martes, 23 de junio de 2015

La combinación de fármacos logrará cronificar el cáncer - DiarioMedico.com

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PREMIO DE LA FUNDACIÓN BBVA

La combinación de fármacos logrará cronificar el cáncer

Los galardonados en Biomedicina por la Fbbva confían en que la terapia combinada arrinconará al cáncer.
Sonia Moreno. Madrid | soniamb@diariomedico.com   |  23/06/2015 00:00
 
 

Joseph Schlessinger, Rafael Pardo, Charles Sawyers  y Tony Hunter
Joseph Schlessinger (Universidad de Yale), Rafael Pardo (director de la Fundación BBVA), Charles Sawyers (Memorial Sloan-Kettering) y Tony Hunter (Instituto Salk), en rueda de prensa con motivo de la entrega del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Biomedicina. (FBBVA)
Las terapias dirigidas, también conocidas como "diana", transformaron el tratamiento del cáncer. Un ejemplo paradigmático es imatinib, cuyo hallazgo revolucionó la supervivencia de los pacientes con leucemia mieloide crónica, una enfermedad para la que no había tratamiento eficaz.
Detrás de ese exitoso fármaco, hay un largo recorrido de ciencia básica, investigación traslacional y trabajo clínico que personalizan los tres galardonados por el Premio de la Fundación BBVA (Fbbva) Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina, y que hoy recogen el premio en Madrid.
Así, las investigaciones de Tony Hunter, ahora director del Centro del Cáncer del Instituto Salk (La Jolla, en California), en un virus que causa tumores en el pollo dio lugar en 1979 al hallazgo de toda una nueva familia de proteínas, las tirosina cinasas.
  • Tres investigadores que hicieron posible las terapias dirigidas contra el cáncer recuerdan que sólo con inversión en ciencia básica pueden obtenerse resultados clínicos
Años más tarde, Joseph Schlessinger, actual director del Instituto de Biología del Cáncer en el campus de Yale West, descubrió cómo se activan esas proteínas, y después, el médico Charles Sawyers encontró la forma de actuar sobre ellas con beneficio clínico y puso en marcha el primer ensayo con un inhibidor de la tirosina cinasa (imatinib, Glivec), inaugurando una nueva generación de terapias dirigidas contra el cáncer. Desde entonces, ya son varias las decenas de "fármacos diana" que se emplean en diferentes tumores, entre ellos, pulmón, mama, linfomas y melanoma.
"Ya no hablamos de cáncer, sino de múltiples enfermedades, que podemos conocer gracias a la secuenciación genética de los tumores", ha recordado Sawyers, responsable del Programa de Oncología Humana en el Centro del Cáncer Memorial Sloan-Kettering, en Nueva York.
El estudio del perfil genético tumoral ha desvelado cientos de mutaciones: "No podemos atacarlas a todas", dice Hunter. De ahí que estos científicos confíen en encontrar los sistemas moleculares esenciales para la célula tumoral hacia los que dirigir tratamientos en combinación y de forma secuencial, a medida que surgen las resistencias: "Necesitaremos no uno ni dos, sino tres y cuatro fármacos, como ocurre en las enfermedades infecciosas, para poder cronificar el cáncer", sugiere Sawyers. El alto coste de estas terapias y las posibles toxicidades (aunque menores que en la quimioterapia) son aspectos que los tres reconocen que habrá que pulir.
También reservan un papel clave a los inmunoterápicos. "Son muy prometedores, pero no funcionan en todos los pacientes. Tendremos que aprender a utilizarlos", asegura Sawyers.
Junto al gran avance de la inmunoterapia, Hunter ha apuntado a la reprogramación genética de las células tumorales y a los micro ARN (miARN) como otras de las áreas de investigación más prometedoras.
Schlessinger ha hecho hincapié en que resulta fundamental una apuesta decidida, desde las autoridades gubernamentales, por la ciencia básica y la traslacional: "No deberían existir en compartimentos separados".

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