miércoles, 9 de septiembre de 2015

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Los riesgos para la salud de las grasas saturadas están agravados por la respuesta inmune



10/09/2015 - E.P.

Las grasas saturadas provocan que los monocitos migren a los tejidos de los órganos vitales empeorando el daño tisular

Los altos niveles de grasas saturadas en la sangre podrían hacer a una persona más propensa a la inflamación y el daño tisular, sugiere un nuevo estudio. Los conocimientos sobre los riesgos para la salud del consumo de grasas saturadas se ha puesto en duda recientemente y esta nueva investigación apoya la idea de que el consumo excesivo de grasas saturadas puede ser malo.
Científicos del Imperial College de Londres, en Reino Unido, estudiaron modelos experimentales que tienen un nivel inusualmente alto de grasa saturada circulando en la sangre. La investigación, publicada en 'Cell Reports', muestra que la presencia de grasas saturadas hace que los monocitos migren a los tejidos de los órganos vitales.
Los científicos creen que los monocitos recién llegados podrían empeorar el daño tisular, pudiendo agravar la inflamación en curso o subyacente, pero este aspecto sigue siendo objeto de estudio. "Los individuos fueron tratados con un medicamento que hizo que se acumulen niveles extremadamente altos de grasa en la sangre. Aunque es inusual, los seres humanos a veces se acercan a esos niveles, ya sea por un trastorno hereditario o comiendo alimentos grasos", señala el autor principal, Kevin Woollard.
"Los estilos de vida modernos parecen ir mano a mano con altos niveles de grasa en la sangre. Esta grasa proviene de los alimentos y bebidas que consumimos", agrega, resaltando, por ejemplo, la cantidad de grasa saturada que contiene un café con leche.
"Creemos que el mantenimiento de una concentración relativamente alta de grasas saturadas, por ejemplo, mediante la ingesta constante de pasteles y galletas, podría ser la causa de que los monocitos emigren fuera de la sangre y a los tejidos circundantes", señala. La sangre está muy finamente equilibrada y el intercambio de células y otras sustancias con el tejido circundante es parte del mantenimiento de ese equilibrio.
El equipo, dirigido por Woollard y la profesora Marina Botto, del Departamento de Medicina del Imperial College de Londres, ha observado que a medida que los órganos asimilan grasas, la mayoría de los monocitos migrados se convierten en otro tipo de célula inmune llamada macrófagos y algunas de las células situadas dentro de los tejidos internalizan la grasa y se convierten en células espumosas.
A continuación, estas células espumosas y los macrófagos estimulan la producción de una molécula de señalización llamada CCL4, que atrae a más monocitos al tejido, una espiral que continúa mientras el nivel de grasa saturada es elevada. Estos mecanismos pueden haber evolucionado para eliminar las grasas de la sangre con el fin de mantener un equilibrio saludable, pero se requiere más investigación para confirmarlo.
Sin embargo, un descubrimiento fundamental es que los monocitos que están involucrados en este acto de equilibrio son de sólo un tipo muy específico. El doctor Woollard subraya: "Es muy interesante ver que los monocitos que migran hacia los tejidos son todos de un mismo tipo y eso significa que en realidad podemos ser capaces de desarrollar medicamentos que cambian este comportamiento".
En el futuro, las personas que están en riesgo de enfermedad cardiovascular o que son obesas podrían ser tratadas con un fármaco terapéutico que se dirija a estos monocitos particulares y evitar el posible daño futuro causado por la acumulación de grasa en sus vasos sanguíneos y órganos.
"Curiosamente, las personas con ciertos trastornos del sistema inmune que afectan a los monocitos, incluyendo algunas enfermedades inflamatorias y autoinmunes como el lupus, pueden tener inesperadamente altos niveles de grasas saturadas en la sangre y también son más propensas a sufrir ataques al corazón y derrames cerebrales a una edad más joven", añade.
La próxima etapa de esta investigación será estudiar grupos de pacientes con enfermedades inflamatorias y mirar a los efectos directos de los alimentos con grasas saturadas en la función de los monocitos.

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