miércoles, 16 de septiembre de 2015

La hormona irisina fortalece la masa ósea - DiarioMedico.com

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LIBERADA EN EL EJERCICIO

La hormona irisina fortalece la masa ósea

La irisina, hormona liberada por el músculo durante la actividad física, aumenta la masa y resistencia óseas, según desvela un estudio en PNAS.
Redacción   |  15/09/2015 00:00
 
 

Es sabido que el ejercicio físico estimula la formación ósea, pero se desconocía cómo se produce esa influencia del músculo sobre el hueso. Un estudio multicéntrico ítalo-estadounidense, que se publica hoy enProceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), establece por primera vez que la molécula irisina actúa de mensajera entre ambos.
Hace tres años, el grupo de Bruce Spiegelman (Universidad de Harvard, en Boston) identificó a la irisina. Esta hormona se libera desde el músculo al torrente sanguíneo durante la actividad física, por lo que rápidamente fue bautizada como "hormona del ejercicio". Desde su hallazgo, rodeado de cierta polémica, es objeto de un intenso estudio científico.
En este último trabajo, los científicos, codirigidos por Mone Zaidi (responsable del Programa de Huesos de la Facultad Mount Sinai, en Nueva York), demuestran que la irisina parte del músculo durante el ejercicio y actúa directamente sobre los huesos largos para fomentar su resistencia.
Así lo han constatado en un experimento con ratones jóvenes a los que se inyectó la hormona. En los animales se observaron aumentos significativos de la masa ósea y de la resistencia de los huesos, especialmente en el hueso cortical, que constituye el 80 por ciento del peso del esqueleto.
Los hallazgos sugieren que la irisina es una molécula esencial en la comunicación entre músculo y hueso, y que constituye la clave de la ya conocida acción anabólica del ejercicio físico sobre el esqueleto, al estimular directamente la síntesis de nuevo hueso a través de los osteoblastos.
Estas conclusiones ayudarán a profundizar en el conocimiento de la influencia de la actividad física sobre el esqueleto. De hecho, se sabe que una disminución del ejercicio, por ejemplo entre los atletas retirados, puede conducir a la progresiva pérdida de masa ósea y aumentar las fracturas. Otro ejemplo es el de los astronautas, cuya mínima exposición a la actividad física en el espacio provoca una pérdida de masa ósea diez veces más rápida que en las mujeres con menopausia precoz; también los pacientes en estado vegetativo o lesionados medulares presentan más riesgo de fracturas.
Además, según destacan los autores del trabajo, la irisina podría conducir al desarrollo de nuevas terapias para la sarcopenia y la osteoporosis.

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