jueves, 11 de junio de 2015

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GLP-1 altera la forma en la que el cerebro responde a los alimentos



11/06/2015 - E.P.

Los efectos de esta hormona intestinal se producen posiblemente al reducir la ansiedad y elevar la satisfacción al comer

Medicamentos basados en hormonas intestinales que se utilizan para tratar la diabetes, como los agonistas del receptor de GLP-1, también reducen el peso corporal. Un nuevo estudio que se presenta en las 75 Sesiones Científicas de la Asociación Americana de Diabetes arroja luz sobre cómo el agonista del receptor GLP-1 altera la respuesta del cerebro a los alimentos, posiblemente reduciendo la ansiedad y elevando la satisfacción al comer.
Estudios anteriores han demostrado que los cerebros de las personas obesas tienen una mayor respuesta a las imágenes de alimentos que los de las personas delgadas y una reducción de la respuesta de recompensa durante el consumo de alimentos, lo que puede conducir a comer en exceso.
Científicos en Ámsterdam probaron la hipótesis de que el agonista receptor de GLP-1 exenatida --un medicamento que imita los efectos de GLP-1 natural mediante la unión al receptor de GLP-1-- estaba ayudando a los pacientes con diabetes tipo 2 a perder peso mediante la alteración de la respuesta cerebral al consumo de alimentos y la disminución del apetito.
"Cuando usted come, se liberan varias hormonas. GLP-1 es una de ellas. Estas hormonas transmiten información al sistema nervioso central sobre el estado nutricional para regular el apetito", explica Liselotte van Bloemendaal, estudiante de doctorado en el Centro de Diabetes del Centro médico de la Universidad Libre, en Ámsterdam.
"Con imágenes de resonancia magnética funcionales (que miden la actividad cerebral mediante la detección de cambios en el flujo sanguíneo), nos fijamos en los centros de recompensa en el cerebro de los individuos obesos con y sin diabetes tipo 2 y medimos la respuesta a la expectativa de y a la bebida de leche con chocolate mientras se les suministraba el agonista del receptor de GLP-1 vía intravenosa versus placebo", relata.
"Encontramos que la activación del receptor de GLP-1 disminuyó la recompensa anticipativa de la comida, lo que puede reducir los antojos, y aumentó la sensación de recompensa de la comida durante el consumo, lo que puede reducir comer en exceso", informa.
"Teniendo en cuenta el dramático aumento global de la prevalencia de la obesidad, es necesario saber más sobre los mecanismos por los que estos centros de recompensa se activan", afirma y agrega que una vía que merece mayor investigación es si la adición de una segunda hormona, como el glucagón, al tratamiento con agonistas del receptor de GLP-1 podría incrementar aún más la pérdida de peso.
Además, Bloemendaal está interesado en determinar si los agonistas del receptor de GLP-1 pueden alterar los antojos de drogas, alcohol y nicotina en los seres humanos, ofreciendo una posible diana terapéutica para los trastornos por abuso de sustancias. La agencia norteamericana del medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó recientemente el primer agonista GLP-1 para el tratamiento de la obesidad en Estados Unidos.

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