miércoles, 16 de septiembre de 2015

El 62% de los pacientes con linfoma son diagnosticados erróneamente inicialmente - DiarioMedico.com

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DÍA MUNDIAL

El 62% de los pacientes con linfoma son diagnosticados erróneamente inicialmente

El 62 por ciento de los pacientes con linfoma fueron diagnosticados erróneamente en un primer momento, según los datos de la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL).
Europa Press   |  15/09/2015 15:00
 
 

El 62 por ciento de los pacientes con linfoma fueron diagnosticados erróneamente en un primer momento, mientras que siete de cada diez afectados desconocía la enfermedad hasta que recibió un diagnóstico, según los datos de la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL) procedentes del estudio realizado por la plataforma internacional de pacientes Lynphoma Coalition. La asociación ha lanzado una campaña de concienciación durante el Día Mundial del Linfoma, que se celebra hoy.
La iniciativa, bajo el lema ¿Y si es un linfoma?, pretende dar a conocer los principales síntomas de esta enfermedad, como la fiebre, la tos o la pérdida de peso. La mayor parte de los síntomas son comunes a otras patologías más leves, como un constipado o una infección, y los pacientes tienden a ignorarlos: más de la mitad de los afectados tardaron seis meses en acudir al médico y un 24 por ciento más de un año.
La automedicación puede ocultar estos síntomas ya que, por ejemplo, ante un caso de fiebre los pacientes no suelen acudir al médico para obtener una receta. En este sentido, la jefa de la Unidad de Linfomas del Hospital Fundación Jiménez Díaz, Pilar Llamas, ha afirmado que hay que prestar atención si los síntomas se prolongan durante varios días y "acudir al médico de cabecera para distinguir si, por ejemplo, una fiebre es autolimitada o significa algo más".
En España se diagnostican cada año unos 7.000 nuevos casos de linfoma, la mayoría de ellos de tipo no Hodgkin, y existen alrededor de 20.000 pacientes en el país.
La tos seca persistente, las dificultades en la respiración, el dolor de cabeza, el cansancio, la pérdida de apetito, la bajada de peso, la sudoración excesiva, la hinchazón indolora de los ganglios y la fiebre son algunas de las señales de que se puede padecer un linfoma.
Aun así, cada linfoma puede presentar uno u otros síntomas, y hay algunos más difíciles de diagnosticar que otros. Llamas ha explicado que el primer paso es "una exploración física, que arroja luz sobre si puede ser un linfoma", a la que sigue una exploración complementaria, como "una radiografía, una ecografía o una tomografía computarizada (TC)". Si tras la realización de estas pruebas se mantiene la sospecha del linfoma, se realiza una biopsia en las adenopatías presentes.
Un diagnóstico precoz ayuda a mejorar el tratamiento y el pronóstico de los pacientes, tal y como ha explicado el presidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), José María Moraleda, que ha recomendado "acudir al médico lo antes posible cuando se detecte un crecimiento de los ganglios linfáticos, ya que el diagnóstico precoz es la mejor arma terapéutica".
Acudir tarde al hospital puede hacer que el linfoma se desarrolle hasta un estadio avanzado y sea más difícil de tratar. Por su parte, la presidenta de AEAL, Begoña Barragán, que también padece linfoma, ha asegurado que, "aunque los tratamientos pueden funcionar, no lo hacen de la misma manera que en las fases iniciales. Actualmente, cada vez hay más unidades específicas y médicos especializados en linfoma en los hospitales".
El tratamiento para el linfoma se basa en la quimioterapia, que se complementa con radioterapia. En casos muy precoces, se puede aplicar únicamente radioterapia y se combina con la inmunoterapia a través de anticuerpos monoclonales.

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