaciales, en el análisis de la desfiguración facial, y ahora publicará otro que versará sobre deformidades faciales en 138 cuadros de la pintura universal. Con este background pictórico, ha planificado y simulado una cirugía virtual sobre las deformidades faciales de los monarcas españoles con un software, tal y como se haría hoy en día, uniendo clínica y humanismo.
El abordaje quirúrgico del prognatismo cuenta con "sistemas informáticos de software que planifican en el paciente cómo hay que actuar y cómo deben ser los movimientos del maxilar superior e inferior. Con los cuadros hemos aplicado este software y tenemos correcciones no sólo de la realeza sino de otras obras de arte, a las que hemos operado de forma virtual". Monje, coautor con su hermano e historiador, Isidoro Monje, han rasurado la hipertricosis de la mujer barbuda o las asimetrías de otros retratos.
Cirugía virtualLa casa de Austria española comenzó con Felipe el Hermoso, de buena planta, y sin prognatismo, aunque sus antecesores ya mostraban la deformidad. A partir de ahí, "todos los monarcas, salvo Felipe III, presentaron una maloclusión clase III o prognatismo. Los casos más extremos se vieron en Carlos V y Carlos II, el Hechizado, el último Habsburgo en España, quien también sufrió un déficit psicomotriz", amén de otras patologías. Felipe II y Felipe IV también mostraban casos importantes. La razón de este prototipo mandibular sería la consanguinidad que con tanto celo fomentaban los Habsburgo para perpetuar la pureza familiar.
Como ejemplo, Monje retrata a Felipe II, el Gran Viudo, que se casó con su prima María Manuela de Portugal, con María Tudor, prima de su padre, y Ana de Austria, su sobrina.
Además del defecto estético que supone el prognatismo, el hecho de que los dientes no encajen impide una masticación eficaz y acarrea problemas digestivos. Se sabe que muchos de estos los sufrió Carlos I de España y V de Alemania.
"Llegó a España hablando flamenco y fue recibido con mucho desprecio por el pueblo de Madrid. Era un rey extranjero y el poco español que sabía lo pronunciaba con ese prognatismo... Decían que las moscas iban a caer en la boca de su rey.
Cuentan que a Francisco I le dijo: no temas, yo con la boca que tengo, aunque me enfade contigo es imposible que te pueda morder". El monarca sufrió hemorroides y gota y bebía mucha cerveza, no sólo por la tradición de su lugar de origen, y por gusto, sino porque le servía para alimentarse.
La dieta dura de la época, formada en su mayoría por carne y con poco guiso, y la pérdida precoz de piezas dentales, sobre todo en mujeres, hacia difícil la masticación. "Comían muy mal; se cuenta que les partían los alimentos en trozos muy pequeños con instrumentos parecidos a tenedores".
Entre los Borbones, los grandes prognatas son Carlos IV y Fernando VII. Sin embargo, Carlos III, el alcalde de Madrid, fue un clase II. "El pueblo se metió mucho con Fernando VII, el Deseado, que todo Madrid y España quería y que se convirtió en el rey felón. Ha sido uno de los peores gobernantes de la historia de España, y el pueblo se metía con su prognatismo, que le confería una gran mandíbula y la falta de maxilar superior. Además, perdió los dientes de forma muy precoz por lo que el labio superior se le hundía y la mandíbula se le protruía mucho". El último gran representante del prognatismo Borbón fue Alfonso XIII.
Según Monje, María Luisa de Parma, la esposa de Carlos IV, además de ser un poco prognata, tuvo 18 embarazos, el primero de ellos a los 16 años. En la treintena ya no tenía dientes por la mala higiene, sumado a las periodontitis que aparecen en la gestación. Otras mujeres clase III fueron Ana y Margarita de Austria, quien sumaba otras enfermedades, como el bocio cervical.

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