Expertos en Psiquiatría recuerdan la importancia del correcto abordaje de la depresión para evitar daños neuronales irreversibles

Ibiza (18/06/2015) - L. Rodríguez

Se celebra un seminario sobre "La letra pequeña de la depresión" en el que se ha comentado que los estudios comparativos nos sitúan relativamente bien con respecto a los países de nuestro entorno en el manejo de esta enfermedad, excepto por la menor prescripción de antidepresivos

Expertos en Psiquiatría reunidos recientemente por Lundbeck en un seminario titulado "La letra pequeña de la depresión" han puesto de manifiesto la importancia de llevar a cabo un correcto diagnóstico y un adecuado tratamiento de esta enfermedad ya que, como han comentado, dejar de tratarla produce muerte neuronal. Según se explicaba en el encuentro, está demostrado que cuanto mayor es el número de días de depresión no tratada mayor es el impacto sobre el hipocampo.

Además los psiquiatras recordaban que superado un cierto nivel de atrofia, ésta ya no es recuperable. En este sentido, incidían en que si se van acumulando episodios depresivos la atrofia del hipocampo es tan importante que no se revierte a pesar del efecto potenciador de la neurogénesis que tienen los antidepresivos. Y esto es especialmente alarmante si se tiene en cuenta que entre el 30 y el 50 por ciento de los casos de depresión no están diagnosticados, y de ellos también entre el 30 y 50 no están adecuadamente tratados.

La directora de Marketing de Lunbeck Iberia, Beatriz Rivero, aportaba otros datos. Entre ellos que la depresión es la principal causa de discapacidad según la OMS, que menos del 25 por ciento de los afectados tienen acceso a un tratamiento adecuado, que 43 por ciento deja el tratamiento o no lo toma de la forma en que se lo han prescrito... Para recordar que el 10 por ciento de la población tiene o tendrá un episodio depresivo a lo largo de su vida.

A pesar de que estamos mejor que Europa, Manuel Bousoño, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, hacía referencia a la falta de tiempo en consulta en el caso de Atención Primaria o la inadecuada frecuencia de las visitas en Psiquiatría como alguno de los problemas del funcionamiento del sistema sanitario en España que dificulta el manejo de este tipo de pacientes. "Los estudios comparativos nos sitúan relativamente bien con respecto a los países de nuestro entorno, excepto en que prescribimos menos antidepresivos", señalaba Bousoño, cuando se sabe que son altamente eficaces y bien tolerados. Así uno de los problemas de la depresión es el manejo terapéutico, importante si se tiene en cuenta que sólo el 30 de los pacientes alcanza la remisión completa.

En cuanto a la formación, el profesor de la Universidad de Oviedo alertaba de que ésta es insuficiente durante la carrera. "Los psiquiatras hemos perdido tiempo de docencia en la formación universitaria y eso repercute negativamente en el conocimiento de estas enfermedades. Además, la rotación en Psiquiatría del médico de familia durante la residencia es también corta." Tengo colegas –señalaba Bousoño- a los que tengo que explicar que la depresión es una enfermedad, que hay afectación cerebral, que el hipocampo se atrofia, que hay procesos inflamatorios, que se elevan la citoquinas, que hay una alteración de la inmunidad.... "Y eso tiene una repercusión muy importante". En este sentido comentaba que "tenemos fármacos maravillosos" e incidía en su prescripción. "Hay más falta de tratamiento que exceso. Nos equivocamos más por defecto", concluía.

Así las cosas, los expertos apuntaban la importancia de un diagnóstico correcto y un adecuado tratamiento a los pacientes con depresión. "El paciente no debe estar infratratado. Lo importante es diagnosticar correctamente y tratar eficazmente y con resolución".

Tanto el Dr. Bousoño como los doctores Guillermo Lahera, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Alcalá e investigador del Instituto Ramón y Cajal de Investigaciones Sanitarias, como Miquel Roca, psiquiatra del Hospital Juan March y profesor titular de Psiquiatría de la Universidad de las Islas Baleares, coincidían en que la depresión tiene uno de los mayores impactos económicos y laborales de todas las patologías y no recibe la atención que merece por parte de las autoridades. Por tanto, insistían, necesita ser equiparada en asistencia y en investigación al resto de enfermedades médicas conocidas.

Síntomas residuales

Por su parte, el Dr. Guillermo Lahera incidía en la importancia de los síntomas residuales, que se consideran clínicamente relevantes ya que se asocian con un curso negativo de la enfermedad. Como señalaba, pese a que la mayoría de pacientes responden a los fármacos antidepresivos, solo un tercio alcanza la remisión total; y mantener los síntomas residuales se asocia a mayor riesgo de recaída.

El profesor de la Universidad de Alcalá en Madrid comentaba que ante la persistencia de síntomas residuales es importante revisar el diagnóstico (errores, comorbilidad, perpetuantes..); verificar el cumplimiento del tratamiento, ya que el 30 por ciento de las depresiones resistentes se deben a la mala adherencia terapéutica; y confirmar que se esté dando el antidepresivo en el tiempo y dosis adecuadas.

En su opinión, es "importante evaluar la respuesta antidepresiva en las primeras semanas de tratamiento; y "buscar activa y continuadamente la remisión clínica y funcional". Por lo que es fundamental "el conocimiento de todas las herramientas terapéuticas disponibles". La remisión de los síntomas no es suficiente y hay que lograr la remisión funcional, concluía, sin antes comentar que "fijarse en los síntomas residuales implica una mayor determinación por parte del médico en el abordaje de las distintas dimensiones de la depresión y una perspectiva longitudinal, en el tiempo, de este trastorno que es considera crónico por su duración y su tendencia a la recidiva".

Depresión, impacto laboral

El Dr. Miquel Roca, psiquiatra del Hospital Juan March, analizó los costes derivados de la depresión, que en Europa se calcula rondan los 92 billones euros; y la repercusión que ha tenido la crisis económica en esta enfermedad. Y es que, según señalaba, la evidencia empírica parece sugerir relación directa entre crisis y peor salud mental.

Una parte importante de su exposición se centró en las conclusiones de un reciente estudio sobre depresión y ansiedad en el entorno laboral, promovido por Lundbeck. Según dicho estudio, el 30,1 por ciento de los entrevistados considera, a priori, que no explicaría en el trabajo que padece depresión, y aunque la mayoría (89,9%) considera que la depresión puede afectar a su rendimiento, tan sólo el 36 por ciento cogería la baja laboral en caso de padecerla. Por otro lado, las empresas más pequeñas (hasta 50 trabajadores) son aquellas en las que menos se compartiría este tipo de información, ni con superiores ni compañeros, así como es menor la intención de acogerse a una baja laboral.

En su opinión, y a la hora de gestionar adecuadamente la depresión, apuntó la necesidad de intensificar la identificación en Atención Primaria de la población de riesgo, sobre todo en momentos de crisis económica; planificar una adecuada asistencia en el primer nivel para evitar derivaciones a consultas especializadas; fomentar el uso de los instrumentos breves de screening o detección precoz de cuadros ansioso/depresivos en AP en población de riesgo; y la investigación en la prevención de la depresión en subgrupos especialmente vulnerables.

Si algo quedó claro en el encuentro es que queda mucho por mejorar en el tratamiento de la depresión, no sin antes comentar que en Psiquiatría se está diagnosticando con los instrumentos diagnósticos que el resto de las especialidades tenían en el siglo XIX.