martes, 9 de junio de 2015

La maduración celular y el cáncer: epigenética similar - DiarioMedico.com

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NUEVO ESTUDIO

La maduración celular y el cáncer: epigenética similar

Científicos del Idibaps-UB estudian el epigenoma de los linfocitos B a lo largo de todo su proceso de maduración.
Karla Islas Pieck. Barcelona | Karla.islas@diariomedico.com   |  09/06/2015 00:00
 
 

Núria Verdaguer, Marta Kulis, Renee Beekman, Ana Queiros, Iñaki Martín-Subero, Martí Durán, Giancarlo Castellanno y Roser Vilarrasa
Núria Verdaguer, Marta Kulis, Renee Beekman, Ana Queiros, Iñaki Martín-Subero, Martí Durán, Giancarlo Castellanno y Roser Vilarrasa, del Idibaps-UB. (Jaume Cosialls)
La mayor parte de los cambios epigenéticos que experimentan los linfocitos B a lo largo de su vida -desde su origen como células madre pluripotenciales hasta el final de su vida- son comunes a los que sufren las células de cáncer en las neoplasias B, según los resultados de un estudio dirigido por Iñaki Martín-Subero, del Departamento de Anatomía Patológica, Farmacología y Microbiología de la Universidad de Barcelona (UB) y del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps).
El trabajo, que publica Nature Genetics, consiste en un análisis del epigenoma de la vida entera de un linfocito B y concluye que durante el proceso madurativo su epigenoma puede cambiar hasta en un 30 por ciento, lo que hasta ahora no se tenía en cuenta a la hora de hacer estudios epigenéticos.
Esto significa que la variabilidad que existe entre el epigenoma de una misma célula en dos estadios distintos de maduración puede ser considerablemente superior a la que existe entre células en la misma etapa madurativa de dos individuos distintos.
Según ha detallado Martín-Subero a DM, hasta un 80 por ciento de los cambios epigenéticos de los linfocitos B, que hasta ahora se habían asumido como una firma epigenética específica del cáncer, en realidad son compartidos con estas células longevas sanas, lo que pone el foco de atención de las próximas investigaciones sobre la minoría restante de cambios epigenéticos, que son los que podrían tener una función directamente relacionada con la transformación tumoral.
Nuevo enfoque 
Este trabajo, realizado como parte del proyecto europeo Blueprint en el marco del Consorcio Internacional del Epigenoma Humano, pone de manifiesto que el epigenoma es mucho más dinámico de lo que se pensaba y deja sobre la mesa nuevos interrogantes científicos. Entre los próximos pasos en este campo del conocimiento, sería necesario explorar si ocurre algo similar con otros tipos celulares. "Esta podría ser la clave para que un solo genoma pueda generar la gran cantidad de células con funciones diferentes que componen nuestro organismo", en palabras de Martín-Subero.
El estudio también revela que, a diferencia de lo que se había publicado hasta ahora respecto a la metilación del ADN, tan solo una pequeña parte de los cambios en el grado de metilación tienen que ver con la expresión de los genes. "Parece que la metilación es la que imprime en el ADN la historia de las células desde su origen en la célula madre hasta que están totalmente diferenciadas. Nos habla de qué regiones del genoma tienen funciones esenciales para la maduración de los linfocitos, de cuánto han proliferado durante este proceso y también de su edad celular".
A partir de estos resultados, el grupo de investigación está cambiando la estrategia de análisis de los datos epigenéticos en el estudio de las neoplasias de linfocitos B: "Ahora ya no comparamos sólo con un estadio de la maduración celular, sino que tenemos en cuenta todo lo que ocurre durante el ciclo de vida de estas células".

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